Cultura

LA ENTREVISTA

Ana Isabel Lamora: “La enología emocional es la forma más sensible de relacionarnos con el vino”

La enóloga montisonense imparte este miércoles la conferencia ‘Sentir el vino, otra forma de aprender’ en el Centro Ibercaja Huesca (19:00 horas)

Ana Lamora.
Ana Lamora.
S.E.

“La enología emocional es la forma más sensible de relacionarnos con el vino y de aprender su cultura a través de la emoción y así poder conectar con la esencia del momento, de la vida”. Este proyecto en el que está trabajando la enóloga Ana Lamora va a protagonizar una conferencia que impartirá este miércoles, a las 19:00 horas, en el Centro Ibercaja Huesca, así como unos talleres sobre sensaciones y emociones en la cata que comenzarán el 20 de noviembre.

“La enología emocional nos ofrece la posibilidad de vivir la presencia, de sentir realmente quiénes somos, cómo nos sentimos”, y es por ello que el vino “se puede comportar como un espejo y a través de una cata sensorial reflejar nuestro estado de ánimo”.

Sentir el vino, otra forma de aprender es el título de la charla que ofrece este miércoles, con la introducción a la enología emocional, y precisamente, para sentir el vino hay que hacerlo “a través de la sensación y la emoción, que permitirán al consumidor disfrutar de él desde su propia esencia y entender por qué son unos determinados vinos y no otros los que en cada momento y situación le ofrecen sensaciones agradables”, apunta.

Ana Lamora (Monzón, 1971) insiste en que la sensación, emoción y esencia “deberían ser las pautas de observación de un vino y al mismo tiempo de observación de nuestra vida”. A su juicio, vivimos “de forma rápida, atropellados en nuestros problemas, en nuestra realidad diaria y esto no nos permite ver más allá de lo que nos han enseñado, de lo que hemos aprendido”. El vino forma parte de la historia de la humanidad, “con una gran fuerza simbólica en nuestro inconsciente colectivo, de ahí parte el concepto de cultura del vino. La enología emocional propone otra manera de observar , más consciente, sin utilizar los filtros de la mente racional, para poder así tomar consciencia de nuestras emociones”.

Lo que nosotros somos y cómo nos relacionamos con el vino que estamos bebiendo hace que nos guste o no, pero sin olvidar que todos nuestros sentidos son vitales a la hora de apreciarlo, “porque son los que nos conectan con la realidad y nos permiten disfrutar de la percepción sensorial. Pero es el sentido del olfato el que nos da mayor información, totalmente emocional, y el que nos conecta con nuestros recuerdos más profundos”, confirma Lamora, que considera que la enología emocional “no necesita el aprendizaje sensorial de la cultura del vino, porque se centra en otros conceptos como es la afinidad aromática, y que experimentaremos durante la formación y en próximos talleres”.

El vino es arte, “nos habla cuando lo escuchamos”, y como tal, provoca sensaciones y emociones más allá de que guste o no. “La belleza de la vida depende del color del cristal con que se mire, y en vinos hablamos de la botella medio lleno o media vacía. El vino es arte y es la metáfora del vino la que nos acompañará en esta nueva experiencia que propongo: la enología emocional”.