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Elena Gómez Zazurca: “Hay un mensaje que todos llevamos dentro, de serie, que son nuestras raíces”

La directora de Zazurca Artes Escénicas presenta este domingo (18:30) en el Olimpia, Mensaje en una botella

Elena Gómez Zazurca.
Elena Gómez Zazurca.
Javier Blasco

La compañía oscense Zazurca Artes Escénicas presenta este domingo, a las 18:30 horas, en el Teatro Olimpia de Huesca, Mensaje en una botella, una disparatada comedia espacial sobre el futuro medioambiental del planeta y la cultura autóctona en el 3020.

Las últimas tecnologías de video-proyección y animación 3D brindan espectacularidad a una obra con grandes desafíos técnicos. Dirigida por Alfonso Palomares, pone especial énfasis en la música, con una banda sonora de Kike Lera que juega con las raíces en el futuro, y que no podrá estar sobre el escenario, por motivos personales, junto a Elena Gómez Zazurca y Manuel López, siendo sustituido por Alfonso Palomares.

Año 3020, futuro medioambiental del planeta y cultura autóctona. Suena algo así como mezclar agua y aceite.

Sí, suena un poco a oxímoron, pero son una pareja prometedora. El medio natural y la cultura local han mantenido ecosistemas sostenibles durante siglos. Sin embargo, ahora estamos viviendo cómo en muchos aspectos la globalización ha acelerado dramáticamente la destrucción del medio ambiente y cómo tiene sentido dar respuestas a estos desafíos también desde lo local.

“Damos vueltas a temas trascendentales desde la risa, la locura y el disparate”

Por otro lado, me encantaba la perspectiva de vernos a nosotros mismos desde la distancia que concede la Historia. Mensaje en una botella parte de la siguiente premisa: ¿Cómo seremos dentro de un milenio? ¿Qué habrá sobrevivido? ¿Qué es lo más valioso que podemos legar y que por lo tanto deberíamos proteger ahora? ¿Qué consideramos esencial? ¿Sentenciamos al oso pardo o a la lengua aragonesa? ¿Son lastres inútiles o nuestros verdaderos tesoros? Todo depende de cómo nos posicionemos ahora.

Mi padre tenía un huerto magnífico con el que dio de comer a muchos. Ya desde niña me maravillaba y me angustiaba ver los ballos repletos y ser consciente de que mi padre era el último eslabón de una cultura que desaparecía. A él le había llegado un conocimiento -y unas semillas- traspasados de generación en generación, y esa riqueza estaba condenada. De esta inquietud irreconciliable nace Mensaje en una botella. El montaje se lo dediqué a él, y a Javier Brun, por haber sido hortelanos en la sombra para su comunidad.

Háblenos de esta disparatada comedia espacial.

Vamos a ver una trepidante comedia dirigida al público familiar, con lecturas para todas las edades. Le damos vueltas a temas trascendentales, pero siempre desde la risa, la locura y el disparate. Son 70 minutos vertiginosos dirigidos por ese gran virtuoso del género que es Alfonso Palomares, así que diversión y emoción están garantizadas.

En esa diáspora sideral en la que vive la humanidad en el 3020, ¿cómo encajan sus tres protagonistas?

Damos vida a tres basureros espaciales que dan con sus huesos en un planeta desértico. Escribí el texto para ellos y gracias a ellos, porque me inspiraba su vivencia sobre el tema, así que les encaja como anillo al dedo. Kike Lera y Alfonso Palomares interpretan a Akira Nogarol, un personaje obsesionado con sus antepasados aragoneses. Encarna al loco -que se acaba revelando cuerdo- y es el único conectado con las palabras y las melodías tradicionales. Manuel López, un fantástico actor gaditano afincado en Huesca, interpreta a Junkito y nos engancha con la cultura ancestral sureña. Yo interpreto a la capitana de los basureros, una persona que carece de cultura comunitaria, raíces y fe.

“Lo verdaderamente local es universal”

Hablando de Kike Lera, es el autor de la banda sonora de Mensaje en una botella. ¿Hasta qué punto es importante la música en este espectáculo?

La música vertebra el espectáculo y nos salva, es un hilo de Ariadna que nos guía desde el pasado hacia el futuro y que actúa de salvavidas ancestral. Kike ha hecho una labor maravillosa proponiéndonos cuál puede ser esa música del 3020, una cazuela en la que se juntan tradiciones y ritmos muy distintos desde el humor y el cariño hacia melodías propias como la jota. Los ritmos electrónicos se mezclan con temas de raíz muy sentidos como la nana Soniando (con música de José Lera y texto en cheso de Victoria Nicolás) o la Jota triste de Daniel López Bruna.

También desafían a la técnica y recurren las nuevas tecnologías de video-proyección y la animación 3D para trasladar al público a ese planeta inhóspito en el que ustedes acaban.

Agustín Pardo ha diseñado 70 minutos de animación y ha conseguido romper molde con muchos temas; por un lado renderiza imágenes a tiempo real en escena, lo cual es tremendamente complejo, y por otro lado ha realizado una labor -mucho menos visible y gratificante- que es hacer este gran formato de video-proyección adaptable a espacios humildes, lo que nos permite llegar también a pueblos pequeñitos que no cuenten con infraestructura a parte de un enchufe.

Si en Mensaje en una botella la Tierra es sombra de una leyenda, ¿por qué las raíces son más fuertes que la gravedad?

Somos animales de comunidad, sin la comunidad no tenemos posibilidades, las raíces nos dan cohesión, identidad y espíritu. Nos dan la fe del equipo. En Mensaje en una botella una parte del mensaje varía en cada función, porque es el propio público quien lo aporta, otra parte del mensaje la llevamos todos dentro, de serie, son nuestras raíces.

“Este montaje se lo dedico a mi padre y a Javier Brun”

Ustedes tuvieron que salir al espacio para descubrir que todo desierto esconde un pozo.

Es una fantástica cita del clásico de Saint-Exupéry y no es la única, de hecho a El Principito le dedicamos una escena completa. Los humanos somos animales narrativos, en el 3020 nos siguen conformando no solo las voces de la oralidad sino también lo intertextual, todo mezcladito en un pozo inagotable…

¿Ilusionada con subir a las tablas del Olimpia este montaje?

Tengo muchísimas ganas de compartir este montaje con Huesca porque sale de aquí y habla de aquí y de ahora, de lo nuestro. Lo verdaderamente local es universal, así que me enorgullece hacer espectáculos con un corazón muy fato. Y me dirás, ¿y eso qué tiene que ver con basureros espaciales perdidos en el 3020? Pues… es que hay que ver el espectáculo.