Cultura

DOMINGO - GENTE DE AQUÍ

Divina Sabaté: “La obra sale de la pared y va al espacio, donde vive y crea vida”

La artista fragatina se ha desarrollado ligada al mundo del arte en todas sus facetas

Divina Sabaté: “La obra sale de la pared y va al espacio, donde vive y crea vida”
Divina Sabaté: “La obra sale de la pared y va al espacio, donde vive y crea vida”
S.E.

Divina Sabaté (Fraga, 1960) ha bajado su arte de las paredes y lo ha trasladado al espacio exterior para fundirlo con la naturaleza, una idea que siempre le ha atraído y que se ha plasmado ahora en un proyecto artístico de futuro. Una evolución más de esta fragatina inquieta que no deja de formarse y progresar en un ámbito en el que ha vivido implicada desde su infancia, de la mano de su padre, el pintor y escultor Salvador Sabaté, y del que conoce todas sus facetas.

Su primera formación fue en la academia de su padre y en todo el ambiente que rodeaba su dedicación al arte, lo que le introdujo en un mundo que finalmente logró atraparla. Estudió en el Colegio Santa Ana y en el Instituto Ramón J. Sender, y tras un tiempo para decidir entre sus múltiples intereses -en el que impartía clases de pintura y dibujo-, optó por Bellas Artes, que cursó en la Universidad de Sant Jordi de Barcelona, estudios a los que sumó después Psicología por la Universidad Marti Virgili de Tarragona e Historia por la Uned. "Todo llega por las inquietudes que he tenido, siempre llevándolas al ámbito artístico -remarca-. He ido bebiendo de todo ello, por eso parte de mi obra habla de la historia de la humanidad y el paso del tiempo".

En la galería que tenían en Cambrils era continuo el contacto con amantes de arte, principalmente ingleses y belgas, a quienes les gustaba su trabajo. Con 18 años ya iba participando en exposiciones por España, y unos galeristas holandeses que buscaban artistas le ofrecieron trabajar con ellos. Así fue como su obra "Arte intemporal" sobre la historia de la humanidad llegó a las universidades chinas, donde los estudiantes desarrollaban distintas actividades basándose en ella y su reflejo de "la lucha por la supervivencia". De la mano de estos y otros marchantes, su trabajo también se expuso en galerías de Londres, Nueva York, Sicilia... y a través de la Asociación de Bellas Artes en París, colgó su obra "Notre passé" en el Carrousel de arte contemporáneo del Louvre. Esta se enmarca en la colección "La llave del tiempo", en la que aborda "la parte espiritual del ser humano" y con la que se siente "muy identificada".

Como indica Divina Sabaté, "trabajo continuamente con distintas formas del mundo del arte"; impartir formación, llevar a cabo exposiciones, encargos... y un proyecto personal que supuso cumplir la "ilusión" de su padre de crear un museo en Fraga: en el año 2000 vio la luz la Casa Museo. "Tenemos una colección de arte muy importante, ¿por qué no hacerlo? -recuerda sobre el origen-, y decidimos ir adelante en honor a mi padre y para que hubiera una oferta turística y cultural el Fraga". La casa ha acogido múltiples visitas, presentaciones y talleres de arte. "Ha sido enriquecedor a nivel personal y a nivel cultural para Fraga". Ahora ha cambiado, y ahí tiene su taller y se hacen visitas personalizadas de cara a la venta de la obra del importante fondo de inversión con que cuenta. También realizó un máster en Gestión Cultural por la Universidad de Barcelona y trabajó ocho años, hasta 2015, como gestora de arte del Ayuntamiento de Fraga, donde aportó sus conocimientos y relaciones con el mundo del arte en un "enriquecimiento para los fragatinos y para los artistas que vinieron", apunta.

La evolución como artista de Sabaté partió del hiperrealismo -"era muy perfeccionista"- pero siempre "creando un mundo especial, un entorno en el que pudiera uno sentirse en la intimidad". Poco a poco fue encontrando más expresión. "Buscaba más las sensaciones que creaba la materia en la obra", explica, y dio el paso al neoexpresionismo, "uniendo abstracto con realismo; un simbolismo para implicar al que lo está viendo". Para Sabaté, "el artista necesita crear, hacer cosas nuevas para impactar al que lo mira, que le aporte sensaciones y le toque la fibra personal, que le haga sentir y vibrar; es lo que busco en las obras que hago".

Desde hace unos años ha dirigido su mirada al exterior con diversas intervenciones artísticas, y se ha formado como técnico paisajista para ahondar en su proyecto de "integrar el arte en el jardín. Quiero unir el arte con el paisajismo y que tenga la importancia del diseño artístico para que esté integrado en el territorio, siempre protegiendo la biodiversidad". Se trata de un nuevo salto "que me está emocionando, porque la obra sale de la pared y va al espacio, donde vive y crea vida", resume.

Para Sabaté, el paisajismo y los jardines no dejan de ser una forma de pintar. "En vez de un lienzo en blanco tienes un paisaje, en vez de tener óleos tienes plantas, y cada temporada es una obra distinta, donde se integra el arte en el pavimento o en vertical". El resultado es que "creas tu mundo. El mínimo te da el máximo". Con Valentia -con quien ha colaborado en otras ocasiones, como con la etiqueta del Vino Amigo 2019- está cerca de culminar un proyecto que plasmará este nuevo campo en el que planifica, diseña y desarrolla un universo único.