Cultura

CONCIERTOS

La Atlántida Chamber pone fin a la nueva edición de Clásicos

La orquesta actuó en el monasterio de Obarra y en la iglesia de Benabarre

La Atlántida Chamber Orchestra cerró el festival en la iglesia de Benabarre.
La Atlántida Chamber Orchestra cerró el festival en la iglesia de Benabarre.
S.E.

La Atlántida Chamber Orchestra cerró el último fin de semana de conciertos del Festival de la Ribagorza Clásicos en la Frontera en su vigésimo cuarta edición. La prestigiosa formación actuó este sábado en el monasterio de Obarra con piezas de cámara y ofreció al día siguiente, domingo, el concierto de clausura en Benabarre, ya al completo. En el regreso del festival tras el parón de 2020, su director, Santiago Lleida, se mostraba agradecido por la comprensión del público, la implicación de los ayuntamientos y el compromiso de los músicos en una edición más complicada, debido a las limitaciones de aforo y el resto de medidas sanitarias.

El último fin de semana de Clásicos arrancó en Obarra, donde actuó la Agrupación de Cuerda y Viento de los Solistas de la citada Atlántida Chamber Orchestra. El programa incluyó obras de Pachebel, Vivaldi, Britten, Jenkins y Mozart y Béla Kóvacs, ya en la segunda mitad. “Fueron obras de cámara debido a las dimensiones del monasterio, pero fue un concierto excelente”, aseguró Lleida, quien tildó de “perfecta” la acústica del monasterio.

El público llenó el aforo permitido en el templo ribagorzano.
El público llenó el aforo permitido en el templo ribagorzano.
S.E.

Por su parte, la Agrupación de Cuerda y Viento Atlántida Chamber Orchestra al completo ofreció, al día siguiente, domingo, en Benabarre, el concierto de clausura con obras de Amy Beach y D. Cimarosa, Barber y Dvorak. “Fue un colofón brillante y espectacular. La agrupación, con más cuerda y poco viento, consiguió una buena sonoridad en una iglesia tan imponente como la de Benabarre”, apuntó Lleida, que asistió a la clausura junto al presidente ribagorzano, Marcel Iglesias, y las autoridades locales.

El Festival de la Ribagorza depende de la comisión organizadora del Ayuntamiento de Graus, junto con los consistorios de Benabarre, Beranuy; Campo, que se incorpora este año; Capella, que regresa; El Grado; la Puebla de Castro; Isábena; Lascuarre; Montanuy; Secastilla y Puente de Montañana. Además, patrocinan la DPH, la Comarca de la Ribagorza, el Gobierno de Aragón, Zingla Música, Imprenta Parra y la Diócesis de Barbastro-Monzón. El director quiso hacer un agradecimiento expreso a los consistorios y al público. “La gente ha sido respetuosa con la reserva de entrada, que ha supuesto un esfuerzo organizativo para los ayuntamientos, cuya implicación quiero agradecer porque cada pueblo y cada iglesia tiene sus características”. La merma en los aforos ha supuesto reducir los donativos, “normal si entra menos de la mitad de gente”.

En lo musical, Lleida destacó la calidad de las formaciones, “cada una en su estilo”, con propuestas tan diferentes como el concierto dramatizado de Lascuarre, las improvisaciones de jazz sobre la obra de Mozart en la Puebla de Castro, la calidad de los trombones solistas en la inauguración en Graus, el virtuosismo del guitarrista de Montañana, el recital de piano y voz de Campo, el dúo de clarinete y flauta de Castanesa o la frescura de Kaleido Trío en El Grado o Capella. Resaltó también la predisposición de Ensemble Musicantes, que hicieron dos pases en la Puebla de Fantova.