Cultura

EXPOSICIÓN

Cristian Laglera muestra en Binéfar el patrimonio “silenciado” de La Solana

El oscense enseña el estado actual de los pueblos del valle sobrarbense a través de 25 fotografías

Arquitectónicamente hablando, Sasé es uno de los pueblos más interesantes de la zona sobrarbense.
Arquitectónicamente hablando, Sasé es uno de los pueblos más interesantes de la zona sobrarbense.
C.L.

"El valle de La Solana, hoy. Patrimonio silenciado" es el título de la nueva exposición de Cristian Laglera, que se puede visitar durante los meses de marzo y abril en el Pub Novecento de Binéfar (c/ Industria nº 11).

La muestra se compone de 25 fotografías, tomadas en los últimos 10 años, que enseñan “cuál es el estado actual de los pueblos del valle y de una parte de su patrimonio”, explica el autor (Huesca, 1977).

El impacto del proyecto del embalse de Jánovas fue “tremendo” en esta zona sobrarbense. “Más de cien familias y alrededor de mil personas tuvieron que abandonar definitivamente la tierra que los vio nacer”, cuenta Laglera.

“Estamos hablando de los años 60 del pasado siglo XX. Y después del drama de tener que dejar su casa, vinieron las consecuencias: la pérdida de un patrimonio arquitectónico que, en el caso de La Solana, era riquísimo”, lamenta.

Debido al paso del tiempo y a la despoblación, “un porcentaje elevadísimo” de los edificios de esta zona “son o están cerca de ser ruinas”, asevera.

“Hace un par de años se vino abajo parte de la cubierta de la parroquia de San Juan Bautista de Sasé, que es un edificio del siglo XVI pero con reminiscencias románicas. La iglesia del pequeño núcleo de Villamana, dedicada a San Pedro, lleva un par de décadas ya hundida. Afortunadamente pudo salvarse su crismón, que ya brilla en el Museo Diocesano de Barbastro-Monzón”, explica.

San Felices es otro de los atractivos lugares del valle de La Solana que Laglera recomienda visitar.
San Felices es otro de los atractivos lugares del valle de La Solana que Laglera recomienda visitar.
C.L.

Estos son solo algunos ejemplos del estado de los pueblos del valle, en los que, “a pesar de tanta ruina, todavía podemos observar una buena cantidad de puertas -de medio punto o adinteladas- o ventanas que merece la pena inmortalizar”, dice.

“También hemos fotografiado recientemente algún horno de pan. Y el esconjuradero de Burgasé, que no me gustaría pasarlo por alto”, agrega.

Arquitectónicamente hablando, los pueblos más llamativos de La Solana serían Sasé y Burgasé, “que son también los más grandes”, prosigue.

“Hay otros como Villamana, que es uno de los más pequeñitos -dos casas-, al que procuro ir todos los años. Es un lugar con mucho encanto, además de que su iglesia tiene un pajar-secadero precioso, de los más grandes y hermosos que he visto nunca. También existen lugares como San Felices, Ginuábel, Muro de Solana o Gere, que son pueblos que hay que conocer”, advierte el autor.

Cristian Laglera señala que no sabía si definir la zona como “desconocida o ruinosa”, pero finalmente se decantó por “silenciada”.

“El patrimonio que todavía se mantiene digno es desconocido para mucha gente, como lo son sus pueblos e incluso el valle. Luego está el que estamos perdiendo, hace muchos años, ante la indiferencia de todos (o casi todos). Al final, como tanto uno como el otro nadie les da voz... pensé lo de silenciado”, confirma.

Recuperar estos lugares sería “muy complicado”, porque “los accesos son difíciles y la ruina es generalizada” en muchos casos. “Hay algunas excepciones, en las que se podría actuar, pero sinceramente creo que hay poco que hacer. Hay que tener los pies en el suelo”, concluye este gran divulgador de pueblos ocultos de la provincia oscense.