Cultura

Isidro Ferrer invita a plasmar los sonidos en papel

El ilustrador invita a jugar a los oscenses en la presentación de su 'Enciclopedia visual'

Taller de Isidro Ferrer.
Taller de Isidro Ferrer.
Carlota Peña

El confinamiento forzoso provocado por la pandemia ha establecido una nueva cartografía en el mapa de los sonidos, que el ilustrador y diseñador Isidro Ferrer reúne en la Enciclopedia visual de sonidos, un manual que los ilustra, y que presentó ayer en la librería Anónima de Huesca de una forma participativa y buscando que los oscenses también pudieran dejar su impronta gráfica plasmando sobre el papel algunos sonidos.

Al dejar de estar presentes los habituales ruidos de la ciudad, una infinidad de pequeños sonidos han tomado presencia, adquiriendo un volumen hasta ahora desconocido. Todo este universo de ligeros murmullos ya existía, sólo que estaban ocultos y es ahora cuando han cobrado relevancia. Es un universo de ruidos que hoy se nos revela.

Así es el trabajo en el taller de creación.
Así es el trabajo en el taller de creación.
Carlota Peña

Isidro Ferrer escuchó estos nuevos sonidos y, en un proyecto impulsado por el Museo Nivola –ubicado en la isla de Cerdeña en Italia–, y los tradujo visualmente. En las páginas de este libro, el lector encontrará una guía práctica de técnicas y materiales para darle consistencia concreta y visual en un papel.

Isidro Ferrer invita a participar en un ejercicio de representación gráfica de sonidos. A través del cra cra de la rana, el uh uh del búho, pero también el de las estrellas o de los mordiscos de un gusano sobre una pera, el lector descubre que John Cage tenía razón: “el silencio no existe”.

Los oscenses lo han podido comprobar esta tarde en el taller-presentación de esta Enciclopedia visual que ha organizado el ilustrador en la Anónima. Como el mismo dijo a este periódico, se ha tratado más que de un taller, de una actividad lúdica que se ha realizado en la calle.

En una mesa delante de la librería, los viandantes  han sido invitados a participar en este juego en el que el azar, a través de unos dados, les ha llevado a unos sonidos de la naturaleza y de animales que luego han tenido que reflejar de forma gráfica con estampaciones. El resultado, una exposición que se ha colocado en el escaparate de la librería Anónima.