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Javier García: “Ha sido un año atípico pero maravilloso”

El profesor de teatro hace un balance de los Talleres Municipales

Javier García dirige a Deleites diversos, grupo que interpretó Cuando deje de llover el 27 de junio.
Javier García dirige a Deleites diversos, grupo que interpretó Cuando deje de llover el 27 de junio.
Pablo Segura

Incertidumbre, trabajo e ilusión han marcado esta temporada en los Talleres Municipales de Teatro y Danza de Huesca. Mascarillas, distancia social y limitación de aforos han caracterizado lo que ha sido un año peculiar, pero no por ello menos bonito.

Javier García, profesor de cuatro de los talleres de teatro, ha hecho un balance de lo que han supuesto estos meses y las expectativas que tienen de cara a la próxima temporada.

Ni una pandemia es capaz de parar la cultura. Así lo han demostrado los profesores y alumnos de los Talleres Municipales de Teatro y Danza.

Aunque al principio sentían incertidumbre y miedo, poco a poco se fueron adaptando a la nueva situación, incluso las ganas de encontrarse con los compañeros eran más fuertes que en otras ocasiones.

Y es que todo lo que podía crear límites ha abierto nuevas formas de unión. Así lo confesaba Javier García: “Tanto la distancia de seguridad como la mascarilla no ha creado distancia entre las personas, sino que hemos conseguido nuevas formas de encontrarnos”.

Entre cambios de horarios, clases telemáticas y las mascarillas, lo que al principio podía parecer una labor costosa, al final ha acabado encajando. Lo que se presumía un problema a la hora de preparar las obras, ha permitido explorar nuevas formas de conectar entre los actores y con el público. La mirada y la acción han tomado protagonismo para llevar a cabo una interpretación lo más completa posible.

Un público entregado

Ese entusiasmo por el encuentro ha definido este año desde su comienzo hasta el final, y no solo en los protagonistas de los talleres, también lo han sentido en el público que les ha mostrado su apoyo. “La gente tenía muchas ganas de teatro, he notado al público muy alegre, con muchas ganas de cultura”.

Las emociones han traspasado las mascarillas. Tanto es así que los actores han podido sentir el aliento y las risas de los espectadores en todo momento.

No podía ser diferente en la Muestra de este año. Así lo expresaba Javier García: “La muestra ha sido una alegría, daba gusto estar por el Matadero, todo el mundo estaba muy animado. Cuando hay ganas, somos capaces de hacer las cosas bien.”

Si bien las inscripciones de este año han sido similares a las del pasado y la adaptación a las nuevas circunstancias ha sido ejemplar, esperan que el curso que viene se vaya retomando la normalidad. Después de tantas vivencias nuevas, García lo tiene claro: “Me quedo con la capacidad de adaptarnos y de ser capaces de mantener una actividad social cultual segura”.