Cultura

EXPOSICIÓN

El CDAN se llena de luz con la exposición I am light, de Jesús Madriñán

Esta exposición se podrá visitar en el Centro de Arte y Naturaleza de Huesca hasta el próximo 26 de septiembre

Presentación de I am light, en el CDAN
Presentación de I am light, en el CDAN
G.A.

Jesús Madriñán, uno de los fotógrafos gallegos con más proyección exterior, ha presentado este jueves por la mañana en el Centro de Arte y Naturaleza de la Fundación Beulas (CDAN) su exposición titulada I am light. Se trata de una muestra que ha sido comisariada por Santiago Olmo, director del Centro Gallego de Arte Contemporáneo (CGAC), y que ha sido coproducida por esta institución y la Agencia Turismo de Galicia, en el marco del programa de actividades del Xacobeo 2021.

En la exposición I am light, que podrá visitarse en el CDAN a partir de este jueves y hasta el próximo 26 de septiembre, Jesús Madriñán (Santiago de Compostela, 1984) revisa la tipología de los nuevos peregrinos en el Camino Francés de la Ruta Jacobea a través de objetos y retratos de gran formato.

El tramo del Camino de Santiago en la provincia de Huesca forma parte del llamado Camino Francés y era el que tomaban los peregrinos procedentes del este de Francia por el camino de Arlés. Este mismo recorrido fue el elegido por Jesús Madriñán para llevar a cabo su proyecto I Am Light, que ahora se presenta en el CDAN. Su vinculación con el territorio, su experiencia de artista caminante, así como su mirada al paisaje encontrado, físico y humano, hacen de este proyecto fotográfico una oportunidad de redescubrir el Camino. Se trata, por otra parte, de una producción fotográfica que se mueve entre la investigación y lo experimental.

Imagen de la exposición
Imagen de la exposición
G.A.

La exposición debe su título, I Am Light, a una frase extraída de una carta encontrada entre tantos otros mensajes que los peregrinos dejan en cruceiros y lugares señalados del camino, con la intención de subrayar el carácter poliédrico y luminoso de la experiencia, reúne retratos de peregrinos que aparecen de manera individual, en parejas o en grupos de tres. La secuencia de retratos va siendo punteada por pequeñas fotografías de los mensajes escritos por los peregrinos en tarjetas, cartas y piedras que narran un itinerario paralelo para los deseos, los anhelos y la búsqueda personal.

Por otra parte, el CDAN programa esta exposición al considerar que se trata de un reflejo del compromiso del propio centro con la necesidad de documentar el presente y su territorio; una oportunidad para explorar, a través de su mirada, un retrato de las nuevas tipologías de jóvenes peregrinos que emprenden el Camino hacia Compostela. El proyecto supone además dirigir la mirada hacia la realidad de la juventud en el mundo actual y visualizar el Camino como una experiencia global en la que se funden elementos propiamente religiosos y de fe con otras motivaciones vinculadas con la introspección, la iniciación y la superación personal, el reto, la aventura y el sacrificio, así como la curación interior y, por supuesto, el turismo, sea este cultural, gastronómico o para establecer nuevas amistades.

Una de las intenciones centrales del proyecto es explorar cómo cambiaron las imágenes y las experiencias de la peregrinación. Éstas se enriquecieron y diversificaron con la imbricación del turismo y el surgimiento de nuevas formas de espiritualidad que no pasan necesariamente por los conductos religiosos católicos.

La mirada de Jesús Madriñán (Santiago de Compostela 1984), uno de los fotógrafos gallegos más nuevos con más proyección exterior, en cierto modo, se inscribe en las preocupaciones, representativas, psicológicas y tipológicas del retrato como género artístico.

Sus series anteriores (Good Night London, 2011, Buenas Noches, 2013 y Dopo Roma, 2016) se centraron en el mundo nocturno de las discotecas y a la representación de la gente nueva. De esta manera, el trabajo de Jesús Madriñán se aleja del documentalismo y evita incidir en el costumbrismo, en las tendencias y en las apariencias que se inscriben en la moda, aunque se sirve de ellas en la medida en que se inscriben en el paisaje generacional.

Lo que de manera decisiva marca los retratos de Jesús Madriñán es una práctica que lleva a cabo utilizando una cámara de gran formato, procedimientos químicos, y empleando iluminación artificial en lugares habitualmente a oscuras y con la necesidad de exposiciones largas.

Con respeto a sus anteriores series, éste es un proyecto de luz, luminoso en muchos sentidos, y no solo por el cruce —muchas veces el choque— de luz solar y luz artificial que se produce en sus retratos para cuadrar la composición, sino sobre todo por el descubrimiento y la apertura que produce el Camino y por una percepción de liberación que en su experiencia hallan los peregrinos. De ahí también el título, I Am Light.

Al proponer este proyecto sobre el Camino de Santiago una de las intenciones era explorar quiénes son y cómo son los peregrinos que recorren actualmente esta ruta, qué modelos de peregrino hay y, de hecho, puede haber hoy tantas tipologías de peregrino como peregrinos.

El Camino aparece, así como una experiencia interior que es a la vez social, y de relación, en la que los peregrinos se construyen a sí mismos con los otros.

La exposición se acompaña con la edición de un catálogo editado por el CGAC, que incluye una conversación con el artista y un texto de Santiago Olmo, comisario de la exposición.