Cultura

LA ENTREVISTA

Jaume Funes: “No podemos dejar solos a los adolescentes en el proceso de maduración”

El psicólogo y educador, que ha ofrecido este miércoles una charla en Benabarre, propone huir de la negatividad con que se alude a la juventud

Jaume Funes.
Jaume Funes.
S.E.

Tras casi 50 años mirando a los adolescentes objeto de sus libros, sus conferencias, sus clases y su ayuda, Jaume Funes sigue tratando de ver a través de sus ojos digitales para acompañarles en esa etapa de transición. “Desde 1974, he visto cómo iba cambiando su mundo”, confiesa apasionado por los protagonistas de este momento vital que despierta tanto interés como envidia entre los adultos, independientemente del contexto. En plena era digital, Funes sigue apostando por mirar a los jóvenes con buenos ojos, “por acompañarles” y “ayudarles a gestionar” las nuevas herramientas que plantean el doble reto educativo de entusiasmarlos por saber ante el exceso de información y garantizar una convivencia saludable en este nuevo mundo.

Huir de la negatividad con que se alude a la juventud y estar al lado de los jóvenes son las estrategias básicas que propone Funes. “La gran cuestión es cómo los miramos, qué intentamos descubrir, cómo se sienten como personas, no como hipotéticos problemas. Tenemos que tener una mirada positiva. Y la segunda es cómo sabemos estar a su lado. A la distancia adecuada para que se sientan seguros, pero que puedan vivir y experimentar”.

Funes retrata a los padres actuales, “los héroes de la revolución del reloj que pasaron del calimocho al Rioja reserva. Y ahora, en lugar de pensar en su lógica, y darles argumentos para que vayan experimentando, aprendiendo, con regulación sensata, se limitan en muchos casos a poner normas y leyes. Y hay que gestionar esto, hay que acompañarles en el aprendizaje porque si no van a querer salir con desmesurado interés por el alcohol y otras sustancias. No podemos dejarlos solos en este proceso de maduración y de cambio”, recomienda, invitando a los padres también a disfrutar de ello. “Para ellos son tiempos de primera vez, cuando para nosotros son de enésimas veces. Pero cada día podemos descubrir algo nuevo”, asegura. “Son frágiles en el sentido de que se están construyendo y sus influencias son muy importantes, pero viven el mundo con curiosidad, con ganas de explorar, de descubrir. Nosotros tenemos que garantizar que esas influencias les ayuden a construirse”, considera.

El mundo digital es peligroso en soledad. “Uno no es adicto a las pantallas, pero sí puede llegar a pensar que su vida depende de algo. Biológicamente depende de una sustancia o lo cree. Y ese es el problema, cuando la vida te la regula lo que sea, si tú no gestionas tu tiempo y tu no conexión. Lo que han de aprender es a gestionar su conexión, su identidad y su imagen. No es que sean más adictivos, pero en la medida que vives un momento complicado, como la adolescencia, si nadie te da abrazos, necesites los abrazos digitales”.

Como docente, incide en la necesidad de estimular a los jóvenes. “Es el reto educativo y, sobre todo, de Secundaria. Cómo se es persona en este mundo digital. Cómo se les ayuda a seguir teniendo ganas de saber, de aprender, cuando el acceso a la información es tan fácil. Y cómo les ayudas a construir la convivencia en un mundo digital”, concluye como retos fundamentales.