Cultura

DESPOBLACIÓN

Sergio del Molino: “Lo más relevante ahora es que se vacían las ciudades de provincia”

El escritor presentó este miércoles en Huesca ‘Contra la España vacía’

Sergio del Molino, este miércoles en Huesca
Sergio del Molino, este miércoles en Huesca
Verónica Lacasa

El periodista y escritor Sergio del Molino, autor de La España vacía, libro que puso sobre la mesa, más allá de las zonas rurales, el problema de la despoblación, hace cinco años, presentó, este miércoles, en el Centro Cultural Manuel Benito Moliner de Huesca, su última crónica social Contra la España vacía, en un acto en el que estuvo acompañado por el profesor del campus de Huesca José Domingo Dueñas.

Del Molino abrió el diálogo en la sala con este ensayo literario que, según explicó el propio autor a este periódico, “más que una continuación de La España vacía nace para intentar rescatar algunos elementos que me parecían muy importantes, que estaban en torno a la alocución desde La España vacía, y que no fueron atendidos o que fueron enormemente ignorados por el enorme ruido que se ha generado en estos cinco años”. Y aclaró que “el hilo del que parto es intentar recuperar una visión de España que me interesaba rescatar y retomo la historia desde mi punto de vista, desde esa idea de cómo las rarezas o peculiaridades demográficas de España siguen siendo muy importantes”.

El escritor confesó que todos sus libros tiene alguna conexión entre sí, y , en este sentido, desveló que “lo que he intentado, no solo en los ensayos y otros escritos, es hacer un dibujo del país, una mirada a partir de otras perspectivas y que busca otros elementos definitorios”.

Así, explicó que “para mí la despoblación es uno de los rasgos fundamentales que definen España” y continuó diciendo que “no se puede entender el presente en el país en el que vivimos si no entendemos lo importante que es la despoblación y el contenido político enorme que tiene”.

“no se puede entender el presente si no entendemos lo importante que es la despoblación”

Con esa mirada, explicó otro fenómeno que está pasando desapercibido y es que lo que se está vaciando son las pequeñas ciudades provinciales, así apuntó que “uno de los aspectos importantes en los que se centra el libro tiene que ver con las capitales de provincia donde se está produciendo algo muy interesante que está pasando inadvertido, porque parece que se lo come todo la estampa de los pueblos abandonados que es muy icónica y que se entiende muy bien y que da la dimensión de la tragedia de una forma muy radical e instantánea, pero creo que ahora mismo lo más relevante que está sucediendo es el vaciamiento progresivo de las ciudades de provincia españolas”.

En cuanto al objetivo de este ensayo es, una vez más, abrir el diálogo, porque como Del Molino reflexionó “los ensayos como el mío forman parte de un diálogo sutil propio de las sociedades democráticas y lo que hago en este ensayo, sin salir de mi oficio, es incentivar y participar en un debate rico democrático, es mi contribución desde mi rincón del mundo para intentar mantener el diálogo abierto” porque, apostilló, “el diálogo debe estar más allá de los parlamentos”.

Sobre la actuación de los gobiernos ante el problema de la despoblación advirtió que se ha avanzado algo porque desde hace casi dos años se considera desde Madrid. Del Molino hizo hincapié en que “lo interesante ahora que ha sucedido es que, por primera vez, se ha considerado un argumento de gobierno central, una idea que hasta ahora era cosa de cada comunidad autónoma afectada porque cada una tenía sus planes e iniciativas pero no había ningún organismo del gobierno central preocupado por esto”. Así, recapituló: “Desde hace año y medio existe la vicepresidencia de reto demográfico, es la primera vez que se trata este asunto como una cuestión de estado y eso para mí es relevante, no porque se vaya a dar más recursos sino porque cambia la óptica, la forma de mirar el problema porque ya no es un asunto que solo compete a los habitante que sufren la despoblación sino que concierne a todos los españoles y debe ser mirado como un problema político de derechos de un país que no se puede permitir que una parte de la población se sienta ciudadana de segunda”. En este sentido, reiteró que “si convertimos esto es un problema estrictamente local lo que hacemos es desentendernos de él y no se trata de eso porque eso es lo que se venía haciendo y creo que la sociedad española ha cambiado de actitud, ha cambiado su sensibilidad y ha empezado a percibirlo como un problema al que no se le puede dar la espalda porque nos afecta a todos, aunque vivamos en el centro de Madrid”.

Y puso su caso como ejemplo: “A mí no me afecta porque mi vida no se ve afectada por la despoblación (vive en el centro de Madrid y afirma que no tiene pueblo) y, sin embargo, me preocupa porque creo que es fundamental ahora en la discusión política, a cualquier persona preocupada por la calidad democrática de España, debería preocuparle esto”.

“Lo que he intentado es hacer un dibujo del país” 

También insistió en que “no es la función de un estado democrático decirle a la gente donde tiene que vivir ni orientarle la vida, sino gestionar el país que tiene y, desde esa perspectiva, no se trata tanto de mover gente de un lugar a otro, sino de que cada ciudadano se sienta plenamente ciudadano viva donde viva, que no tenga la necesidad de emigrar para poder ejercer mejor sus derechos o sentirse parte de la comunidad política”; considera el escritor que “esa es la lucha y es el papel que le corresponde a un estado”.

Además, opinó el autor que “no creo que el estado tenga poder para reactivar zonas que están muy deprimidas demográficamente, de hecho -apuntó- se ha intentado durante cuarenta años, ha habido planes y ha resultado desalentador porque el éxodo rural sigue ocurriendo y no porque no se haya hecho nada”, ya que recordó que “ha habido inversiones y se ha intervenido pero no sirve de nada porque responde a cuestiones que desbordan, por completo, la acción política de los gobiernos ya que tiene que ver con el sistema económico mundial, con los flujos de comercio, con el consumo y con nuestro modo de vida”.

Por otro lado, Del Molino, declaró que, aunque “siempre estoy escribiendo cosas”, en estos momentos está centrado “en corregir las pruebas de un libro ilustrado, que saldrá en Navidades, titulado Atlas sentimental de la España vacía, que no tiene nada que ver con los ensayos políticos sino que es un libro de viajes que recorre 32 provincia, Huesca entre ellas, pero no por ciudades sino por pueblos interesantes”. Y añade que “es un recorrido muy personal, y muy marginal, donde no voy a las capitales de provincia, ni voy a los sitios obvios, sino a lugares muy escogidos y poco previsibles mostrando una mirada distinta”.

Y es que, en realidad, Del Molino confesó que le fascina el paisaje que ofrecen las carreteras secundarias, “es un vicio que lo he hecho siempre aunque cada vez me cuesta más porque debo viajar por compromiso”.