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Camino Díaz: "En una novela negra, el leitmotiv es explicar la vida, los sentimientos"

La escritora zaragozana vecina de Monflorite acaba de publicar su nueva novela “El color de la tristeza es amarillo”

Camino Díaz.
Camino Díaz.
S. E.

“El color de la tristeza es amarillo” (Libros del Gato Negro, 2021), es el nuevo libro de Camino Díaz, la escritora zaragozana afincada en Monflorite y también es, afirma, “un color que surge de mis ojos, de lo que tengo delante de mi vista todos los días, en el lugar que tengo la suerte de vivir y que en verano se llena de espigas secas y de color amarillo”. “Y allí empezó a surgir esta historia, un poco surrealista y un poco mágica”, añade la autora.

Su cuarta novela es un regreso a las tramas policíacas y al punto de vista femenino. En esta ocasión, “de una niña de unos doce años que empieza a dejar la inocencia de la infancia y a crecer un poquito”. “Comienza a darse cuenta de que alrededor de ella existen adultos en los que confía en principio, y a los que hace preguntas, pero se da cuenta de que tampoco tienen todas las respuestas”, revela sobre la trama.

Surge entonces una muerte, una verdad que esclarecer y se aborda también un tema tan en el punto de mira ahora como la importancia de la salud mental. “Es esa niña, con sus verdades y con sus preguntas, la que nos va a ir llevando por la trama”, explica Díaz.

Una joven protagonista cuyo padre es guardia civil y con el que la autora retrata de nuevo la labor diaria de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Ella misma, además de escritora y filóloga hispánica pertenece a la brigada de la Policía Científica.

Cuando se trata de novela policíaca, el escritor debe ofrecer, en opinión de esta autora, “algo más” que una buena trama.

“Cuando hay suspense y hay misterio, los lectores se arraigan más a las páginas, pero además, en el caso de la novela negra, su leitmotiv es explicar la vida, explicar los sentimientos de las personas, por qué hacen según qué cosas, por qué esas acciones tan penosas y truculentas que a veces leemos se llegan a cometer, es un poco hablar del ser humano, de sus bajas pasiones”.

Y para que una novela salga redonda debe tener, siempre, “unos buenos personajes”. “También debe haber ingredientes para que ese lector deje la página y diga, ahora tengo que dejar el libro, pero tengo que volver a cogerlo en cuanto pueda”, añade.

“Necesito también, en Literatura, identificarme, aunque solo sea un poco, con lo que estoy leyendo, aunque sea ‘Crimen y castigo’ de Dostoyevski y el protagonista haga algo que no tiene que hacer y que yo jamás haría, pero que en ese momento, empatice con él.”, continúa la escritora.

El entorno rural, como en el que ella vive, está tomando además el testigo, en el panorama literario, de la ciudad o la gran urbe como escenario de novela policíaca. Así sucede también en su última obra.

“Este entorno tiene su misterio, es otra mirada, y para contarla también es distinto, no es lo mismo ver edificios todo el tiempo que estar rodeada de ese mar amarillo, de los animales, de la gente, porque además en los pueblos estás menos solo que en una ciudad, allí la soledad es mucho más aplastante”, afirma.