Familiares y amigos dan un adiós "confinado" a Juan Marsé

BARCELONA.- El actual momento de la pandemia, con rebrotes en el área metropolitana de Barcelona, condicionó este martes un adiós íntimo al escritor Juan Marsé, fallecido el pasado sábado a los 87 años, e impedido el homenaje que merecía por su significación en la literatura española de la segunda mitad del siglo XX.

Ni el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, ni el presidente de la Generalitat y antiguo editor, Quim Torra, se acercaron al tanatorio de Sancho de Ávila de Barcelona, donde el lunes quedó instalada la capilla ardiente del autor de Últimas tardes con Teresa o Si te dicen que caí.

Lejos quedan los homenajes multitudinarios que recibieron grandes personalidades del mundo de la cultura barcelonesa, desde el editor José Manuel Lara Bosch a la soprano Montserrat Caballé, al actor Pepe Rubianes o al escritor y amigo de Juan Marsé Terenci Moix, que tuvo incluso su capilla ardiente "laica" en el mismo Salón de Ciento del Ayuntamiento de Barcelona.

En la ceremonia, que tuvo lugar en la pasada jornada a las 12:45 horas en Sancho de Ávila, se congregaron familiares y un escaso número de amigos del escritor debido a las restricciones de acceso por la pandemia de coronavirus.

Uno de sus nietos -sus "rabos de lagartija", como gustaba decir a Marsé- leyó un autorretrato que el propio autor escribió en una ceremonia en la que se proyectaron fotografías de Marsé. Además, la editora de la Agencia Carmen Balcells Gloria Gutiérrez glosó su figura y su obra.

La música también tuvo un protagonismo muy especial en esta ceremonia íntima con la canción Mediterráneo, del cantautor Joan Manuel Serrat, presente en el funeral, al igual que hiciera el lunes en la capilla ardiente.

Marsé y Serrat estaban unidos por una amistad nacida en los años 60 y el escritor colaboró en la letra de la canción Los fantasmas del Roxy, escrita a partir del libro de su novela El fantasma del cine Roxy, que había publicado pocos años antes.