Un libro rescata la película perdida sobre Fermín Galán

La turolense Ana Asión y el zaragozano Antonio Tausiet recogen en el libro Fermín Galán. La película de la sublevación de Jaca la biografía de este militar, impulsor de la sublevación fallida de Jaca que constituyó un precedente de la proclamación de la Segunda República, lo que le convirtió en un icono tras haber sido ejecutado por las fuerzas gubernamentales en 1930, a los 31 años, y la película de su vida, un largometraje de 90 minutos, estrenado por todo lo alto en 1931, en Madrid, y de la que no queda rastro.

El libro que pertenece a la colección Altoaragoneses, del Instituto de Estudios Altoaragoneses, IEA, cuyo objetivo es difundir las biografías de figuras destacadas de la historia de la provincia de Huesca, aborda las peculiaridades que rodearon a la desaparecida película Fermín Galán, un drama sonoro, dirigido por Fernando Roldán, estrenado en el cine Royalty de Madrid el 12 de diciembre de 1931, en el primer aniversario de la sublevación, y con una gran repercusión mediática, y este viernes se presentó en la Diputación Provincial de Huesca en un acto, en el que además de los dos autores, participaron la diputada de Cultura Maribel de Pablo y el presidente del IEA, Alberto Sabio.

De Pablo subrayó que “se trata de un libro interesante y original que no defraudará al lector, incluso les hará imaginar momentos históricos” e hizo hincapié en que “da las claves de cómo empezó la Segunda República en España y sobre la desaparición de la propia película a pesar de que tuvo mucha aceptación social”.

Por su parte, el director del IEA puso sobre la mesa que este texto “aúna rigor científico con calidad literaria, que se lee de un tirón” y subrayó que “es una recuperación del patrimonio fílmico desaparecido en España ya que se trató de una película que gozó de cierto éxito y que tras la Segunda República fue eliminada por varias razones que se apuntan muy bien en el libro, una de ellas, sin duda, tiene que ver con esa metáfora de que se liquidaron también otros avances republicanos en materia de cultura y educación durante la dictadura, pero también algunas más materiales como apunta Fernando Sanz en el prólogo” y revela que “durante la posguerra, con la alarmante carencia de plásticos, se empleó el celuloide para hacer peines de púas y muñecas de plástico”.

Sabio destacó lo transaragonés de este libro por la participación de las tres provincias en el trabajo de investigación que ha durado unos tres años y que “a través de la película se abordan otros temas como la biografía de Galán y la sublevación de Jaca”.

En este sentido, Asión, desgranó que el libro se puede dividir en dos partes: “Una primera en la que se centra en la figura del capitán Galán y en la sublevación de Jaca, aunque no era nuestro objetivo profundizar en este asunto que ya hay muchas investigaciones y documentación sobre ello, y, la segunda, se centra en las características de la película, en sus protagonistas o en la repercusión que tubo en la época, que no fue poca, a pesar de no saberse de ninguna copia hoy en día”.

Tausiet recordó que “la película no ha sido encontrada pero hemos recogido exhaustivamente todos los datos que hay al su alrededor, y merece la pena, desde que se gesta, se graba, se estrena y se distribuye”.

Fermín Galán. La película de la sublevación de Jaca se presenta como “una pequeña aportación a la memoria histórica”, ya que según indica Asión, “era algo necesario investigar esta película que habla de lo que fue la España de comienzos del siglo XX y de la historia que vino después”.

“El objetivo era rastrear todo lo que rodeaba a la propia película, cualquier tipo de información que encontrábamos que nos ayudase a completar el puzzle era bienvenida” relató esta historiadora del arte turolense y continuó insistiendo en la necesidad de poner en valor la cinta desaparecida porque añadió que “nos centramos sobretodo en ver la película más allá de la sublevación de Jaca porque tiene un valor cultural histórico que había que reivindicar, no solo por los valores políticos sino también culturales”.

De este modo, puso de manifiesto que “fue una de las primeras películas sonorizadas del cine español, aunque esto se hizo en París, pero también hubo una versión muda, más extendida por los cines populares, e, incluso, la película llegó a cruzar el océano a Argentina”. 

S.E.