Cultura

FESTIVAL INTERNACIONAL EN EL CAMINO DE SANTIAGO

Riqueza y belleza de contrastes sonoros gracias al grandísimo poder de la viola

La violista Isabel Villanueva actuó en la iglesia parroquial de Santa Cilia

Riqueza y belleza de contrastes sonoros gracias al grandísimo poder de la viola
Riqueza y belleza de contrastes sonoros gracias al grandísimo poder de la viola
F.C.S.

HUESCA.- La iglesia parroquial de Santa Cilia acogió la tarde del pasado jueves un nuevo concierto del XXIX Festival Internacional en el Camino de Santiago, que organiza la Diputación de Huesca.

Fue el turno de la viola de Isabel Villanueva, que realizó un precioso, medido y apasionado Hommage a partir de composiciones de Biber, Kurtág y Bach. Silencio solemne para conjugar la maestría de la viola sola, y aplauso largo y unánime por la sabia ejecución de las piezas.

"Un repertorio muy escogido, pues es un homenaje en el mayor sentido de la palabra, un homenaje a la vida, a las obras en sí y al mensaje que transmiten, o lo que quiso conseguir el compositor. Están escritas para personas que fueron importantes en sus vidas", destaca Villanueva. Y obras grandes, tanto para el toque de Villanueva como para la escucha del atento público que disfrutó intensamente de la escena sonora en Santa Cilia.

El ciclo musical ofrecido en el concierto fue claramente circular. "Tanto en el conjunto como en cada una de las piezas es circular, empezando por la Passacaglia de Biber -obra con un comienzo y un final exactamente igual-, así como la gran Chaconne de Bach, última en el repertorio, escrita como homenaje cuando se enteró del fallecimiento de una de sus mujeres".

Y por otra parte el magnífico directo contó con la obra central de Kurtág, selección de Signs, Games and Messages, "homenaje a personas importantes también en la vida de Kurtág".

"Aparte, todo el tema del sonido, del espacio y de la arquitectura, que también tienen que ver mucho con los marcos históricos del festival, me parecía muy coherente en el sentido sensible y humanista de la música. Podíamos decir que es un concierto un poco filosófico de viola sola", destaca simpática Isabel Villanueva.

Un claro homenaje a la vida, a la sensibilidad, claramente "en una misma sintonía de arquitectura sonora de espacio, sonido y silencio", aspectos que no hicieron otra cosa que multiplicar en belleza la interpretación ofrecida, en un espacio como la iglesia parroquial de Santa Cilia, que como sucedió el año pasado con Cantoría, fue como anillo al dedo a la propuesta del directo.

"La viola es mi voz, un timbre medio, una tesitura prácticamente como la tesitura de la voz humana, y eso hace que tenga una capacidad tímbrica muy vocal, muy lírica, y llena también de contrastes". En esta línea, Villanueva destaca que "las dimensiones de la viola son muy ambiguas, porque no tienen un tamaño estándar, y eso hace que todas las violas sean distintas, incluso que la técnica sea adaptable a cada uno de los instrumentos con la persona que lo está ejecutando. La viola es un instrumento imperfectamente humano, y muy completo para poder transmitir expresiones", comparte con contenida emoción la intérprete de viola.

Para la artista navarra fue "un concierto muy especial, pues es el primero de viola solo que doy este año, y además después de todos estos meses de confinamiento, con lo cual es una noche única, además aquí en el Festival en el Camino de Santiago, que es un evento muy importante dentro de la música antigua y barroca".

Isabel Villanueva desarrolla una intensa carrera que la ha llevado a tocar con importantes orquestas de Latinoamérica, Rusia, Oriente Medio, China y Europa. En 2013 se convirtió en el primer intérprete de viola internacional en ofrecer recitales en Iránl