Cultura

48 FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE HUESCA

Rubén Moreno, director del Fesival de Cine de Huesca: "El certamen va a salir reforzado de esta difícil situación, sin duda"

El responsable del concurso cinematográfico cuenta las claves de la nueva edición, en la que 80 cortometrajes de 30 países lucharán por los Premios Danzante

Rubén Moreno, director del Fesival de Cine de Huesca: "El certamen va a salir reforzado de esta difícil situación, sin duda"
Rubén Moreno, director del Fesival de Cine de Huesca: "El certamen va a salir reforzado de esta difícil situación, sin duda"
R.G.

HUESCA.- La 48ª edición del Festival Internacional de Cine de Huesca va a pasar a la historia como la más diferente de todas las que se han celebrado hasta la fecha. ¿Preparados para afrontar este gran reto?

-Sí, el gran reto ha sido superar la incertidumbre de la situación, decidir que manteníamos el Festival y realizar el esfuerzo de adaptación del formato. Una vez decidido esto solo queda que el público lo disfrute, el equipo lleva preparando un año esta edición y está listo para que todo salga bien.

Mientras la mayoría de eventos culturales están cancelándose o posponiéndose debido a la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, el certamen se ha mantenido firme en todo momento. ¿Cómo han sido estos meses de preparación tan complicados?

-Sobre todo han sido tres cosas: supervivencia (había que ver la manera de poder conservar el trabajo del mayor número de las personas que forman parte del equipo); un gran trabajo en equipo, para preparar la adaptación jugando con opciones y tiempos (un reto así no se puede desarrollar si no es con un equipo totalmente profesional y trabajando de manera sincronizada) y tercero (el orden de los factores...) un sentimiento de responsabilidad, en dos sentidos, con el sector profesional y con el público y la ciudad de Huesca.

Esta también va a ser la edición más valiente del festival. ¿Cómo se van a adaptar los actos a las medidas de seguridad necesarias?

-El formato tiene tres vías muy claras. Podría decirse que hemos montado tres festivales en uno: hay un festival online, con una grandísima oferta con la sección oficial, secciones paralelas, vermús... todo gratuito; por otro lado, mantenemos las sesiones presenciales de la sección oficial en el Teatro Olimpia (del 13 al 20 a las 17 y 20 horas): el aforo estará limitado al 30 % de la platea, será obligatorio el uso de mascarilla, habrá gel y marcas en nuestra alfombra roja Podoactiva, para marcar las distancias de seguridad. El espacio se limpiará entre sesiones y antes y después de la jornada. Y por último el Autocine, que permite mantener todas las recomendaciones de las autoridades sanitarias.

¿Esperan ser un referente en el plano organizativo para el resto de festivales?

-Se trata de, en momentos de dificultad, buscar oportunidades y salir reforzados. Desde que anunciamos el formato de esta edición, no hemos parado de recibir felicitaciones del sector profesional de todo el mundo y de hacer entrevistas para explicar nuestras ideas; también hemos ofrecido nuestra ayuda a otras citas o eventos culturales y deportivos. El festival va a salir reforzado de esta difícil situación, sin duda.

Este año concursan 80 cortometrajes de 30 países. ¿La lucha por los Premios Danzante va a ser encarnizada?

-Un festival trata de apoyar al sector, en este caso del cortometraje, que es un viaje muchas veces iniciático para sus creadores, en el mundo del cine. Para ellos son muy importantes los premios y ganar en Huesca les abre muchas puertas, si compites, siempre quieres ganar, aunque para nosotros no sea lo más importante. Tenemos 80 cortos, de una selección de casi 2.000, lo que significa que el nivel es altísimo y solo el hecho de llevar el "laurel" de Huesca ya es importante. ¡Suerte a todos ellos!

¿Qué criterios se han seguido a la hora de seleccionar las obras?

-Los habituales, la calidad, tanto en la historia como en el formato; la variedad, temática, formal, de países; tratar de buscar una muestra, de lo que se está haciendo a nivel internacional. Al final, eso es Huesca, una foto fija de la producción del cortometraje internacional.

Antes de realizar la selección, el certamen había recibido casi 2.000 obras de más de 90 países. ¿Qué factores convierten al Festival Internacional de Cine de Huesca en un referente mundial?

-Hay tres factores claros: su historia (una historia que lo ha convertido en referente internacional por el buen trabajo realizado de los diferentes equipos del Festival hasta hoy); su capacidad para ser calificador para los premios Goya y los premios Oscar de Hollywood; y su gran cantidad de dinero en premios, más de 24.000 euros. Luego, el que viene, disfruta, y siempre quiere repetir. Ese factor también es importante, el Festival y la ciudad tratan bien a la gente.

La docuficción Marcelino, el mejor payaso del mundo inaugurará esta edición. ¿Qué supone para el certamen estrenar esta película tan esperada?

-Los estrenos son importantes, difíciles de conseguir, entras en "lucha" con otros festivales... pero poder estrenar Marcelino es especial. Marcelino era de Huesca, de Jaca, nosotros seguimos el proyecto desde el principio, su producción y su director son aragoneses, y desde que vimos la exposición de la DPH nos encantaba la historia. Poderse estrenar en Huesca es una historia redonda para nosotros que cierra un círculo.

¿Cuáles son los otros largometrajes que llamarán la atención del público?

-Sin duda, la programación del autocine es muy atractiva. El ciclo de José Luis Cuerda (Amanece que no es poco y Tiempo Después) va a ser desternillante; ver Invisibles de Gracia Querejeta también es especial porque suponer recuperar una película que justo se estrenó antes de la pandemia y que empezó funcionando genial en los cines, merece otra oportunidad para que el público pueda verla. Sobre el cierre con Aprendiendo a conducir, una comedia de Coixet, es otra de esas cosas redondas, no puede haber mejor final.

Dos de los nombres propios de esta edición serán Isabel Coixet y Anna Castillo, que recibirán los premios "Luis Buñuel" y "Ciudad de Huesca Carlos Saura", respectivamente. ¿Por qué han sido las elegidas para estos merecidos galardones?

-Anna Castillo nos encanta, desde sus inicios nos parece una actriz total, es muy joven y lo tiene todo. Cada uno de sus trabajos rozan la excelencia, además hace de todo (comedia, drama...). Es, sin duda, un referente para su generación y su carrera solo acaba de empezar.

Coixet es la directora más importante de nuestro país, es una figura de referencia internacional. Su carrera ha sido muestra para muchas jóvenes directoras, su cine trata temas universales de una manera muy personal y su trayectoria merecía sin duda este reconocimiento.

Una vez más, el festival premia a mujeres artistas y mantiene el feminismo y la igualdad como dos de sus principios fundamentales. ¿Es crucial esta visibilidad para intentar alcanzar la paridad en el séptimo arte?

-La igualdad está en la base del Festival, del equipo y de nuestra manera de trabajar. No alardeamos de ello, nos parece más interesante normalizarlo. Esto se materializa en que, cuando vemos que hay secciones, jurados, invitados etcétera, cuyas listas se llenan de nombres de hombres (algo habitual), paramos y las repensamos. A partir de ahí, para las selecciones finales ya entran otros criterios, pero en la base del trabajo sí que hay un esfuerzo por buscar la paridad. Además, también tenemos una colaboración muy cercana con el IAM.

La Cátedra Bergman recogerá el Premio Pepe Escriche. ¿Qué tiene de especial este programa de la Universidad Nacional Autónoma de México?

-La Cátedra Bergman cumple 10 años siendo referencia de la cultura en general y del cine y el teatro en particular, para todo Iberoamérica, desde la Universidad Autónoma de México. Destacan sus encuentros, sus charlas o sus debates, generadores de sinergias y enriquecedores de un sector cultural, desde el ámbito de la Universidad. La formación siempre es importante y muchas veces nos olvidamos de premiarla cuando es excelente.

Este va a ser su tercer año al frente del certamen. ¿Se están cumpliendo los objetivos que se había marcado en un primer momento?

-Creo que sí. Creo que cogí la dirección en un momento en el que el festival volvía a sentarse tras el terremoto que supuso la muerte de Pepe Escriche y la llegada de la crisis económica. El equipo es muy sólido y profesional, y el apoyo de las instituciones, sobre todo el Diputación Provinciales de Huesca y Ayuntamiento, importante. Mi objetivo es aportar mi experiencia y mis contactos para hacer que el festival haya ido subiendo escalones y creo que se están subiendo. El primer año se reconoció la calificación de los cortometrajes documentales a los Oscar, el año pasado involucramos a Carlos Saura en el Premio Ciudad de Huesca. Son dos hitos importantes. Además, nuestra repercusión fuera ha crecido y la implicación y la relación con la ciudad (sesiones al aire libre, relaciones con otras asociaciones e instituciones...) también. Estoy contento, pero aún tengo mucho que aportar. Creo que la ciudad se puede sentir muy orgullosa de su festival.

¿Cómo mira al futuro Rubén Moreno como director del Festival Internacional de Cine de Huesca?

-Con ganas de seguir haciéndolo crecer y de involucrar cada vez más a la ciudad. Ganas de mantener un equipo de profesionales magnífico; también con responsabilidad y respeto... lo veo de camino a su cincuenta aniversario, fuerte, sano y también divertido, por qué no.