Cultura

EXPOSICIÓN

Vuelta a la realidad con 'Ecos imborrables'

Más de setenta personas de entidades vinculadas a Cadis Huesca tuvieron la oportunidad de visitar la exposición, surgida a raíz del proyecto artístico "Historias de una pandemia"

Vuelta a la realidad con 'Ecos imborrables'
Vuelta a la realidad con 'Ecos imborrables'
C.H.

HUESCA.- "Cuando supimos de la exposición vimos, desde el grupo de Ocio de Cadis Huesca -integrado por las entidades ASZA Huesca, Aspace Huesca, Valentia, Fundación Agustín Serrate, Casa Familiar San Lorenzo de Cruz Blanca, Asapme Huesca, Down Huesca y Autismo Huesca- , una oportunidad para volver a salir. Llevábamos mucho tiempo paralizados por culpa de la pandemia sin hacer ninguna actividad presencial, mixta..." La visita constituía un pequeño reto para el que, según cuenta Nuria Araujo, coordinadora del grupo, encontraron la solución gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Huesca y a las organizadoras de la exposición, Rocío Ortega y Paula Berdiel.

"Era complicado, por las restricciones de aforo del Centro Cultural, la cantidad de gente que éramos, las normas de cada centro..." pero finalmente doce grupos, cada uno formado por seis personas de la misma entidad, pudieron contemplar la exposición durante los días 1 al 5 de febrero, una actividad en la que "tanto el Centro Cultural Manuel Benito Moliner como Paula y Rocío, que dejaron de lado sus trabajos para poder estar con nosotros y acompañarnos durante las visitas, se adaptaron a nosotros, a nuestras necesidades especiales" afirma Nuria.

Más allá de volver a las actividades habituales del grupo de ocio de Cadis Huesca, "la temática de la exposición nos dio la excusa también para comenzar a trabajar y analizar con ellos la situación que estamos viviendo: algunas de las personas del grupo llevaban un año sin hacer ningún tipo de actividad fuera de su centro, sobre todo las que viven en sistemas residenciales, que no han pisado la calle en un año, prácticamente. Queríamos ver qué nos removía, cómo habíamos vivido en su momento el tiempo de confinamiento, las continuas y cambiantes restricciones... porque este colectivo ha sido uno de los más perjudicados, de los que más ha sufrido las consecuencias de esta crisis sanitaria."

"Ecos imborrables", que aglutina fotos, relatos, vídeos, e ilustraciones recopiladas por sus creadoras en los meses más duros de la pandemia, comenzaba con los relatos. "Cincuenta relatos que son cincuenta esencias, cincuenta vidas, porque detrás de cada caja -cada texto está enmarcado en una caja que lo contiene- hay una historia vivida. Una historia que merece ser contada. Las cajas, cuadradas, hacen alusión a las ventanas desde las que veíamos la realidad durante el confinamiento". La que así habla es Rocío Ortega, cofundadora del proyecto "Historias de una pandemia" y creadora, junto a Paula Berdiel, de la exposición.

El recorrido que propone la muestra conducía después a las fotografías, "también cuadradas, como las ventanas", muchas de ellas realizadas por fotógrafos profesionales. Después a las ilustraciones, tendidas, sujetas con pinzas como en los tendedores "de los patios de vecinos en los que se tenían las conversaciones". Patios y balcones se convirtieron en canales de comunicación, en la parte más alegre de la realidad que estábamos viviendo", recuerda Rocío.

Acto seguido la exposición ofrecía "un recorrido emocional por las cinco emociones que hemos vivido durante la pandemia: sorpresa miedo, ira, tristeza y esperanza, y en el que han colaborado dos psicólogas de Huesca". Una instalación interactiva en el que las personas podían sumergirse en esas emociones y escuchar a través de cascos lo que era "hablarles directamente".

Las impresiones de cada visitante tras ver y sentir "Ecos..." podían acabar formando parte misma de la exposición, dentro del elemento que la "cerraba": un gran corazón enmarcaba los post it con cada uno de esos escritos, flanqueado por bolsas de papel decoradas por personas vinculadas a Aspace Huesca y Autismo Huesca: "con su colaboración queríamos simbolizar que esta exposición es para todo el mundo". Ese ánimo inclusivo se respiraba en toda la concepción de la muestra en la que, sin embargo, hubieran querido ir más allá, recopilar más material por parte de personas con discapacidad "un colectivo que ha estado muy encerrado y que tiene muchas cosas que contar". Una mirada llena de matices que han conocido a raíz de las visitas de las personas pertenecientes al grupo de Ocio de Cadis Huesca, de la que, reconocen, apenas se ha hablado durante la pandemia: "al conocerles, y conocer sus historias, nos ha sorprendido lo poco que se les ha visibilizado".

Esta exposición, para sus autoras, "es el broche de oro y muestra de agradecimiento a toda la gente que ha participado con nosotros. Y en la que también hemos podido hacer nuestro particular homenaje a los sanitarios". Ese homenaje se cristaliza en sonidos reales de UCI y testimonios de los que han estado en primera línea de batalla, que se pueden escuchar, con cascos, sentados "en sillas que simulan las salas de espera de un hospital".

"Durante la visita, hubo gente que empezó en ese preciso momento a contar cómo lo habían vivido, si se sentían reflejados con alguna de las imágenes o textos expuestos... otros estuvieron en silencio, como si no quisieran recordar lo que habían pasado..." cuenta Nuria Araujo. "Creo que les removió, sí, afirma por su parte Rocío "al final no creamos una visita guiada al uso, se creó un espacio de conversación, de debate... Ellos pudieron expresarse y creo que se sintieron escuchados".

La lectura de los relatos, profundos y emotivos, la calidad de las fotografías, el toque de humor de las ilustraciones, el impacto de los testimonios de los sanitarios... cada miembro del grupo experimentó sensaciones y sentimientos diferentes y diversos que estamparon después en los post it del corazón. "Hemos aprendido más nosotros de ellos que al revés. Nos han dado la oportunidad de conocer su realidad, que era desconocida para nosotras" concluye Rocío.

UN #ALBRASERO MUY ESPECIAL

Tras disfrutar de la muestra in situ, llegaba el momento de poner en común, entre todo el grupo de ocio, cómo habían vivido esta primera salida y qué les había hecho sentir esta "exposición para el recuerdo" como la definiría Nuria Araujo. Esta puesta en común se realizó a través de la plataforma online que proporciona el espacio #AlBrasero, de Cadis Huesca. En este espacio en el que se celebran regularmente encuentros digitales abiertos al público, se desarrollaron la semana pasada dos encuentros entre los miembros del grupo de ocio, en los que compartieron impresiones tras la experiencia visual y emocional que les supuso una exposición en la que "se vieron muy reconocidos".

Pudieron confesar, verbalizar, poner voz a los sentimientos que tuvieron desde el estallido de la crisis sanitaria y el inicio del estado de alarma. Expresiones como "tristeza", "sorpresa", "se me vino el mundo encima", "no quiero ni volver a pensar en ello.", "no me gusta que me quiten mi libertad" se entremezclaron con testimonios que dan fe de la absoluta y admirable adaptación y la capacidad de resiliencia que demuestra este colectivo, como por ejemplo "el confinamiento me sirvió para estrechar lazos con mi familia", "pude conocer más a mis compañeros de residencia", "disfruté más de la música y la lectura" o "fue la ocasión de fortalecer amistades en mi centro".

Rocío, presente en uno de los encuentros online, apostilló en una de sus intervenciones que "si algo bueno ha tenido el confinamiento es que se ha visibilizado la empatía, se ha trabajado la solidaridad, a pesar de la distancia social. Hemos crecido como personas". En estas dos citas digitales, participaron gran parte de las personas vinculadas a las entidades de Cadis Huesca que integran el grupo de ocio.

DETRÁS DE CADA VENTANA, UNA HISTORIA. DETRÁS DE CADA HISTORIA... ROCÍO Y PAULA

La exposición "Ecos imborrables" es, en palabras de sus creadoras, Rocío Ortega y Paula Berdiel "un recorrido por las diferentes etapas que la sociedad mundial ha vivido durante la pandemia del coronavirus". Dos oscenses que, en pleno estallido de la crisis del coronavirus, decidieron lanzarse en búsqueda de las emociones y sentimientos que se estaban despertando en la ciudadanía tras el anuncio del estado de alarma y el confinamiento. Cada una por su lado, pero con el mismo objetivo, lanzaron este mensaje en sus redes sociales. Finalmente se encontraron, y decidieron aunar sinergias. Como resultado surgía, allá por abril "Historias de una pandemia", un proyecto creativo solidario creado para servir de canal de comunicación y expresión. Un proyecto en el que se trasladaba de una forma visual y emocional "todo lo que estaba pasando y cómo estaba afectando esta pandemia a cada persona ya sea en el terreno laboral, en el social, como en el personal".

Su iniciativa pronto obtuvo eco y con él, comenzaron a llegar relatos. Más tarde a esos relatos se unirían fotografías, vídeos e ilustraciones. Varios meses después, y gracias a la colaboración de hasta veinte empresas, inauguraban a mediados de enero en el Centro Cultural Manuel Benito Moliner de Huesca la exposición "Ecos imborrables", definida por sus creadoras como "Un viaje al pasado y al presente, de gran carga emocional, pero, sobre todo, un canto a la esperanza. Es y será siempre un homenaje a todos aquellos valientes que lucharon pero se fueron, a quienes vencieron y a quienes nos ayudaron a vencer."