HUESCA.- Debido a la obtención del contrato de servicios "Ángel Fuentes de Cía" va a examinar el legado fotográfico de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos de Huesca desde finales del siglo XIX hasta el estallido de la Guerra Civil Española.

¿Cuáles son los hechos más relevantes de tantos años de trabajo?

-En todo momento, la Comisión de Monumentos de Huesca - al igual que las del resto del país- estuvo encaminada desde sus inicios en la tutela de diversas obras artísticas procedentes de la desamortización y su conservación posterior en un museo. Aunque fue, sin duda, la puesta en valor del patrimonio monumental de la provincia mediante informes históricoartísticos la verdadera razón que motivó la introducción de la fotografía dentro de este organismo artístico. Poco a poco el progresivo acrecentamiento de las colecciones fotográficas a comienzos del siglo XX supuso una nueva época de "renacimiento" para esta disciplina artística al quehacer diario de los comisionados. Y permitió, a mi juicio, dos aspectos de gran relevancia. Por un lado, afianzarse como el instrumento más fidedigno para reflejar el patrimonio monumental frente a otro tipo de representaciones en desuso, y, por otro, su utilización bien profesionalmente o amateur, según fue popularizándose, con un único fin: documentar el estado de conservación del patrimonio.

¿Quienes son los fotógrafos más destacados que participaron en este proyecto y qué impronta dejaron?

-La investigación que se presenta en los próximos meses permitirá afianzar con mayor seguridad esta cuestión. Aun así, podemos aventurar la estrecha relación de algunos gabinetes profesionales oscenses como el de Félix Preciado o Fidel Oltra, entre tantos otros de ámbito nacional y posiblemente internacional. Un magnifico corpus fotográfico que vino avalado por el interés de sus comisionados para acrecentar aquellas colecciones y actuar incluso ellos mismos como fotógrafos aficionados, debido a su privilegiada posición profesional. De esta manera, ilustres historiadores, miembros destacados del clero o renombrados arquitectos vinculados a la historia del arte local se convirtieron en relevantes actores en la historia de la fotografía altoaragonesa.

Uno de sus objetivos es completar los fondos fotográficos porque son desconocidos para el gran público. ¿Qué sorpresas alberga la historia de la Comisión?

-Debemos recordar la interesante difusión que alcanzó, hace ya unos años, el legado fotográfico del historiador Ricardo del Arco y Garay. Uno de los miembros más influyentes del siglo XX dentro de la historia del arte local oscense, que participó asiduamente en la Comisión Provincial de Monumentos. Gracias a este proyecto, serán otras personalidades las que ocupen este relevante protagonismo gracias a la desconocida presencia de estas imágenes fotográficas. Y en este sentido, sea posiblemente la puesta en valor de gabinetes fotográficos locales o bien figuras relevantes procedentes de familias oscenses las que sirvan de acicate para sorprender al público y llamar la atención de la comunidad científica.

¿Cuáles son las imágenes más destacadas de su legado?

-Aunque existe un compendio de fotografías muy relevantes a lo largo de su existencia, con toda seguridad, la declaración de los denominados monumentos nacionales de la provincia y las atenciones económicas prestadas para su restauración posterior fueron, a todas luces, las actuaciones más destacadas que permitieron reflejar el estado de conservación de aquellas arquitecturas emblemáticas de la provincia. Sijena, San Pedro el Viejo o San Juan de la Peña, fueron, entre otras, las primeras imágenes que asentaron los cimientos de aquel legado fotográfico durante los años sucesivos.

¿Qué papel cumple la Comisión en la divulgación del patrimonio oscense?

-La riqueza fotográfica que atesora este tema de estudio no puede entenderse sin la aportación intelectual de aquellos primeros profesionales dedicados a la investigación del patrimonio histórico-artístico y la necesaria utilización de la fotografía para registrar visualmente la documentación escrita. Así, el uso de esta disciplina se convirtió en la herramienta imprescindible para testimoniar el estado de conservación de nuestro patrimonio y en el medio fundamental para el conocimiento de nuestras colecciones histórico-artísticas y de ciertos monumentos u obras que habían desaparecido. Ya en el siglo XX, todo este legado permitió afianzar la construcción del primer archivo fotográfico del territorio altoaragonés e iniciar un relevo generacional de comisionados implicados en la investigación, conservación y difusión del patrimonio oscense.

¿Qué supone para su carrera haber conseguido esta ayuda de la Diputación Provincial de Huesca?

-Es un grato reconocimiento a la tarea investigadora que llevó desarrollando desde hace años en el campo del patrimonio cultural aragonés y más concretamente en los estudios referidos al patrimonio fotográfico de nuestra comunidad autónoma.