Cultura

FERIA DEL LIBRO

Sandra Araguás invita a los oscenses a pasear entre libros

La escritora ha inaugura la 37 Feria del Libro de Huesca animando a leer para descubrir la verdad

Sandra Araguás en la inauguración de la Feria del Libro
Sandra Araguás en la inauguración de la Feria del Libro
Verónica Lacasa

“Acérquense y pasen a este Palacio y descubran que les están esperando con los brazos y las palabras abiertas”. Así ha invitado Sandra Araguás a los oscenses a participar de la 37 Feria del Libro de Huesca, “un ejemplo de que la ciudad se pasea entre libros”, y una cita que ha inaugurado la escritora con un pregón cargado de emociones, y del que han sido testigos el concejal de Cultura Ramón Lasaosa, y el director general de Cultura del Gobierno de Aragón, Víctor Lucea, que la han acompañado junto al coordinador de esta cita, Chema Aniés.

Contenta, agradecida y muy ilusionada, esta cuentista ha recordado el año y medio que hemos vivido “sin vernos las caras completas, sin besos, con miradas a medias y sin feria del libro, pero con libros”, tiempos de pandemia “desoladores para quienes vivimos de la cultura”. La cancelación de agendas produjo “vértigo, pero ver como poco a poco la gente demandaba más cultura y todos accedimos a ella primero para salvar el encierro, y después buscándola en la calle”, fue un bálsamo.

En los últimos meses ha comprobado cómo la gente tenía “ganas de cuentos”, pero también “las ganas de meternos en los cuentos y olvidarnos de todo lo que nos ha estado rodeando y disfrutar de nuevo del silencio que las páginas de papel nos regalan”. Ese silencio se ilumina de sonrisas con los libros de Sandra Araguás, que ha recordado como para ella fue especial llegar en navidades a la librería Anónima y descubrir que Papa Noel y los Reyes regalaban libros, y se sorprendió cuando le dijeron que había gente que no buscaba uno de sus títulos sino a Sandra Araguás, “y eso emociona porque ves que apoyan tu trabajo”.

Sesiones de cuentos, clubes de lectura..., Sandra Araguás nunca se ha quedado sola, y hoy también ha estado rodeada de autoridades, libreros, editores, lectores y amigos que respetan su trabajo, el de una persona que como ella misma ha confesado a este periódico antes de dar el pregón, “ha ido muy despacito. En el 2000 empecé mi primera investigación recorriendo nuestros pueblos, un trabajo que es como lluvia fina”, va calando y haciendo que la tierra sea fértil.

En su caso, la tierra son esos lectores que buscan sus historias y a sus personajes y que se cuelan en una idea que soñó una noche: "Igual que nuestros niños salen del hospital con un número de la Seguridad Social y un pediatra adjudicado, para mí sería un sueño que salieran con su tarjeta de la biblioteca municipal y su librería de cabecera y que cada vez que entraran allí, el librero les conociera y les recomendara lo que necesitaban para cada momento”.

Con una alusión a escritores de literatura infantil y juvenil, a ilustradores y a ese trabajo de acompañamiento a los más pequeños por parte de las bibliotecas y las librerías, ha insistido en que “es ahí donde tenemos que ir sembrando y esos frutos, aunque sea a largo plazo, se verán”.

Es importante que los niños se acerquen a los libros, que cada vez haya más lectores, y lo que es más importante, “que no se nos pierdan cuando empiezan a tener 10, 12 o 14 años y no dejen ese hábito de ir leyendo todos los días”. Los cuentos son fantasía, pero también donde uno encuentra “las explicaciones que necesitamos para defendernos en la vida, para ser capaces de sobrevivir”.

Sandra Araguás ha recordado que los cuentos tradicionales tienen esos personajes “que nos ayudan a comprender que siempre tienes que seguir luchando, que tienes que ser ingenioso...”, y se ha mostrado contraria “a esa literatura del para, de dárselo todo tan masticado y tan fácil”. “Los libros y los cuentos tienen que tener esas dobles lecturas que les ayuden a madurar al mismo tiempo que van creciendo. Hay que darles el acompañamiento y las raíces necesarias para que crezcan, pero también tenemos que saber soltarlos, que sean libres y que dispongan de las herramientas necesarias para salir adelante”.

En su pregón, Sandra Araguás ha citado a Mafalda, que decía que  “vivir sin leer es peligroso porque estás obligado a creerte todo lo que te cuentan y no todo va a ser verdad”.

La Feria del Libro de Huesca es una invitación a ello y el mejor escaparate en el que encontrar esas páginas de papel que regalan silencios, que ayudan a soñar y, sobre todo, te enseñan a vivir. Es “un ejemplo de que Huesca se pasea entre libros”, como el de Sandro, el avión de la Casa de los Títeres que han presentdo Paco Paricio y Antonio Santos, Sariñena en la guerra civil, de Gema Grau, a la que ha acompañado Salvador Trallero, y la colección ‘La novela aragonesa’, a cargo de Dionisio Platel y Joaquín Campo.