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"Recibir el ‘Esteban de Esmir’ es trabajar por Graus y la cultura"

Constancio Arigita e Icíar Vázquez recogen el trofeo en una gala muy emotiva

Icíar Vázquez y Constancio Arigita, con el premio.
Icíar Vázquez y Constancio Arigita, con el premio.
E. F.

Una emotiva, cariñosa y deliciosa velada arropó a Constancio Arigita e Icíar Vázquez a la hora de recoger su merecido premio Esteban de Esmir de Fomento de la Cultura en Graus.

En su décimo primera edición, el galardón regresó, tras el paréntesis del pasado año, para premiar, el pasado sábado por la noche, “la ilusión, trabajo, esfuerzo y dedicación” con el que ambos guían desde hace 24 años el Museo de Iconos “Virgen de la Peña”

El espléndido recital Cantando a la vida de las artistas grausinas Alba Mur y Eva Pons sublimó el evento en el Teatro Salamero.

La técnico de Cultura grausina, Elena Nogarol, calificó este acto de “fundamental para la cultura de Graus, porque evidencia la inquietud de Graus ante la cultura y la riqueza de sus gentes”, comentó. 

La técnico recordó también al personaje que da nombre al galardón. “Esteban de Esmir es un emblema propio de esta inquietud cultural que se manifiesta en la localidad desde tiempo atrás”, dijo, citando su labor como catedrático y rector de la Universidad de Lérida, Obispo de Huesca y fundador de la Compañía de Jesús en Graus, además de ser un hombre culto y mecenas de su localidad natal en el siglo XVII. “Recibir el premio Esmir es trabajar por la cultura y por Graus”, sentenció.

La Comisión Cultura del Ayuntamiento del pasado día 9 de diciembre decidió otorgar esta distinción a Constancio Arigita e Icíar Vázquez por su labor en el Museo de Iconos Virgen de la Peña, “un lugar abierto, de acogida y de conocimiento de culturas diferentes” por “ser incansables en la labor de investigación, pero también de difusión, donde se pone de manifiesto su vocación didáctica”. 

En su opinión, este museo, ubicado en la antigua hospedería del Santuario, es uno de los más singulares de Aragón, pero sobre todo, “uno de los más interesantes sobre arte ortodoxo en España”.

El Museo de Iconos “Virgen de la Peña” alberga una amplia colección de iconos, tanto reproducciones como originales. “Nos hemos acercado por bastantes años a los iconos rumanos, rusos, etíopes con sus caras tan serias de vírgenes y santos, que hicieron nido en la Virgen de la Peña para San Fermín hará 24 años, y están sonriendo a los pobres y gritando ‘Ay de vosotros’ a los poderosos”, explicó Arigita resumiendo el contenido y el sentido de este espacio que trasciende lo puramente museístico apostando por lo ecuménico y los valores humanos.

Arigita recordó a las mujeres que, desde los principios del museo, subían a rezar frente al iconostasio. “Estas mujeres significan lo mejor de lo que significa y para qué seguir abriendo aquella puerta. Es por ellas, por sus nietos, y por tantos que nos han aguantado”, dijo desde la humildad y el agradecimiento. “El premio Esteban de Esmir nos lo quedamos”, concluyeron a la limón con Icíar dando las gracias.

La alcaldesa de Graus, Gema Betorz, fue la encargada de entregarles el premio, consistente en una obra de porcelana realizada por la ceramista Marta Danés.

Delicioso recital

Y como colofón, la voz de Alba Mur, acompañada por la guitarrista Eva Pons, resultó un regalo para premiados y asistentes. Estas dos artistas, procedentes de la Escuela de Música de Graus ofrecieron su concierto Cantando a la vida, un recorrido musical por la música latinoamericana, canción de autor, sefardí y melodías de siempre. Un repertorio popular y conocido para poder hacer más partícipe al público.

Alba Mur, que estudió Magisterio Musical en la Universidad de Zaragoza y se graduó en interpretación de canto clásico y contemporáneo en la Escuela Superior de Música de Cataluña, impregnó de alma cada nota del concierto.

Por su parte, Eva Pons, forjada en el Conservatorio Miguel Fleta de Monzón para completar sus estudios en el Conservatorio Superior de Música del País Vasco, Musikene, fluyó con su compañera en un rico torrente sonoro que concluyó con la tradicional Albada grausina