Cultura

TEATRO

‘El Cucaracha’ sube al escenario de la mano del Teatro de Robres

El montaje, basado en el libro de José Antonio Adell y Celedonio García, se estrenó con gran éxito en Sariñena

De izquierda a derecha, Castiella, Santolaria, Bellosta, Lasheras, Adell, Nistal, Gracía y Cásaus
De izquierda a derecha, Castiella, Santolaria, Bellosta, Lasheras, Adell, Nistal, Gracía y Cásaus
M.B.

La representación de la obra Cucaracha. Sangre, amor y muerte en los Monegros ha marcado la vuelta de la actividad cultural a la comarca, arrancando más fuerte que nunca, “con el Teatro de Robres y su gran estreno, en dos pases, que ha llenado el aforo del Teatro El Molino de Sariñena”, manifestó la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Sariñena, Tere Mazuque, que avanzó que “en breve presentaremos todo el programa cultural que nos va acompañar durante el verano”.

Después de la película, el cómic o las marionetas que han dado vida a Cucaracha, llegó el mes pasado la presentación de la novela de Adell y García, “el plato principal de la obra de teatro”, como bien dice Luis Manuel Casáus, director del Teatro de Robres. “Coincidió mi proyecto con la novela. Cuando ya tenía los entremeses y el postre, me faltaba el plato principal, y Adell y García me lo sirvieron en bandeja”.

Roberto Nistal da vida al popular bandido. “Desde el primer momento ya sabía quién iba a ser el protagonista, el papel le va como anillo al dedo”, señaló Casáus, mientras Nistal consideró que “es un personaje real y que está muy vivo en Los Monegros y en Aragón. Cuando me lo propuso, lo acogí como un regalo, es muy ilusionante, a la vez que es una carga de responsabilidad porque es histórico, autóctono y una historia local”.

Roberto Nistal durante la representación, acompañado por José Bellosta y Antolín Santolaria
Roberto Nistal durante la representación, acompañado por José Bellosta y Antolín Santolaria
M.B.

La obra tiene un enfoque que descubre a un Cucaracha más íntimo, a parte de sus atracos y fechorías, muestra la relación con su amada Jobita, interpretada por Ana Sus, y con sus amigos más inseparables, así como la forma que él tenía de ver la vida, a la par que realiza un recorrido por la geografía monegrina. Es una perspectiva emocional del famoso bandido. “El espectador descubre al ser humano, se encuentra con el hombre capaz de matar, de sufrir y de hacer sufrir”, explicó el director.

El excelente monólogo de Nistal va acompañado de dos miembros de la banda del Cucaracha, el Molinero de Belver, José Bellosta, y Antolín Santolaria, interpretando al Cerrudo de Lalueza, que con la música creada por ambos, de melodías originales medievales, algunas trasmitidas por tradición oral, engalanan una escenografía espectacular del David Fernández, junto a las inmejorables ilustraciones de Jesús Castiella, “donde predomina la figuración que había en la prensa de aquella época, donde destacaba la ilustración a la fotografía”, apuntó Casáus.

Un gran éxito que el público comentó a la salida. “Un guion muy bueno porque hila muy bien las anécdotas del bandolero, la música y coplillas junto a algunas bromas hacen que el ritmo de la obra sea muy amena”, indicó un asiduo del Teatro de Robres, Alberto Lasheras.

Su muerte, sin oportunidad de un juicio justo, no acabo con Mariano Gavín, el Cucaracha, puesto que su leyenda sigue muy viva casi dos siglos después, a través de fabulosas expresiones culturales que los aragoneses y monegrinos siguen creando.