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Barbastro abre su doble cita teatral con Carmen Barrantes y Gabino Diego

El Centro de Congresos de la localidad acoge las actuaciones de La Latina Teatro (sábado 6) y El Perro Azul Teatro (domingo 7)

Gabino Diego y Carmen Barrantes protagonizan ‘Los mojigatos’.
Gabino Diego y Carmen Barrantes protagonizan ‘Los mojigatos’.
S.E.

El teatro será doble protagonista este fin de semana en Barbastro. Este sábado (20 horas) el Centro de Congresos levantará el telón con Los mojigatos, a cargo de La Latina Teatro, con la participación de Gabino Diego y la oscense Carmen Barrantes, doble ganadora de los Premios Max.

Dirigidos por Magüi Mira en un juego escénico divertido y polémico para espectadores de cualquier sexo, la representación se incluye en el Programa Estatal de las Artes Escénicas, Platea, en el que un año más continúa el Ayuntamiento de la localidad.

Aún quedan disponibles entradas en el anfiteatro y la venta anticipada se realiza a través de la web https://entradas.barbastro.org

Ocupado

Imagen de la representación de teatro gestual ‘Ocupado’, a cargo de la compañía El Perro Azul Teatro.
Imagen de la representación de teatro gestual ‘Ocupado’, a cargo de la compañía El Perro Azul Teatro.
S.E.

A un público familiar está dirigida la representación de teatro gestual Ocupado, a cargo de la compañía El Perro Azul Teatro, dentro del ciclo ‘Menudo Teatro’, que llega al Centro de Congresos este domingo, a las 12 del mediodía.

La obra, de casi una hora de duración, está dirigida a un público infantil y familiar a partir de 7 años.

Un hombre solo, en su cuarto de baño, entabla un combate cómico con el mundo. Un corte en el afeitado, un estreñimiento imperioso, las llamadas del trabajo a su móvil... Todo son fuerzas invisibles que parecen retenerle confinado entre esas cuatro paredes.

Su imaginación consigue liberarle hacia un viaje alucinado y al final regresa para celebrar su disparatada fiesta de descubrimiento. Ocupado es un canto de rebeldía, un acto de resistencia.

El montaje está interpretado por un solo actor. El intérprete desarrolla un juego actoral apoyado en un cuidadoso lenguaje gestual que da como fruto una elocuente expresividad.

Este sorprendente juego físico es la llave para acercarse a todos los públicos con una lógica que hace reír y, paralelamente, conmueve. Al fin y al cabo, el triunfo y la tragedia del personaje nacen de su fracaso ante los ojos de los espectadores.

El aparente realismo se ve superado por una comicidad desternillante. Nuestro personaje juega en el cuarto de baño, un espacio que revela lo ridículo de una realidad que a todos nos pertenece. La escenografía cobra vida en manos del actor, los objetos se animan y se transforman mediante un virtuoso ejercicio de manipulación.