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Alfonso Urben: “Se trata de una recopilación de anécdotas y curiosidades”

El bajista de ‘Ixo Rai!’ publica un libro sobre los catorce años de vida del grupo aragonés

Alfonso Urben.
Alfonso Urben.
S.E.

Rolde de Estudios Aragoneses edita Ixo Rai! ¡Bendita fue la hora!, un libro bibliográfico escrito por el que fuera bajista de este reconocido grupo musical aragonés, Alfonso Urben.

Como explica el autor, “se trata de una recopilación de anécdotas y curiosidades porque, en realidad -desvela Urben-, yo soy el que siempre cuenta las anécdotas en las reuniones y, al final, mi pareja, harta de escucharme, me dijo: Ponte a escribirlas y las ordenas”. Ese fue el comienzo de este libro hace dos años, porque como indica el bajista de Ixo Rai!, “me puse a escribir, fui recopilando fotografías, datos y, al final, han sido un par de años de trabajo”.

Urben hace hincapié en que se trata de “un libro ameno de leer y divertido”, donde se cuenta desde curiosidades en los conciertos como “uno en Peraltilla donde en el último momento empezaron a excavar para ampliar el escenario para que pudiéramos actuar y casi llegan al cementerio” hasta la divertida forma en que nació el grupo, “que fue como una broma, que se alargó catorce años”. En este sentido, aclara que “la idea fue crear un grupo puente para ocupar la plaza de otro que no podía actuar en una Cincomarzada, para cobrar algo de dinero, pero gustó demasiado y empezaron a pedirnos actuaciones, todo cosas pequeñas pero muchas y muy seguidas”. Tanto fue así, apunta Urben, que “llegó el contrato discográfico después de que nos viera Labordeta, porque se divirtió tanto en el concierto que nos presentó en su discográfica”.

"Se trata de un libro ameno de leer y divertido”

De este modo dio comienzo una larga carrera musical cargada de “curiosidades del backstage, historias divertidas de carretera” que se cuentan en este libro que muestra cómo un grupo de amigos crea una banda que marcó a una generación y logró colarse en el panorama nacional con interesantes fusiones de jotas con ska, baterías con dulzainas y saxos con gaitas aragonesas, todo ello aderezado con letras reivindicativas, de crítica social “porque con esa creatividad y esa juventud, no parábamos, además, al local de ensayo que nos prestaba la federación de barrios de Zaragoza siempre venía gente y todos aportaban, fue la recuperación de los instrumentos tradicionales aragoneses que siempre mezclábamos con otros sonidos”.