Cultura

¿QUIÉN SOY?

José María Barrio: el Ejército y luego, “una sucesión de casualidades”

El ejército era “una cosa que ya traía definida”; a la música llegó “de chiripa” y a la sanidad, “por la familia” 

José María Barrio
José María Barrio
S.E.

José María Barrio, ‘Chema’ para los amigos, nació en Huesca hace 41 años. Hijo de médicos, residió en Angüés hasta los 14 años y pasó media adolescencia “jugando solo y con muchos ratos de introspección, porque no había nadie de mi edad. Esa sensación tengo, estar solo”. Hasta que la familia se trasladó a Huesca. Hizo BUP en el Altoaragón, jugó a baloncesto en el Boscos y “con 16 años llegué de chiripa a la música. Quería tocar la guitarra y a mi tío Miguel, que había tocado en Orni, le pedí una guitarra y un libro de acordes y con eso empecé. Me pasaba tardes enteras tocando. No era un virtuoso, pero me servía para cantarme mi Yolanda de Pablo Milanés, y ligar con las chicas”.

Acabó los estudios en Huesca “e hice un cambio drástico en mi vida y me hice militar, que era una de las cosas que traía ya definidas”. Entre 1999 y 2004 vistió uniforme. Estuvo en el Regimiento de Cazadores de Montaña “América 66” (Navarra) y en 2000-2001 estuvo en Kosovo; “mi compañía estaba destacada en Durakovac, haciendo escolta de convoyes, control de carreteras, patrullas, reparto de ayuda humanitaria. Tiros, ni uno”. Regresó y al paso de unos años, “vi cosas que no cuadraban mucho con mi manera de pensar o de ser, y lo dejé”.

Ya en casa, “por suerte, mis padres me obligaron a estudiar y empujado, a lo mejor, por la familia (padres médicos, su novia y actual esposa médico y su suegra, auxiliar de clínica), hice enfermería en Barcelona”. Trabajó unos meses en el Hospital de Sabadell “y en 2008 volví a Huesca, porque vivir en Huesca siempre ha sido una prioridad para mí. Estoy muy a gusto aquí”. Contratos cortos en Huesca, Sariñena, Grañén..., 2 años en la Clínica Santiago, y desde hace 5 años trabaja en el Hospital de Barbastro, donde “el ambiente es muy bueno, estoy muy a gusto y no llevo idea de moverme”. Está en la UCI, el servicio más castigado por la covid. “La primera ola -comenta- no sabíamos a qué nos enfrentábamos, pero ahora se lleva laboralmente bien porque es un trabajo que ya hemos integrado. Equipamiento no nos ha faltado nunca, creo que por la jefa que tenemos, que ha gestionado muy bien los pocos recursos que había”.

Mientras estudió, fue militar y se hizo enfermero, Chema no olvidó la música. La relación con sus amigos del Altoaragón le llevó al coro de La Encarnación, y después, “a lo tonto, nació el primer grupo, ‘A gusto colores’, que no duró por la movilidad propia de la edad de sus integrantes. En 2006 crearon ‘La muñeca rusa’ y en 2007 dieron el primer concierto como ‘Domador’, grupo en el que Chema es cantante y guitarra. Sólo queda con él Rubén, el batería. “Si lo miro de manera personal, ‘Domador’ es terapéutico. El balance es muy bueno, hemos hecho muchas cosas, hemos estado en festivales y no nos ha ido mal”. El crítico Luis Lles dijo que hacían pop pánico, “y como lo dijo Luis, pues somos el único grupo de España de pop pánico”. Con la covid aparcaron la música y ahora “me dedico “a la puericultura, tengo una hija de 5 años y otra de 10 meses y toca tirar de brazos y de carro”.

Está convencido de que la vida le ha ido como le ha ido, “por una sucesión de casualidades”. El balance, “positivo”.