Cultura

ENTREVISTA

José Saiz: “Texto y música forman un todo atrevido y provocador como ha sido siempre la pieza”

Director y protagonista de ‘La venganza de don Mendo’ con la que se inaugura la quinta edición del ciclo escénico Club Aplauso del Teatro Olimpia

Diez actores y actrices ponen en escena en Huesca La venganza de don Mendo.
Diez actores y actrices ponen en escena en Huesca La venganza de don Mendo.
Saga Producciones

Don Mendo borda todos los palos de la comedia, desde el humor absurdo al histrionismo, pasando por la picardía, la sátira, la excentricidad o el toque bobalicón, y todo ello con un enorme ingenio y una descomunal y portentosa verborrea, que aderezada con música y baile es la carta de presentación con la que Saga Producciones sube a las tablas del Olimpia este clásico de Muñoz Seca. La compañía valencia inaugura el viernes, a las 20:30 horas, el ciclo escénico Club Aplauso con La venganza de don Mendo, “un musical que no es un musical”, en palabras de su director y protagonista, José Saiz.

Pedro Muñoz Seca definió La venganza de don Mendo como una “caricatura de tragedia”. La versión de Saga Producciones ¿es una caricatura musical de tragedia?

Podría decirse que es la misma caricatura de tragedia que quiso Muñoz Seca que fuera. Obviamente, la música está integrada siguiendo el código astracanado y burlón del texto, con lo cual, hemos buscado una simbiosis tan perfecta entre ambos elementos, que forman un todo compacto, atrevido y provocador como siempre ha sido la pieza. De esa forma, podemos manifestar abiertamente, que se trata de “un musical, que no es un musical”

Esta obra es una de las más representadas de todos los tiempos, ¿cómo se le ocurrió hacer esta adaptación?

Mendo es de esos títulos que, a cualquier profesional del teatro, bien sea productor, director o actor, siempre se le quedan adheridos al subconsciente. De esos que te pasas media vida diciendo “un día, la haré”… “un día, la haré”… Y llega el día, y el subconsciente sale a la luz y es cuando pasas a decir eso de “es el momento”… Y te lanzas a ello… Y aquí estamos.

Aunque, como la compañía asegura, este es un musical que no es un musical, hacer un musical de un clásico no parece nada fácil.

Cierto. Parte del público, digamos, “ortodoxo”, siempre es suspicaz con las actualizaciones de los clásicos. Parte del público más contemporáneo, sin embargo, suele recelar del respeto a la esencia de ese clásico. Ambos creen que la fusión acabará siendo contraproducente para el resultado final que esperan encontrarse. No obstante, el arriesgarse a venir a ver nuestro Mendo, hasta ahora, ha acabado resultando ser una buena decisión, al menos, para la gran mayoría de ese público receloso que nos ha hecho saber que sus prejuicios eran infundados.

En su Venganza de don Mendo dan una vuelta de tuerca a la fusión de géneros y estilos. ¿Qué es lo que los oscenses van a ver sobre las tablas del Olimpia?

Van a ver La venganza de don Mendo, simple y llanamente. Que sí, que tiene canciones y bailes, pero que están perfectamente acopladas en la historia y, de esa manera, la carcajada está asegurada ante la sucesión de diálogos surrealistas, ingeniosos, provocativos y paródicos, y los juegos de palabras, las dobles intenciones y los anacronismos justificados que salpican la trama y el texto original. A esto hay que añadirle un concepto vanguardista de escenografía y atrezzo, junto a otro, muy clásico, pero colorista, de vestuario. Un conjunto, en definitiva, sorprendente y divertido.

“Mendo es un bombón, una joya que ningún actor debería resistirse nunca a interpretar”

¿Qué don Mendo es más fácil musicalizar, el enamorado o el vengativo?

El Mendo enamorado tiene un punto excesivamente cursi, con el que Muñoz Seca juega a burlarse del amor cortés de la época medieval. El vengativo, tiene un matiz de tragedia y fatalismo, que permite al autor mofarse de los arquetipos de los personajes torturados de nuestro Romacero Viejo, por poner un ejemplo. Por lo tanto, ambas personalidades de Mendo están tan bien construidas y definidas en el texto, que dotarle de la música apropiada, a cada una, ha resultado una tarea, no sé si fácil, pero, al menos, muy gratificante.

Son diez actores para interpretar a un sinfín de personajes, ¿cuáles son los más difíciles de adaptar a este género? Y de don Mendo, ¿qué me dice?

La colección de personajes que ofrece esta historia es impagable, de cara a potenciar la comicidad de cada uno de ellos. El trabajo de metamorfosis de cada actor o actriz, desdoblándose en distintos personajes, es complejo, pero muy muy efectivo y efectista.

En cuanto a don Mendo… ¿qué quieres que te diga? Es un bombón, un caramelito, una joya que ningún actor debería resistirse nunca a interpretar. Es de esos papeles que, si haces tuyo, desearías estar haciéndolo el resto de tu vida, día tras día, incluso con dobletes diarios.

“La diversión está asegurada ante la sucesión de diálogos surrealistas y paródicos”

Rimas insólitas, juegos de palabras y anacronismos hábilmente combinados son la puesta en escena de un clásico, pero pensado en el presente puede sonar a hip hop.

…Y a Broadway, y a Revista española, y a pop, blues, music-hall… La música es muy variada y las letras siguen las intenciones originales de Muñoz Seca, jugando con todas esas características que comentas. Este formato de musical con simbiosis concepto clásico/planteamiento moderno, está perfectamente arraigado en los grandes escenarios de Broadway, del West End, o en París, Berlín y medio mundo. El referente más claro, puede ser el de los Monty Python con su Spamalot, pero también tenemos un exitoso musical muy reciente, con una trama sobre Shakespeare, que es Something Rotten, o, antes que ellos, el Camelot de Lerner y Loewe, el enredo plautiano de lo que aquí es conocido como Golfus de Roma, o los musicales austríacos sobre las vidas de la emperatriz Sissi, o el joven Mozart, entre otros muchos ejemplos.

¿Cómo está acogiendo el público esta comedia clásica en versión musical?

Como he comentado anterior mente, no ha sido poco el público que ha manifestado su sorpresa ante la conjugación de todos los elementos, escénicos y musicales, de manera tan efectiva. La verdad es que, aunque llevamos mucho tiempo condicionados por factores ajenos al teatro, que todos conocemos y que han dificultado mucho la asistencia de espectadores a las plateas, hemos de decir que la asistencia a nuestras representaciones ha cumplido, de sobra, con nuestras mínimas expectativas y que las carcajadas y aplausos cosechados nos han convencido de estar haciéndoles un bien a esa gente que viene a relajarse y evadirse de los problemas viendo este espectáculo.

“Esta obra es teatro en estado puro”

De lo que no cabe duda es de que con su puesta en escena la carcajada está asegurada, y en momentos en los que es tan necesario pasar un buen rato, ¿qué les dice a los oscenses para que no se pierdan La venganza de don Mendo?

Que es teatro en estado puro. Que es diversión en estado puro. Que es risa, carcajada, ritmo, sorpresa… todo en uno. Que es reencontrarse con un trocito fundamental de nuestra cultura, o descubrirlo por primera vez, y que es una manera magnífica de ir dejando atrás una época oscura y triste, sumergiéndose en un mundo de luz y alegría como lo es el teatro y, muy especialmente, como lo es La venganza de don Mendo. l