Cultura

LITERATURA

Irene Vallejo recibe el calor de los lectores en Barbastro

La exitosa autora aragonesa ha firmado ejemplares de su aclamada obra "El infinito en un junco"

Irene Vallejo durante la firma de libros en Barbastro.
Irene Vallejo durante la firma de libros en Barbastro.
A. H.

“La gente ha regresado a los libros, ha buscado compañía y apoyo en ellos cuando ha llegado una catástrofe como la que hemos pasado” señala la escritora aragonesa Irene Vallejo que ha venido este miércoles a Barbastro para firmar ejemplares de sus obras en Librería Ibor. La presencia de la autora de “El infinito es un junco” (Siruela) no ha pasado desapercibida entre el público que tuvo la paciencia necesaria para acercarse a la autora de la obra más conocida por el éxito que ha conseguido con más de 400.000 ejemplares vendidos en España y la traducción a 32 idiomas. Además, de recibir el Premio Nacional de Ensayo 2020 y el Premio Aragón 2021 máxima distinción institucional que concede el Gobierno de Aragón.

El año 2021 está entre los mejores de la escritora, “es una sensación ambigua porque he tenido noticias personales muy buenas pero es extraño asimilarlas en este contexto tan duro para la gente y con tanto duelo alrededor. La verdad es que lo he disfrutado, me siento muy agradecida y al mismo tiempo ha sido una situación extraña. He sentido que los libros ayudaban a la gente durante los meses más difíciles de soledad y confinamiento”.

En esta línea “por ese lado, me siento feliz porque he visto que la gente volvía a los libros a pesar de profecías pesimistas de los últimos años, cuando ha llegado una catástrofe la gente ha regresado a los libros, ha buscado compañía y apoyo en ellos”. Irene Vallejo ha cerrado la propuesta cultural de la librería local “por razón íntima y personal, por amistad con Beni Ibor, fue imposible cumplir antes el compromiso”.

El junco de Irene es muy infinito con 400 ejemplares vendidos y traducido a más de 32 idiomas, “nunca hubiera pensado que llegaría a esta situación y es todo lo contrario, pensé que sería un libro para un número muy reducido de lectores. Me ha sorprendido no solo por el número de ventas sino por la generosidad de la gente que lo lee y empiezan a hacer proselitismo del libro, lo regalan, lo recomiendan y hablan en redes sociales. Es como si pasara a formar parte de sus vidas”.

Las claves para “conquistar” a miles de lectores, “es misterioso, muchas veces pregunto a los libreros, a los propios lectores, creo que ha sorprendido encontrar en un ensayo de historia un relato de aventuras en el que todos los lectores son protagonistas. Es la genealogía de los lectores y una aventura que está en marcha porque hay que seguir salvando los libros y la lectura”.

Amor a la literatura, los libros y la lectura, “son sentimientos de gratitud porque “El infinito es un junco” lo empecé a escribir en un momento muy difícil de mi vida pensando que, probablemente, sería el último en una situación personal dificilísima. Si me despedía, que fuera con un acto de gratitud”.

Se refiere a los premios literarios internacionales de Barbastro, “no me he presentado a premios y los que han llegado han sido por libros publicados. No había pensado en pasar por este proceso”. Dos nombres de referencia, Manuel Vilas e Inés Plana, “son grandes escritores y hay que destacar el gran momento que vive Aragón, lo he comprobado en mis viajes por el extranjero y ha sido maravilloso encontrarme libros de Vilas y de Sergio del Molino, por ejemplo. Es evidente que Barbastro es una gran capital de la cultura y cito, también, a Inés Plana y Encarna Samitier. En la conjunción de talentos locales están, también, los hermanos Moreno Gistaín”.