Cultura

LA ENTREVISTA

Paula Arranz: "Para las personas, el columpio es un reto físico, pero también mental"

La altoaragonesa ha regresado a sus orígenes, instalando un Estudio de Danza y Pilates en Castejón de Sos

Paula Arranz.
Paula Arranz.
Elena Fortuño

Una lesión obligó a Paula Arranz a reorientar hacia la pedagogía su carrera como bailarina profesional. Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza, con estudios de pedagogía, pilates, yoga, además de los de danza y un máster de Danza Movimiento Terapia en la Universidad Autónoma de Barcelona, su giro profesional cristalizó en paralelo a su apuesta vital por regresar a sus orígenes instalando un Estudio de Danza y Pilates en Castejón de Sos, en los bajos de la casa de su familia materna, donde ha hecho de la ingravidez su seña de identidad. “Para la gente, el columpio es un reto físico, pero también mental que hace el ejercicio más satisfactorio”, asegura.

“Mis abuelos tenían una tienda de ultramarinos aquí y mi estudio está en la trastienda”, explica orgullosa y agradecida por contar con este espacio de tanto valor sentimental como funcional para ella que ha sido decisivo para dar este vuelco a su carrera.

Paula pasó su primera infancia en Sabiñánigo antes de mudarse a París a los 5 años e instalarse, ya de adolescente, en Zaragoza, atesorando la formación de Susana Ara, distintos profesores en la capital francesa y figuras como María de Ávila.

Aunque en un principio se centró en el ballet, se adentró en la danza contemporánea, la salsa o el baile moderno hasta los 23 ó 24 años. “Por entonces, estaba yendo al fisio cada día para poder seguir bailando y tuve que tomar una determinación”, recuerda sobre una decisión que le abrió otros horizontes profesionales, ligados desde el principio al pilates. “Me ayudó mucho en mi recuperación y me gustó tanto que empecé a hacer formación”, comenta sobre una especialidad muy útil ante las lesiones. “El pilates es más terapéutico que el yoga, sobre todo para la columna y la faja abdominal. Por eso tenemos un grupo específico de pilates terapéutico”, indica refiriéndose a la amplia oferta de su estudio.

“Me ayudó mucho en mi recuperación y me gustó tanto que empecé a hacer formación”

Sin embargo, y aunque empezó con el pilates suelo, primero en la Comarca de la Ribagorza y luego en el estudio que lleva su nombre, pronto subió a los alumnos al columpio, tanto en pilates como en yoga. “Ahora está más de moda, pero cuando empecé en 2016 no era habitual”, asegura remontándose a esos primeros vuelos. “Al principio asusta un poco, pero prácticamente todo el mundo que lo ha probado lo prefiere. El columpio, más suave el de yoga y con estribos el de pilates, ayuda mucho en algunas posturas”, considera, muy satisfecha con la evolución de sus alumnos, que ya rondan el centenar en el estudio, entre danza para niños y adultos (clásica, contemporánea, salsa y ritmos latinos, bailes de salón, etcétera), Pilates Maat y aéreo, yoga, yoga aéreo y PBT (Progressing Ballet Technique). A ellos, hay que sumar los más de 50 niños a los que enseña danza bajo el paraguas de la Escuela de Música de la Ball, completando una carrera profesional que, en constante movimiento, mira ahora al Aeromasaje que fusiona shiatsu, masaje tailandés y columpio.