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Francho Nagore Laín: “La dignificación del aragonés no solo depende de su enseñanza”

Este universitario propone potenciar la lengua aragonesa en el sector público y en los centros docentes, y su uso en al menos dos cursos de Magisterio

Francho Nagore Laín.
Francho Nagore Laín.
Ángel Huguet

Más de 60 folios ocupa el currículo biobibliográfico de Francho Nagore Laín (Zaragoza 1951), con toda su labor de gestión y docencia, edición, creación literaria, traducciones al aragonés y estudios sobre esta lengua... En 1973 obtuvo el título de licenciado en Filosofía y Letras (especialidad de Filología Románica) por la Universidad de Zaragoza y en 1977 llegó a Huesca, donde ha desarrollado, hasta su reciente jubilación, una amplia carrera profesional: director de la Escuela de Turismo (1980-1986) y de la Escuela Universitaria de Estudios Empresariales (1993-97); desde octubre de 2007, profesor titular de la UZ (en Ciencias Humanas y de la Educación y Empresariales), y director del Diploma de Especialización en Filología Aragonesa (2011-2020).

De su primer destino, dice: “Mi experiencia en la Escuela de Turismo de Huesca fue muy enriquecedora. Ahí empecé como profesor, y por tanto tuve que aprender mucho”. Ya estaba él fuera del centro cuando se produjo el fallido proceso de adscripción del mismo a la UZ, algo que aún lamenta. ¿Qué falló? “El incumplimiento de uno de los socios de la Fundación (el Ayuntamiento, con Elboj a la cabeza), ante las presiones de Zaragoza (donde se habían fusionado las dos Escuelas de Turismo en una y el mayor número de alumnos implicaba mayores ingresos para la UZ). Fue un fiasco, un error mayúsculo que después no se ha podido subsanar”.

Paralelamente, años de estudio y defensa del aragonés, presidiendo de 1978 al 2004 el Consello d’a Fabla Aragonesa, y desde el 2000, el Consello Asesor de l’Aragonés; y es miembro de la Academia Aragonesa de la Lengua (creada en septiembre de 2021).

Su interés por la Filología “surgió en mí siendo muy joven, quizá por el contraste entre la forma de hablar de mi familia y la gente del entorno cuando vivíamos en Lezo (Guipúzcoa). Mi madre era de Zaragoza y mi padre de Pamplona y ambos utilizaban muchas palabras que no pertenecían al castellano, sino al navarro-aragonés”.

Dicen de Francho Nagore que es la pieza clave en la dignificación del aragonés y en su entrada en la oferta de la UZ, que “fue un proceso difícil, complicado y largo. Comenzó con la introducción en el curso 1986-87 de la asignatura voluntaria ‘Filología Aragonesa I’, que se complementó con ‘Filología Aragonesa II’ el curso siguiente”. En 1994 estas dos asignaturas se concentran en una, ‘Filología Aragonesa’, que se imparte como optativa. Y “después de un par de años de gestiones, se consiguió poner en marcha en 2011 el Diploma de Especialización en Filología Aragonesa, título propio de la UZ que se continúa impartiendo (este curso hay matriculados 20 alumnos)”. Finalmente, “el curso 2020-21 comienza a funcionar la Mención de Lengua Aragonesa, dentro de los planes de estudios de los Grados de Maestro de Primaria y de Infantil”.

Pero esto, dice, “no es suficiente. Lo ideal sería, a largo plazo, que al menos dos cursos se cursaran por completo en aragonés, y en ellos se pudiera profundizar más en el estudio de la gramática y en el uso práctico de la lengua. Esto sería necesario cuando se generalizara la enseñanza del aragonés en todos los centros de enseñanza”.

Y aclara Nagore que “la dignificación del aragonés no solo depende de su enseñanza. Hay otros aspectos fundamentales, como la creación literaria y la publicación, así como la utilización pública del aragonés, en los que se ha ido avanzando desde los años 70 hasta ahora. Se va ganando algo de espacio público para el aragonés, aunque de momento sea muy poco”.

También tiene peros para la Ley de Lenguas. “Es muy restrictiva, poco clara y con muchos aspectos que se pueden interpretar de diversas maneras. Todavía no se está aplicando, puesto que no se han especificado los territorios en los que ha de aplicarse”. Y sobre lo que se hace en Infantil, Primaria y Secundaria, comenta: “Es un parche, algo provisional y muy escaso, al margen de la Ley”.

De la Academia Aragonesa de la Lengua dice que “nace con las manos atadas (además de hipotecada por cuotas políticas), y con muy pocas posibilidades de actuación o de influencia real si mientras tanto no se desarrollan otros aspectos de la Ley. Yo no veo realmente voluntad política en el Gobierno de Aragón”. Y las Cortes de Aragón “están en contra del desarrollo de la Ley, pues han pedido la supresión de la Academia”.

Opina Nagore, además, que “para superar el retroceso del aragonés sería necesario duplicar o triplicar en poco tiempo el número de hablantes y utilizarlo habitualmente la administración”.

Militó en el PSA (1976-1983) y en 1986 entró en Chunta Aragonesista, siendo edil de Huesca entre abril de 2014 y mayo de 2015. “Aprendí mucho, pero también resultó algo estresante y decepcionante”.

Desde 2015 se ha centrado en la docencia y en sus estudios y publicaciones sobre el aragonés, pero en 2019, todo cambió con “la muerte de nuestro hijo Francho, causada por una agresión en las Fiestas de San Lorenzo. Fue un golpe tan fuerte que ha cambiado por completo la visión que tengo de las cosas, de manera que las relativizo mucho”.