Cultura

MÚSICA EN EL ALTO ARAGÓN

Olga y los Ministriles, latidos de la tierra para alumbrar Alquézar

El concierto enmarcado en el Festival SoNna cerró una semana en la que también actuaron Pecker en Sabayés, Ángel Petisme en Almudévar y Hovanissian y Boghossian en Piracés

Olga y los Ministriles, latidos de la tierra para alumbrar Alquézar
Olga y los Ministriles, latidos de la tierra para alumbrar Alquézar
DPH

HUESCA.- El Festival Sonidos en la Naturaleza de la Diputación Provincial de Huesca ha superado su ecuador y lo ha hecho con las actuaciones de Olga y los Ministriles este domingo y de Hovanissian y Boghossian, Ángel Petisme y Pecker los días previos. Este ciclo de conciertos al aire libre en lugares singulares gana cada vez más intensidad con nombres reconocidos y también otros emergentes del panorama musical de Aragón. .

Latidos de nuestra tierra con pulso fuerte y constante. Así sonaron Olga y los Ministriles este domingo en Alquézar, en el marco del Festival SoNna Huesca, con su disco Flamas. Las millors canzions en aragonés. La emoción ha estado muy presente entre el público durante la actuación, hasta tal punto que a más de un asistente le resultó imposible contener alguna lágrima al sonar temas tradicionales como Aqueras Montañas o S"ha feito de nuey, en la voz de Olga Orús; un concierto cargado de sentimientos en un lugar repleto de historia. El escenario fue el espacio que rinde homenaje a la figura de Vicente Baldellou, apasionado y entusiasta arqueólogo que fue director del Museo Provincial de Huesca y que descubrió, en los años 70 y 80, los abrigos rupestres en las cuevas del Parque Cultural Río Vero.

El Festival SoNna Huesca busca precisamente la simbiosis entre música y ubicación, que el lugar complemente o enriquezca una determinada actuación, y la semana ha habido muy buenos ejemplos de ello. El nexo de unión entre Olga y los Ministriles y el espacio Vicente Baldellou fue esa disposición de indagar en nuestra propia historia para que nunca caiga en el olvido. El canto de la vocalista Olga Orús sumerge sin remedio a autóctonos y a foráneos en el rico patrimonio musical aragonés. Son canciones que han marcado vidas y familias y que atraviesan generaciones en lo que puede denominarse una suerte de himno a la vida, a la esperanza, al paisaje y a la comunidad. Quizá sin ser del todo consciente, también Baldellou logró algo muy similar con sus hallazgos: rescatar las muestras que indican quiénes fuimos y de dónde venimos, preguntas esenciales en la evolución del ser humano. Ambos factores convirtieron este concierto en una experiencia muy enriquecedora para los asistentes en la villa medieval de Alquézar, uno de los pueblos más bonitos de España.

La música aragonesa protagonizó así la jornada del domingo en SoNna Huesca, que se fija especialmente en los grupos del propio territorio que representan el 80 % del cartel de esta primera edición como muestra de apoyo al sector en un contexto difícil. No obstante, también se exploran las músicas del mundo, un deber tratándose de una iniciativa cultural que surge como alternativa del Festival Pirineos Sur, inviable este año por la incompatibilidad de su formato con las medidas preventivas necesarias en la crisis sanitaria del coronavirus.

El pasado sábado, la música armenia tomó un lugar inspirador. La intervención artística Árboles como arqueología, del artista Fernando Casás, se enmarca en el proyecto "Arte y naturaleza" que la Diputación Provincial de Huesca inició en 1994. Esta obra pública compuesta por ocho columnas de granito y dos olivos centenarios se sitúa en la localidad de Piracés, en un acantilado que brinda unas vistas sorprendentes y privilegiadas del entorno. El visitante se siente diminuto ante la inmensidad que le rodea.

Esa sensación se convirtió en pura magia con Vardan Hovanissian y Arcadi Boghossian interpretando la rica herencia musical de sus antepasados en alianza con sonidos provenientes de Turquía y Siria. La unión entre la profundidad de su música, la intervención artística de Casás y el idílico paisaje absorbió al público desde el inicio hasta la conclusión del concierto en una experiencia casi mística; casi con toda probabilidad, ninguno de los presentes se habría extrañado si alguien volara sobre una alfombra en el horizonte, como en los cuentos de las Mil y una noches.

La cultura oriental adquirió otra dimensión al sonar ante las desérticas sierras de Alcubierre y de Lanaja, de un lado, y las sierras prepirenaicas exteriores, al otro lado. El aforo máximo determinado por la DPH para la ocasión era de cien personas que pudieron disfrutar in situ de la actuación. Además se pudo seguir la actuación a través de streaming en el canal de Youtube de la institución provincial.

La cuarta semana del Festival SoNna Huesca tuvo también su momento sobrecogedor. El poeta y cantautor Ángel Petisme interpretó el pasado viernes su trabajo más personal, el disco Pilar, en memoria de su madre tras su fallecimiento. Las letras profundas y emotivas hicieron sentir al público el duelo por su pérdida y la de dos amigos en fechas muy recientes. El lugar señalado fue el castillo de la Corona, en Almudévar, un punto patrimonial declarado como Bien de Interés Cultural, que preside unas buenas vistas del entorno de la localidad.

Allí sonaron ante un centenar de personas las piezas de este artista que atesora una amplia y sólida trayectoria con 18 discos en su haber y conciertos y recitales en países de Europa, África, Oriente, Estados Unidos y Latinoamérica.

De la canción de autor, al pop más actual con Pecker. Raúl Usieto congregó a cien asistentes en el espacio Salto de Roldán, en Sabayés, para escuchar los temas que componen su trabajo El incendio perfecto, una serie de canciones que cargan pilas con una visión de la vida que desprende ganas, motivación, ilusión y entusiasmo. Sus letras y ritmos invitan al oyente a mover su cuerpo con el ritmo y a sentirse muy partícipe en sus directos. La creatividad de Pecker se pone de manifiesto en composiciones como Seremos parte del huracán, con la que comenzó su actuación y que arrancó un sonoro aplauso de todos los asistentes y, seguramente también, de quienes lo siguieron por streaming.

Era únicamente un preludio de lo que estaba por venir. El oscense demostró estar en plena forma a pesar de llevar un año sin tocar en directo, porque decidió hacer una pausa para dedicarse en mayor medida a la composición. Sin embargo, no dudó en participar en el Festival SoNna Huesca porque lo considera "una gran idea" en estos tiempos que corren.