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Carlos Saura estrena ‘El rey de todo el mundo’ en la Seminci

El filme, proyectado fuera de concurso, hace un recorrido musical por México

Carlos Saura estrena en la Seminci El rey de todo el mundo.
Carlos Saura estrena en la Seminci El rey de todo el mundo.
EFE

A sus casi 90 años, que cumplirá el próximo 4 de enero, el director y guionista oscense Carlos Saura, estrenó ayer una nueva película, El rey de todo el mundo, fruto de una vocación y un empeño para el que de momento no vislumbra un final: “Aquí sigo”, advirtió en Valladolid.

“Tengo casi 90 años, siete hijos, me dicen que he hecho cincuenta películas, yo creo que alguna menos, y sigo trabajando, dando vueltas a la cabeza. Enciendo la luz, miro hacia adentro y trato de mejorar en todos los aspectos”, reflexionó Saura (Huesca, 1932) después de estrenar “otra vez en Valladolid” una nueva película.

Fue durante la última jornada de proyecciones dentro de la 66ª Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), en la que presentó fuera de concurso El rey del mundo, un recorrido musical en clave vanguardista por la historia y el folclore mexicanos, desde la época precolombina hasta la independencia y sociedad actuales.

“Creo que he cumplido de alguna forma y estoy aquí vivo, otra vez en Valladolid. Aquí estoy”, recalcó Saura durante una rueda de prensa que compartió, entre otros, con Vittorio Storaro, director de fotografía del musical y que hoy sábado, durante la gala de clausura del festival, recogerá una Espiga de Honor por una trayectoria distinguida con tres premios Oscar.

Jovial, distendido y satisfecho un locuaz y divertido Carlos Saura sintetizó en una frase seis décadas de trayectoria, desde su estreno en el largometraje (Los golfos/1960) hasta su última entrega, El rey de todo el mundo, rodada en México y que tras su estreno en Valladolid llegará a las salas el 12 de noviembre.

“Es algo muy sencillo. He hecho más de cuarenta películas, me dicen que cincuenta pero yo no lo creo, y siempre he tratado de hacer lo que me gustaba”, apuntó este cineasta, guionista, fotógrafo y dibujante, apasionado del arte en todas sus vertientes y a quien le pesa no haber sido un intérprete musical como su madre, pianista: “la música es una de mis grandes tragedias”, declaró.

Durante su comparecencia ante los medios informativos, se refirió a la cinematografía como “un arte total”, compendio de otras manifestaciones artísticas. He hecho ópera, teatro, documentales, ficción y musicales. El cine lo reúne todo: música, fotografía, historia, escenografía, interpretación...”, dijo quien sigue haciendo fotografías y dibujando “entre plano y plano” mientras trabaja en los rodajes.

Durante ese apresurado repaso por su vida creativa, se acordó especialmente de una película, La caza (1965), producida por Elías Querejeta y con la que ganó el premio al mejor director en el Festival de Berlín, una metáfora de las dos Españas de la última Guerra Civil, estrenada en plena dictadura franquista.

“Ahora dicen que ha sido mi mejor película, pero hubo un crítico en España que después de la primera proyección dijo que ¡vaya una mierda! A veces he tenido problemas en mi país y he sufrido este tipo de desavenencias”, evocó sobre ese filme protagonizado por Alfredo Mayo, Ismael Merlo, José María Prada y Emilio Gutiérrez Caba.