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Iñaki Carcavilla Garasa: “Me dijeron que crear una ópera era un suicidio, pero me lancé y fui a por todas”

El ayerbense de 19 años estrenó el pasado 17 de abril su primera ópera, Culibillas, en el País Vasco

Iñaki Carcavilla Garasa
Iñaki Carcavilla Garasa
S.E.

Solo tiene 19 años, pero Iñaki Carcavilla Garasa (Ayerbe, 2001) ya ha compuesto su primera ópera, estrenada el pasado 17 de abril en el Auditorio del Centro Superior de Música del País Vasco ‘Musikene’.

La idea surgió a propuesta de una profesora de este centro, donde el joven estudia Composición. “Le pregunté a mis compañeros si era un suicidio y dijeron que sí, entonces me lancé y fui a por todas”, recuerda el ayerbense en una entrevista con DIARIO DEL ALTOARAGÓN.

El resultado de este atrevimiento se llama Culibillas, una ópera basada en una leyenda del Pirineo “que empieza siendo un sueño idílico y se va volviendo más oscura”.

Lo más complicado de esta experiencia fue “que el texto casara con la música”, afirma Iñaki Carcavilla, quien espera que la obra se represente en Huesca en el futuro.

¿Cómo es posible que un chaval de tan solo diecinueve años haya creado su primera ópera?

—El proyecto vino un poco sin esperarlo, cuando una profesora preguntó si alguien quería hacer una ópera. Le pregunté a mis compañeros si era un suicidio y dijeron que sí, entonces me lancé y fui a por todas.

¿Cómo suena Culibillas?

—Culibillas empieza como una especie de fantasía o sueño idílico, y se va volviendo más oscura y sombría a la par que el público va adentrándose en la mente de Culibillas.

La obra está inspirada en una leyenda del Pirineo. ¿Cuál es la historia que tanto ha sorprendido al público?

—La historia habla de un amor tóxico entre Culibillas y Balaitus, del trasfondo psicológico de cada uno y de cómo se nos ha impuesto un objetivo de amor romántico, y de la redención o liberación a través de este.

Crear una ópera parece una de las cosas más difíciles que uno puede hacer en la vida. ¿Qué ha sido lo más complicado en esta aventura?

—Lo más complicado no fue el escribir la música de toda la orquesta, sino añadirle el texto que había escrito anteriormente y que casara bien.

¿Cuántos profesionales han colaborado en la realización del proyecto?

—La primera que hay que nombrar es la que nos propuso hacer el proyecto, Gabriella de Esteban, que se encargó también de dirigir musicalmente la obra en el estreno. Además hay que nombrar a Leonardo Moyano, que fue el asistente de dirección, y al escenógrafo y performer, Alejandro González.

Después de tanto esfuerzo y tantos nervios, ¿qué sentiste el día del estreno en el Auditorio de Musikene?

—Fue una mezcla de alegría y nervios, pero estuve muy contento, tanto con el resultado de la obra, como por la involucración de todos y la respuesta del público de Musikene.

En el futuro, ¿te haría ilusión que tu primera ópera se pudiera ver en directo en tu tierra?

—Ojalá pueda llevar Culibillas a Huesca, yo encantado.

Tu formación empezó en el Conservatorio Profesional de Música ‘Antonio Viñuales’ de Huesca. ¿Qué recuerdos te vienen de esa época?

—Tengo muy buenos recuerdos de esa época, de ir a coro, lenguaje musical, trombón… pero lo que más me llevo de allí son los compañeros que tuve. A día de hoy mantengo contacto con muchos de ellos y son de lo mejor.

Desde hace dos cursos estudias en el Conservatorio Superior de Música del País Vasco. ¿Qué importantes lecciones estás aprendiendo en San Sebastián?

—De lo mejor que me llevo es una frase de mi profesor de orquestación, Ramón Lazkano, que me dijo: “Eres joven y se te nota en la música, pero tienes que aprender a controlar tus impulsos”. Creo que esa es la lección que me llevo.

Tu padre también es músico. ¿Fue él quien te inculcó el amor por las partituras?

—Supongo que sí. Desde muy pequeño he vivido rodeado de música, así que se puede decir que sí, mi padre siempre me ha apoyado en todo.

¿Quiénes son los compositores que más te inspiran?

—Mahler, Richard Strauss, Stravinsky, Manuel de Falla… principalmente compositores de principios del siglo XX.

¿La música tradicional aragonesa también te influye?

—Rotundamente sí. Canciones populares, historias, ritmos… todo.

Entre tus planes más inmediatos está la creación de una obra por encargo de la Banda Sinfónica de Bilbao. ¿Cómo afrontas este gran reto?

—Lo estoy cogiendo con ganas y con mucha ilusión, y agradecido porque confíen en mí para esto.

Dentro de unos años, ¿dónde te gustaría verte?

—Ojalá verme en teatros componiendo óperas y ballets. Creo que ese es mi sueño de momento.