Cultura

FOTOGRAFÍA

Enrique Carbó, tras los pasos de Briet en un taller

El fotógrafo abre las actividades formativas de la octava edición de Visiona Huesca

Enrique Carbó impartió el taller Tras los pasos de Lucien Briet: Viaje al barranco de Mascún.
Enrique Carbó impartió el taller Tras los pasos de Lucien Briet: Viaje al barranco de Mascún.
A.L.

El profesor y fotógrafo Enrique Carbó desarrolló un taller de refotografía en el Barranco del Mascún revindicando con ese acto la importancia de la obra de Lucien Briet, el fotógrafo y escritor francés que descubrió la belleza de la Sierra de Guara y del Pirineo aragonés a principios del siglo XX.

El taller Tras los pasos de Lucien Briet: Viaje al barrando de Mascún se enmarcó en el programa Visiona de la Diputación Provincial de Huesca y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo que este año establece una profunda reflexión sobre el turismo y sus mecanismos de representación.

Un total de quince participantes llevaron a cabo una primera introducción al complejo mundo de la refotografía, además de poder contemplar el hipnótico ritual que supone fotografiar con cámara de placas.

La refotografía consiste en volver a fotografiar desde el mismo lugar, punto de vista y parámetros técnicos aquellas imágenes de las que se parte para poder comparar ambas con las mínimas interferencias posibles, comentó a este periódico Antonio Lachos.

Este tipo de actividades, como explicó Carbó, acotan el territorio intelectual en el que se mueve la documentación gráfica de la montaña y ofrece un punto de vista inhabitual a los conceptos de turismo, paisaje y memoria.

Los asistentes al taller pudieron comprobar cómo tras más de un siglo el paisaje ha cambiado por completo ya que la despoblación, la desaparición de la presión ganadera y el uso de otros materiales parta obtener la energía de consumo doméstico ha configurado un territorio donde la vegetación es la protagonista.

Las fotografías de Briet poseen esa belleza atemporal del trabajo concebido sin ninguna pretensión artística, pero precisamente por eso construyen un relato de un tiempo y un lugar en el que se mezcla lo telúrico y lo emocional: “Hilos de araña tendidos a través de la estrecha abertura, relucen al sol. Avancé con precaución hasta el umbral de este antro a fin de sondear sus arcanos. Parecióme que su techo abajábase y que las ondas emanaban de un sifón enteramente sumergido, aunque la limpidez cristalina del agua no dejaba vislumbrar en la sombra más que espesas espumas”, fue la descripción de Briet del Mascún.

“La defensa del legado cultural del territorio es imprescindible en un momento en el que la perversión de ‘disneyficación’ se extiende allí donde el turismo es fuente de riqueza, pero también amenaza, pudiendo terminar siendo epílogo de esa realidad que ansiaba conocer”, indicó Lachos. El Maskhun, nombre árabe que quiere decir lugar habitado por espíritus y, según el autor francés, ofreció con este taller una nueva lectura y permitió un acercamiento a los conceptos de paisaje y refotografía.