El cielo nocturno de los Monegros, más allá del sentido de la vista

El objetivo de las cámaras miran hacia el cielo nocturno. Las musas de los fotógrafos pasan a ser las estrellas. El taller ‘Astrofotografía en Monegros’, acerca a todo amante de la fotografía una visión única que va más allá de lo que pueden percibir los ojos. El 31 de julio, a las 19 horas, el astrofotógrafo Javier Escribano impartirá esta clase intensiva de, aproximadamente, seis horas en el Parque de la Gabarda en Alberuela de Tubo.

Un taller en el que los asistentes aprenderán a sacar todo el rendimiento posible a sus equipos. Primero, se desarrollará la parte teórica, la cual se centrará en conocer herramientas, el objeto de la foto, incluso aplicaciones para el móvil que sirven como ayuda para escoger los lugares y la hora. Además, también se explicarán técnicas para fotografiar estrellas fugaces, cometas, startrails o circumpolares. De ahí, y tras un descanso y con la noche a sus pies, se llevará a cabo la parte práctica.

El resultado, unas instantáneas muy vistosas que recogen una visión más completa del cielo estrellado. “A través de nuestras cámaras vamos a conseguir ver cosas que con nuestros ojos nos cuesta bastante más. Vamos a ser capaces de acumular bastante más luz, mucho más color e, incluso, mucho más campo de visión con distintas técnicas.”, explica Javier.

La astrofotografía permitió a Escribano unir dos de sus pasiones, la fotografía y la astronomía. Ahora quiere compartir su experiencia con aquellas 20 personas que decidan inscribirse en el taller organizado por la Agrupación Astronómica de Huesca y AstroMonegros, con la colaboración de la Comarca de Los Monegros y del Ayuntamiento de Alberuela de Tubo. El taller ‘Astrofotografía en Monegros’ es el primero basado en esta variante de fotografía que se desarrolla en el territorio monegrino.

La inscripción debe hacerse ‘online’ en la página web de la Agrupación Astronómica de Huesca, www.aahu.es, y el precio es de 60 euros para los socios de la Agrupación y de 70 para los no socios, incluyendo en ambos el bocadillo y el agua de la cena.

“Cualquiera que le guste la fotografía lo va a disfrutar porque, aunque habrá gente a la que le guste el paisaje, el retrato o la foto callejera, esta variante también es muy agradecida y cualquiera que disfrute de su cámara va a aprender a sacarle más rendimiento del que creía y conseguir imágenes que pensaba que con su equipo no iba a poder”, comenta Javier Escribano. Una experiencia que acerca la magia de la noche a personas que pueden disfrutar de la Vía Láctea como nunca lo habían hecho.