Cultura

LA ENTREVISTA

Miguel Ángel Ruiz Carnicer: “Se les vende un régimen para mejorar la vida y lo que ven es miseria”

El historiador presenta, este jueves, en la Facultad de Empresa de Huesca, su último libro, ‘Una juventud en tiempo de dictadura’

Miguel Ángel Ruiz Carnicer.
Miguel Ángel Ruiz Carnicer.
S.E.

El profesor e historiador de la Universidad de Zaragoza Miguel Ángel Ruiz Carnicer presenta este jueves, a las 19 horas, en la Facultad de Empresa y Gestión Pública del Campus de Huesca, el libro colectivo Una juventud en tiempo de dictadura: El Servicio Universitario del Trabajo (SUT) 1950-1969, en el que han participado Javier Muñoz Soro, Nicolás Sesma Landrín, Emilio Criado Herrero, Álvaro González de Aguilar y Antonio Ruiz Va, con prólogo de Manuela Carmena, y del cual es coordinador.

Este grupo de profesores universitarios explican cómo el Servicio Universitario de Trabajo (SUT), que promovió que los estudiantes compartieran la vida de agricultores, obreros, mineros, albañiles de zonas deprimidas, que debía ser instrumento propagandístico de la Falange, fue clave para la gestación de la oposición al régimen franquista. Se trata de un libro esclarecedor que, según el historiador, “recupera la experiencia colectiva, compleja y contradictoria, que ayuda a aclarar nuestra propia historia a la hora de explicar las características de la democracia posterior a Franco”.

Declara Ruiz que ha sido “un largo proceso” y es que llevan años investigando sobre la maduración política de la sociedad española desde los años 60 “para entender el paso del franquismo a la democracia”, argumenta Ruiz. Añade que para conocer de primera mano esta situación remitieron cuestionarios, difundidos a través de la asociación de antiguos sutistas, a más de 60 personas. Así “entramos en contacto con veteranos profesionales que habían sido miembros del SUT para reconstruir esa experiencia y ver cómo afectó a esos jóvenes universitarios el shock de estar en contacto con la dura realidad obrera a la hora de explicar la maduración política, porque enseguida encontramos gente dentro del mismo SUT que se acerca a posiciones antifranquistas de una manera lenta, progresiva, confusa e, incluso, contradictoria, pero que ayuda a esa maduración colectiva”.

Porque afirma Ruiz que “hay que tener en cuenta algo universal, que es esa pulsión de denuncia de las injusticias que tienen los chavales de 20 años, porque las primeras críticas son de carácter social”, ya que, expone, “se les vende un régimen hecho para mejorar la vida de los españoles y lo que ven es un gran clasismo, situaciones de miseria, sin educación, ni sanidad, sin agua, ni luz. Y esa es la reacción, sin haber madurado políticamente, porque no cuestionan la figura de Franco ni la Guerra Civil, al principio, pero constatan que existen unas injusticias y van a ser ellos, conforme avancen y reflexionen, los que pasen a posiciones marxistas o antifranquistas”. Y relata que, aunque “parece curioso que el franquismo se metiera en este lío, hay que tener en cuenta las dos raíces del SUT, una nacional católica, de acercamiento al pobre, y, otra, el falangismo, que, como todos los fascismos, tiene un discurso social de ruptura con el capitalismo”.