Cultura

LA ENTREVISTA

Josan Rodríguez: “Hay que recordar a los adolescentes de qué generación son sus padres”

Presenta este martes (19:30 horas) ‘Pinganetas y trapalas’, que reflexiona sobre la juventud

Josan Rodríguez.
Josan Rodríguez.
S.E.

El oscense Josan Rodríguez presenta este martes por la tarde, a las 19:30 horas, en Centro Cultural Manuel Benito Moliner de Huesca, su libro Pinganetas y trapalas, una nueva reflexión sobre la gestión de las emociones. Tras el éxito de El Equilibrista, otra forma de caminar, donde el escritor cuenta cómo cambió su vida a raíz del atropello sufrido en 2007, en la discoteca Manhattan, en el que perdió la vista y las dos piernas, se ha visto empujado a continuar ese camino, advierte el autor, porque “en los colegios e institutos donde doy charlas a veces veo chavales que están enfadados con el mundo, que no les gusta su cuerpo, yo eso lo sufrí, así que les muestro mi experiencia y dejas atrás cosas como si estás calvo o eres gordo”. “Entonces me decían: Jo, si escribieras sobre esto... así que tanto alumnos, padres como profesores me animaron a hacer este libro”, apunta. “Además, para mí escribir es una terapia muy grande y el rato que lo hago, lo disfruto”, dice.

Relata que lo que encontrará el lector en este libro “fácil de leer, son experiencias personales, principalmente, mi niñez, la adolescencia, la relación con los padres, los complejos, los miedos, las adicciones, la sexualidad, experiencias que a veces nos cuesta contar y que es válido para todas las edades porque se nos olvidan las cosas y hay que recordar a los adolescentes de qué generación vienen sus padres y a los padres cómo nos iban las hormonas a esa edad”.

El autor hace hincapié en Pinganetas y trapalas, un título que evoca “caminar por un sitio peligroso y tener muchas cosas en la cabeza”, en las adicciones porque “como voy a los institutos a dar charlas veo que aún queda eso, como de macho alfa, que el que más bebe o más sustancias toma es superior, y ya tenemos que perder eso”. Por eso, recuerda que “unos prueban las sustancias y las dejan pero para otros se puede abrir un brote de alguna enfermedad mental o nacer una adicción de la que no sabes salir”.

Por cierto, se muestra agradecido porque “varios lectores, como ya ocurrió con El equilibrista, se han puesto en contacto conmigo por email para darme su opinión y contarme sus experiencias”. Y revela que lo que más ilusión le ha hecho, a parte de escribir, es que el prólogo es del filósofo Iván Sesha.