Cultura

IX HUESCÓMIC

Divina Campo: “Estoy muy ilusionada de que a mis años se me reconozca el trabajo”

Huescómic se inauguró este viernes con una exposición homenaje a la pionera fotógrafa

Divina Campo, este viernes, en la exposición que le homenajea en el Centro Cívico de Huesca
Divina Campo, este viernes, en la exposición que le homenajea en el Centro Cívico de Huesca
Rafael Gobantes

La apertura de la exposición y presentación del fanzine Divina Campo: viñetas de una fotógrafa, de Chema Cebolla, este viernes, en la Biblioteca Ramón J. Sender de Huesca dio comienzo a la novena edición de Huescómic, un acto que no quiso perderse la homenajeada.

El hecho de que Divina Campo (Lérida, 1931) fuera la primera mujer en dedicarse a la fotografía profesional en Huesca, entre los años 1954 y 1958, un periodo intenso que se tradujo en más de 17.000 imágenes que capturaron la vida cotidiana de la capital oscense en aquellos años, fue decisivo a la hora de que el dibujante Chema Cebolla se decantara por adaptar la historia de esta pionera al cómic, en un doble formato, que se muestra estos días en Huesca: un pequeño cómic conmemorativo y una exposición con los originales del tebeo.

De este modo, Huescómic sigue la estela de las publicaciones de historias gráficas de años anteriores dedicadas a altoaragoneses ilustres como ha sido el caso de Ramón Acín, Rayers Sam y Cabrero Arnal.

En esta ocasión, se decidieron por homenajear a una mujer pionera. Además, es alentador que ella pueda verlo, destacó Cebolla, quien admite que “está hecho con mucho cariño” y es que añadió: “Le hizo mucha ilusión cuando le dijimos que la inmortalizaríamos en un cómic”.

En realidad, la propia Divina Campo, quien nació y reside, actualmente, en Lérida, desarrolló su carrera profesional en Huesca, ciudad a la que hizo hincapié, sigue muy vinculada, confesó a este periódico que jamás habría esperado algo así, “ha quedado muy bonito y estoy muy ilusionada de que a mis años, tengo 89, se me reconozca el trabajo de tantos años” y subrayó que “es un honor” y más aun, dijo que “no esperaba ni una exposición ni nada, y el que ahora me lo agradezca la gente es ilusionante”.

Así, explicó Campo que “yo hacía las fotos y no pensaba en nada más, la verdad es que yo lo hacía porque no me gustaba mucho estudiar y, sin embargo, disfrutaba ayudando a mi padre en el laboratorio”. Laboratorio fotográfico que tenían en el Coso Alto 88 (ahora 78).

Recuerda que “cuando salí a hacer un reportaje de una boda me dí cuenta de que eso era lo mío, además ya llevaba buen aprendizaje con mi padre”. Campo era autodidacta porque entonces “esto no se estudiaba, así que me lo hacía todo yo, revelaba, hacía los líquidos, las ampliaciones, los negativos...”.

De su legado quedan miles de fotografías “naturales” que muestran la vida en la Huesca de entonces porque, indica que “cuando veía una pose maja, disparaba, nada de decirles ahora ponte así o sonríe”, “eso es una molestia”, apostilla Campo.

La fotógrafa repasó cómo ha cambiado este campo en los últimos años: “yo ya no continúo haciendo fotografías y, además, lo de ahora ya no es fotografía” y comentó que “ha cambiado muchísimo, me imagino que para bien, pero yo prefiero aquellos tiempos en que usábamos nada más que un carrete de 36, o un carrete y medio, para un reportaje de bodas y había que captar el mejor momento teniendo en cuenta que el flash, que era como un plato sopero, tardaba en cargarse unos tres o cuatro segundos”.

Sobre este homenaje reiteró Campo que “me ha gustado mucho el cómic” y sobre lo que le había parecido su dibujo, en concreto, admitió que “es una buena representación mía” y puso el acento en que “me esperaba más fea en el dibujo, se conoce que Chema Cebolla ha tenido compasión de la abueleta”, dijo entre risas, y continuó, aunque “me ha puesto unas orejas muy grandes”.

Por otro lado, el ilustrador, que no pudo participar este viernes en la inauguración, explicó a este diario que se había basado en el propio trabajo de Divina Campo para hacer el cómic. “Para contar su biografía he usado las propias fotografías de Divina, haciendo mi propia versión a color”, indicó Cebolla y, en cuanto a la labor documental, apuntó que “para la documentación también he usado el libro de Divina Campo. La mirada de una pionera de la Diputación de Huesca”, en cuya fototeca, por cierto, se encuentra cedido su fondo que, a día de hoy, cuenta con más de 6.800 fotografías conservadas, digitalizadas y catalogadas.

Chema Cebolla ilustra el cómic
Chema Cebolla ilustra el cómic
S.E.

Cebolla subrayó lo mucho que le había llamado la atención las hazañas de Campo e insistió en que “lo que más me ha sorprendido de su biografía era su decisión de mujer emprendedora y moderna para aquellos difíciles años 50 del siglo pasado”, así como, continuó, “su capacidad para reflejar en sus fotos la vida cotidiana de Huesca y sus gentes durante aquellos años que ejerció como fotógrafa”.

La exposición se muestra en el Centro Cívico, en el horario habitual de este espacio oscense (de 9 a 14 y de 16 a 21 horas, de lunes a viernes y los sábados, por la mañana), hasta el 31 de octubre.

Más actos

Este sábado continúa la cita oscense para los amantes del cómic en el centro Manuel Benito Moliner con firmas de autores durante toda la jornada, diferentes charlas a cargo de destacados ilustradores como Sara Soler o Albert Monteys y la inauguración de la exposición colectiva Ramón J. Sender: portadas de cómic.