Cultura

ENTREVISTA

Elena Marcén: “El 83 por ciento de los museos de Aragón están en espacios rehabilitados”

La doctora en Historia del Arte publica ‘Los museos aragoneses y su arquitectura’

Elena Marcén.
Elena Marcén
S.E.

Casi trescientos museos de Aragón, de los más de cuatrocientos que hay en toda la región, ha recorrido la doctora en Historia del Arte Elena Marcén para publicar su ensayo sobre Los museos aragoneses y su arquitectura, editado por Rolde de Estudios Aragoneses.

La principal característica de estos espacios en nuestra comunidad es que “el 83 por ciento de los museos de Aragón se encuentran en edificios preexistentes, rehabilitados para esta función, los edificios nuevos, realmente, son bastante secundarios”. Aunque son pocos, la experta destaca “el CDAN como un ejemplo interesante de ejercicio bien realizado que tiene en cuenta el entorno y que se integra en el espacio que lo rodea”.

Sobre la conservación y estado general desvela que no siempre es bueno y comenta que “yo como buen ejemplo siempre pienso en los grandes, porque un museo necesita almacenes, talleres de restauración, salas de exposiciones temporales... y eso solo lo pueden albergar los grandes promotores como el Museo Pablo Gargallo o Goya de Zaragoza o el Museo de Huesca”, y advierte que, además, “la adaptación del espacio depende de las posibilidades de la institución que promueve el museo y hay muchos de alcance rural en los que se ha intervenido mínimamente”.

En este aspecto, Marcén subraya que “los casos más humildes son los que tienen un edificio al que quieren dar uso pero no siempre tienen los medios para hacer una gran obra”. Y hace hincapié en que en Aragón, “a partir de los años 80 del siglo XX y a principios del XIX, han proliferado los museos y, sobre todo, los centros de interpretación, muchos de ellos en la provincia de Huesca, se han visto como motor turístico y una forma de dar a conocer el patrimonio local”, pero, continúa, “el problema muchas veces es que se invirtió en la rehabilitación del edificio y en la creación del museo pero no se invierte en su mantenimiento ni en la actualización de los contenidos, necesarios para mantener el interés”.

Marcén opina que “ha habido una euforia de abrir y abrir, más que tener esa visión de futuro de planificar cómo renovarlos y actualizarlos y, muchas veces, tampoco se han dotado de personal que se ocupe de abrirlos”.