Cultura

El Cervantes hereda la “ética del trabajo” de Juan Ramón Jiménez

La Caja de las Letras del Instituto alberga desde este miércoles el legado in memoriam del poeta onubense y Nobel de Literatura

García Montero guarda el legado in memoriam de Juan Ramón Jiménez en la Caja de las Letras.
García Montero guarda el legado in memoriam de Juan Ramón Jiménez en la Caja de las Letras.
EFE

La Caja de las Letras del Instituto Cervantes alberga desde este jueves el legado in memoriam del poeta onubense Juan Ramón Jiménez, con el que el Cervantes no solo hereda la primera edición de Belleza, en otras publicaciones, sino la “vocación del trabajo gustoso y de la ética del trabajo” del Nobel de Literatura 1956.

Así lo manifestó el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, durante un acto en el que en la caja 1677, que será abierta el 15 de diciembre de 2023, se han introducido el número 1, 2 y 3 de la revistas Unida y Presente, un ejemplar de Sí (1925) y otro ejemplar de Poética poética (1936).

Asimismo, representantes de la Fundación Zenobia y Juan Ramón Jiménez, coorganizadores de este homenaje al autor de Platero y yo, también guardaron dos primeras ediciones de los poemarios Belleza y Poesía (1923).

Durante el acto, García Montero, recordó cómo Juan Ramón Jiménez se calificaba como un “andaluz universal” y matizó que está “muy bien” recordarlo “en estos momentos” en los que hay que “saber defender las raíces en un compromiso por la universalidad”.

Además, el director del Cervantes destacó dos cosas del onubense (1881-1958): “una tiene que ver con su idea de lo que debe ser el trabajo gustoso, hay personas que tienen la suerte de poder dedicarse a su vocación, tener un empleo es necesario para llegar a final de mes, pero si se tiene vocación la labor se convierte en vida”.

“Y la misma vocación es la que tiene un poeta cuando se dedica a cuidar las palabras y a cuidarlas con la mayor precisión. Y me gusta que el Instituto Cervantes se convierta en un sitio de trabajo gustoso y vocación con las palabras”, añadió

Respecto al segundo punto a resaltar, García Montero recordó la “vocación fundamental” del escritor onubense de “convertir la vida y el trabajo en un compromiso ético”. “Y la obra de Juan Ramón es un compromiso ético desde el principio (...) Si al final del XIX y principios del XX los regeneracionistas decían que el mayor compromiso con España era el trabajo, Juan Ramón decidió que el compromiso era que quien fuese poeta fuese un buen poeta y eso le dio una dimensión ética que estuvo en la labor de todas sus decisiones”.

Además del legado guardado este miércoles en lo que fue una caja de caudales, el Cervantes también ha recibido la donación, por parte de las editoriales Visor y Linteo, de la colección completa de las obras del poeta así como distintos libros inéditos, que pasaran a su biblioteca patrimonial.

Al acto también acudió la sobrina nieta, y legataria, de Juan Ramón Jiménez, Carmen Hernández-Pinzón, quien también hizo referencia a la “universalidad” del Premio Nobel y su pasión por la “defensa” del idioma.

“Y hoy que estamos asistiendo a unos días tristes de defensa de la lengua quiero recordar cómo él sufrió por la lengua, porque cuando se exilió (a Estados Unidos) por lo que más sufrió fue por la lengua. El decía que la lengua es algo vivo que se va transformando y lo hizo sufrir tanto que tuvo que ser ingresado en hospitales psiquiátricos porque sufría por su lengua, porque se sentía deslenguado”, contó.