Cultura

INSTITUTO DE ESTUDIOS ALTOARAGONESES

El 2020 fue para el IEA “un año muy difícil y muy raro” a causa de la covid

La biblioteca cerró el ejercicio pasado con 1.411 usuarios inscritos, 34 más que en 2019

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La bibliotecarias Ana Oliva y Ester Puyol, entre José Miguel Pesqué y Alberto Sabio, director deI IEA.
N.C.

Aunque 2020 fue “un año muy difícil y muy raro, sobre todo por la situación de la pandemia, que ha condicionado todas las actividades programadas”, se puede decir que el Instituto de Estudios Altoaragoneses (IEA) superó el año pasado incluso mejorando resultados en algunos de sus servicios. El resumen que hace de ese ejercicio José Miguel Pesqué, secretario técnico del IEA, es el siguiente: “De todo el programa, solo se pudieron realizar el encuentro de la lengua aragonesa y las jornadas de suelos, a causa de la pandemia, que también condicionó la forma en que los usuarios consultaron nuestros fondos, que hubo menos actividad presencial en biblioteca pero más consulta por internet al fichero bibliográfico aragonés, más peticiones por internet, y también condicionó mucho la consulta del Sipca, el Servicio de Información del Patrimonio Aragonés, que se incrementó considerablemente porque había más tiempo para consultar fondos”.

Respecto a este 2021, comenta Pesqué que “hemos planteado un segundo semestre con previsión de normalidad. Estamos programando a partir del mes de julio todas las actividades con normalidad y aforo prácticamente el 100 por cien. Esto nos ha obligado a apretar toda la actividad en seis meses, lo cual no va a dejar de ser casi una carrera de obstáculos. En todo caso, nos adaptaremos a las circunstancias”. En este primer semestre, “haremos lo mínimo, aquello que es indispensable e ineludible”, como la conferencia de semanas pasadas de Edurne Portela sobre Sender o las jornadas del 14 de abril sobre la proclamación de la República, “pero solo lo imprescindible”.

En septiembre habrá “unas importantes jornadas sobre Historia Medieval en Huesca, un homenaje a Miguel Catalán, los diálogos entre escritores y siguen entrando propuestas nuevas sobre tradición oral, conferencias sobre los estudios de la luz en el románico y en el gótico… Claro, los consejeros proponen sus actividades y nosotros tenemos que adaptarlas al calendario y a las posibilidades económicas”.

La biblioteca

La biblioteca es la joya de la corona del IEA con unos fondos bibliográficos de 39.353 libros; 40.130 volúmenes de colecciones de publicaciones periódicas; 2.719 publicaciones del fondo bibliográfico y editorial del IEA que pueden consultarse a texto completo en digital, y 21.972 artículos de prensa vaciados.

Cerró la biblioteca del IEA 2020 con 1.411 usuarios inscritos, 34 más que el año anterior, y 1.024 préstamos (físicos) de libros, sólo 38 menos que en 2019 a pesar de que entre mitad de marzo y de mayo estas instalaciones estuvieron cerradas por el confinamiento que llevó en sí la declaración del estado de alarma anticovid.

El año pasado, 1.463 personas pasaron físicamente por la Biblioteca del IEA, hubo 466 consultas telefónicas y 1.139 por correo electrónico.

Los usuarios de la biblioteca son “desde estudiantes en el último ciclo de su carrera hasta investigadores totalmente formados y con vías de investigación totalmente definidas”, y “la documentación que se consulta -explica Pesqué- es siempre fondos relacionados con la investigación de un tema de la provincia de Huesca”.

Los usuarios de la biblioteca son "desde estudiantes en el último ciclo de su carrera hasta investigadores totalmente formados"

Es una biblioteca “especializada que requiere que a cada usuario se le preste una atención personalizada y larga, es decir, alguien te puede preguntar un conjunto de bibliografía, la búsqueda de un documento en concreto en diversas bibliotecas, un préstamo interbibliotecario..., no es una biblioteca abierta al público que llegas y te coges un libro, sino que pides un tipo de servicio que puede tardarse horas e incluso días en ser prestado”.

Tiene un público “muy agradecido” -dicen Ana Oliva y Ester Puyol, trabajadoras del IEA- que sabe valorar el trabajo del personal de la biblioteca, lo que se ve reflejado en muchas de las publicaciones que se editan, que dan las gracias al servicio bibliotecario. Es, insiste Pesqué, “una biblioteca que nació con el propósito de servir y no se nos ha desviado ni un ápice, se desviven por los que van allí, si buscan un libro lo buscan hasta que lo consiguen, y si buscan un artículo, igual, hasta que no dan con él no paran… Ayudan mucho al investigador y esto es lo mejor de este trabajo”.

En cuanto a los fondos, el secretario técnico del IEA dice que “lo ideal es tender a un crecimiento cero, es decir que salga de la biblioteca todo lo que entre; sale todo aquello que la información es obsoleta, está anticuado, eso se expurga, se tira, se destruye, o si la información sigue siendo válida pero tiene pocas consultas, se va a otros depósitos”. Y para reducir “la sobrecarga de peso muy importante” que tenía la planta de la biblioteca y mejorar su estabilidad, 19.000 volúmenes salieron en 2020 del chalet de la calle del Parque y fueron llevados al Archivo de la DPH y a una nave acondicionada en el vivero provincial.

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José Miguel Pesqué en su despacho del IEA.
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“Estamos continuamente en un programa de digitalización de artículos, vaciados de prensa, digitalización de fondos, van llegándonos donaciones de fondos especializados, algún documento raro en el sentido de concreto para los temas altoaragoneses…; esto se digitaliza y se pone a disposición del usuario inmediatamente. Y lo mismo hacemos con los libros que se han agotado, en vez de reimprimirlos en papel, lo que hacemos es escanearlos y subirlos en formato libre a nuestra biblioteca virtual”. A finales de año podían consultarse a texto completo 2.719 publicaciones en digital, 311 más que el año anterior.

Sender y Costa

Cabe resaltar, así mismo, la existencia de los centros de estudios Senderianos y Costistas, con 260 y 55 inscritos en diferentes partes del mundo, respectivamente.

Los fondos del Centro de Estudios Senderianos son: 650 monografías de y sobre Sender, 1.797 cartas, 5.866 artículos de prensa y 2.153 artículos publicados en revistas, congresos, jornadas… Además, el mismo ofrece al visitante la posibilidad de conocer obra artística del escritor y objetos de todo tipo que le pertenecieron (documentos, condecoraciones, pruebas de imprenta, objetos personales…).

Los fondos bibliográficos sobre Costa son: 268 artículos de prensa, 235 monografías de y sobre Costa, 10 microfilmaciones, y los registros sobre Costa en el Fichero Bibliográfico Aragonés: 787 artículos sobre Costa y 30 firmados por Costa, publicados en revistas, congresos, jornadas…

Tras el confinamiento, el IEA volvió a abrir, siendo muy solicitadas todas las publicaciones sobre naturaleza y la última obra sobre la Catedral de Huesca de Joaquin Naval, todo lo que es historia local de Huesca es muy consultado. “La consulta estrella es ‘busco mi escudo’ y hay que tener en cuenta que hay linajes muy linajudos que no tienen escudo”, comentan Oliva y Puyol.

La consulta estrella es `busco mi escudo´ y hay que tener en cuenta que hay linajes muy linajudos que no tienen escudo

Sipca

Respecto al Sipca, el servicio de información del patrimonio aragonés, Pesqué resalta que “el aumento de consultas en 2020 ha sido de 50.000 más que el año anterior”, siendo contabilizadas 238.000 visitas, así como “la forma en que los usuarios acceden a nuestros servicios, la proliferación de las consultas en línea y las consultas telefónicas han aumentado en detrimento de lo presencial, que es lógico porque hemos estado cerrados meses y la gente sigue teniendo medidas restrictivas para acceder a los sitios, pantallas, medidas de protección, etcétera, y todo eso cohibe a la gente”.

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Sala de consulta de la biblioteca del IEA.
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Fichero Bibliográfico Aragonés

Pese a la pandemia y sus limitaciones, siguió el trabajo del IEA en el Fichero Bibliográfico Aragonés, una base de datos mutidiscplinar sobre temas aragoneses, en funcionamiento gracias a un convenio de colaboración con el Instituto Bibliográfico Aragonés (IBA) y el Instituto de Estudios Turolenses (IET), que se compone de los trabajos sobre cualquier materia aparecidos en revistas de carácter científico y en otras colectivas (congresos, jornadas, cursos...).

El año pasado, se introdujeron en este fichero 1.414 registros, de los que 1.192 (casi el 85%) fueron generados por el IEA, 106 por el IET y los 26 restantes, por el IBA. La biblioteca del IEA “ha apostado claramente por el acceso abierto a la literatura científica y por esta razón ha hecho posible de manera paulatina que a través de la página de consulta del FBA, en nuestra web se pueda acceder a los artículos en formato PDF. Actualmente contamos con 21.852 trabajos accesibles a texto completo en formato digital, del total de registros. Además, en otros 5.552 se facilita el enlace a las respectivas páginas web en las que es posible encontrarlos a texto completo”, informan desde el IEA.

Otras actividades

El IEA, por otro lado, continuó en 2020 con el vaciado sistemático de artículos de prensa, alcanzando los 21.972, 1.406 más que en 2019. “Aprovechando el funcionamiento impuesto por la pandemia, iniciamos la catalogación de las publicaciones periódicas, a la vez que trasladábamos los fondos -como se ha indicado anteriormente-, a nuevas instalaciones. Ya hemos catalogado 593 títulos de los 1.970 de que consta nuestra colección”.

Así mismo, se comenzó a digitalizar el periódico Aragón Press y las revistas Juventud y La Asociación Popular, esta última donada por José María Pisa Villarroya.

También el Grupo de Lectura ‘La Llave’, de la biblioteca del IEA, que se implementó en el otoño del 2019, se vio afectado por la pandemia, aunque pudo realizar siete sesiones a lo largo del año.