dph
Maribel de Pablo: “Fuimos pioneros en crear propuestas respetuosas con los momentos sanitarios”
La delegada de Cultura de la DPH habla de lo hecho en pandemia y de las previsiones para este año
Recién comenzado el año 2022, este diario habla con la delegada de Cultura de la Diputación Provincial de Huesca, la socialista Maribel de Pablo Melero (Barbastro, 1956), quien informa de las grandes líneas de la programación prevista para el presente ejercicio por esta área, que cuenta con un presupuesto de algo más de seis millones de euros, lo que supone un importante incremento respecto al del 2021. El regreso del Festival Pirineos Sur este próximo verano, tras dos años sin celebrarse debido a la pandemia de covid, y el éxito que han tenido dos novedosas actividades como el Festival Sonidos en la Naturaleza (SoNna) y La Compañía Ilustrada, son tres elementos que destaca Maribel de Pablo, quien al hacer balance del 2021 dice que el año pasado “constató hasta qué punto la pandemia ha cambiado nuestras vidas”. Y añade: “Fuimos pioneros en crear propuestas respetuosas con los momentos sanitarios. Y en esa misma línea vamos a continuar mientras siga siendo necesario mantener la precaución para evitar la propagación de los contagios de coronavirus”.
¿Con qué presupuesto cuenta este año 2022 el área de Cultura de la Diputación de Huesca? ¿Qué diferencia hay con respecto al del año pasado, tanto en cantidad presupuestada como en actuaciones previstas?
—La Diputación Provincial de Huesca cuenta con un presupuesto dedicado al área de Cultura de 6,2 millones de euros. Esto supone un incremento de prácticamente un 11 por ciento respecto al presupuesto del año pasado, unos 600.000 euros más. Este aumento refleja un esfuerzo inversor y también una voluntad por parte de esta Diputación de continuar en la misma línea que en los últimos años ha llevado a la provincia de Huesca a ser un ejemplo modélico para el resto del país, puesto que seguimos trabajando para abordar también el reto demográfico desde el ámbito de la cultura.
La institución provincial está allí continuamente apoyando a las localidades altoaragonesas y abogando por un reequilibrio territorial a través de la prestación de servicios de calidad, la igualdad de condiciones entre los ciudadanos de las grandes urbes y de los medianos y pequeños municipios y con iniciativas como la extensión de la banda ancha y otras tecnologías que mejoren la conectividad o con proyectos especiales como el plan de vivienda. Y uno de los puntales importantísimos desde mi punto de vista es una oferta cultural amplia, rica y diversa que llega a todos los vecinos de este territorio. Por eso mantenemos toda nuestra actividad, tal y como tenemos prevista cada año, e incluso reforzamos con mayor dotación económica algunos programas que tienen un gran recorrido por delante, como es el caso de SoNna Huesca y La Compañía Ilustrada.
Ha sido sorprendente el triunfo del programa de La Compañía Ilustrada.
—Ha sido una gran experiencia. La Compañía Ilustrada es una propuesta sorprendente. Ha visitado 36 localidades altoaragonesas durante el primer año y ha dejado muy buen sabor de boca en todas ellas. Yo creo que hay algo mágico en encontrar ilustraciones tan buenas expuestas en las calles de nuestros municipios, porque da color e invita a pasear y a disfrutar del arte de una manera cotidiana. Y esto ha sido gracias a que el equipo de Cultura de la Diputación Provincial de Huesca se puso, desde mediados de 2020, a pensar en nuevas ideas adaptadas a los tiempos de pandemia que estamos viviendo. Este es el fruto. Y es solo un germen. Estoy convencida de que a esta iniciativa le queda mucho camino por recorrer y lo vamos a comprobar este mismo año, pues ya se está preparando la siguiente edición y depara muchas novedades. Este programa se puede convertir en un emblema cultural de la provincia porque ofrece actividades al aire libre y talleres creativos, fomenta la lectura y las visitas a las bibliotecas públicas municipales; pone en valor la ilustración plástica y, sobre todo, llega a una gran parte de nuestro territorio.
De SoNna, que ha llegado a todas las comarcas estos dos últimos años, acaba de decir que también tiene un gran recorrido por delante.
—Por supuesto. El Festival Sonidos en la Naturaleza fue un enorme éxito en 2020, año de su puesta en marcha, y ha reeditado e incluso superado las expectativas en 2021. Es un festival que le va como anillo al dedo a la provincia de Huesca. Tenemos un territorio amplio, diverso y rico en recursos naturales. SoNna Huesca lleva espectáculos de música y de artes escénicas a las diez comarcas altoaragonesas. Y, de este modo, los visitantes conocen lugares que jamás habrían imaginado. Incluso, en muchas ocasiones, los propios altoaragoneses se sorprenden al descubrir un monumento, un paraje o un bosque que hay en la comarca de al lado. Es una gran promoción del territorio. Además con artistas buenísimos. Quién se habría imaginado años atrás que municipios como Sariñena acogería conciertos de Amaral y Rozalén, Marlango en Nueno; Manel en Viacamp i Litera o que habría un emotivo homenaje póstumo a Pau Donés en Montanuy. En la DPH tenemos argumentos de sobra para potenciar cuanto podamos el Festival SoNna Huesca. De ahí que tengamos previsto reforzar más si cabe la calidad de su programación y sus características.
Y se ha anunciado ya la vuelta de Pirineos Sur con importantes nombres de la música. ¿Regresa para quedarse, imagino?
—El Festival Pirineos Sur tiene un público fiel y es una cita más que consolidada. Son ya prácticamente 30 años de andadura. Lo han disfrutado diferentes generaciones y lo seguirán haciendo. Si bien es una cita cultural que pone en valor nuestro territorio, nuestra riqueza paisajística y natural y las posibilidades turísticas que ofrece, el público apasionado de Pirineos Sur es su principal activo. Mientras ese público exista, Pirineos Sur tendrá una vigencia incontestable. El verano de 2022 será su regreso, ojalá ya sin medidas preventivas porque el virus sea ya una historia pasada. Es un regreso muy muy esperado. Y lo hará con un cartel con nombres destacados como Rozalén, Estopa, Residente o Goran Bregovic; Rayden, La M.O.D.A, Travis Birds o Ara Malikian, entre muchos otros. Esta programación está organizada por la empresa Sonde 3 Producciones, en alianza con la aragonesa ZZ Producciones, que resultó adjudicataria del concurso de la gestión del escenario flotante de Lanuza. Es parte de la programación que presentaron dos años atrás y que pone de relevancia que es una promotora de primer nivel.
¿El presupuesto de Cultura, cómo se distribuye por subáreas?
—El presupuesto es extenso y recoge numerosas partidas económicas para actividades diversas. Por centrar la cuestión en las peculiaridades y novedades del presupuesto de este nuevo año, destacaría aspectos como el regreso del Festival Internacional de las Culturas Pirineos Sur, tras dos años sin celebrarse a causa de la pandemia, en el que la institución invertirá 170.000 euros.
Otros, como el Festival SoNna y En el Camino de Santiago, se siguen reforzando con inversiones crecientes cada año. Asimismo, se mantienen las distintas líneas de subvenciones a ayuntamientos, asociaciones y entidades, el apoyo a las bibliotecas públicas municipales; las exposiciones en la sala del Palacio provincial y del programa de exposiciones itinerantes; la dotación para el Alto Aragón Jazz Tour; los contratos de servicios de artes plásticas y las ayudas de investigación del Instituto de Estudios Altoaragoneses (IEA).
Cabe destacar, además, que se retoma la campaña de esquí escolar, que cuenta con una dotación de 227.000 euros para el ejercicio de 2022 con el objetivo de contribuir a la recuperación del sector de la nieve a causa de las consecuencias de la crisis sanitaria del coronavirus.
Balance del 2021, segundo año de pandemia
¿Ha sido fácil superar el año 2021, con las restricciones impuestas para frenar la epidemia de covid-19, tras un más que duro 2020?
—El 2021 constató hasta qué punto la pandemia ha cambiado nuestras vidas. Yo creo que la Diputación Provincial de Huesca tuvo la ventaja, por llamarlo de algún modo, de haber reaccionado de manera muy ágil y efectiva en 2020. El virus supuso una amenaza totalmente imprevista que generó inseguridad en toda la población. Era muy difícil hacer frente a ella. Desde mi punto de vista, estuvimos muy acertados en todos los ámbitos: en el apoyo a los ayuntamientos, en el asesoramiento en los servicios municipales, en las ayudas extraordinarias a asociaciones, infraestructuras y colectivos y, especialmente, en el terreno cultural.
Nos volcamos en apoyar económicamente la producción artística, que atravesaba enormes dificultades a causa de la suspensión de espectáculos. Discernimos que había citas culturales que era imposible llevar adelante porque sus características eran incompatibles con el contexto de pandemia que vivíamos, otras que sí podían adaptarse y, sobre todo, se podían crear nuevas iniciativas que respondieran a las necesidades de la ciudadanía y a la dinamización turística del conjunto del territorio, como el Festival SoNna Huesca o el programa La Compañía Ilustrada. Fuimos pioneros en crear propuestas respetuosas con las circunstancias sanitarias. Y en esa misma línea vamos a continuar mientras siga siendo necesario mantener la precaución para evitar la propagación de los contagios de coronavirus.
¿Cuáles fueron los mayores problemas?
—El mayor problema ha sido el virus, evidentemente. No porque haya afectado a las previsiones de programación cultural que teníamos desde la institución, sino porque el covid-19, por un lado, ha provocado pérdidas humanas y económicas a muchos vecinos y, por otro, porque todos nos sentimos anímicamente agotados por esta situación, tras prácticamente dos años… Eso ha provocado un gran hastío en la población. Y ahí la cultura ha tenido mucho que decir.
Las sonrisas de pequeños y mayores en espectáculos de artes escénicas, la maravilla de escuchar a maestros como Jordi Savall en el Festival Camino de Santiago; a Rozalén o a Amaral en el SoNna Huesca; acudir a por un libro a las bibliotecas públicas municipales de la provincia; o recordar a personajes ilustres como Félix de Azara, en el bicentenario de su muerte, o releer a Ramón J. Sender, en el 120 aniversario de su nacimiento en Chalamera, son, tan solo, algunos ejemplos de las cosas que han sido decisivas para sobrellevar la vida en esta larga pandemia y seguir siendo conscientes de la importancia de no tirar la toalla ni bajar la guardia. Por eso la Diputación Provincial de Huesca ha seguido con su política cultural, que trata de llegar a todas las localidades altoaragonesas, generar riqueza económica y espiritual, vertebrar el territorio y ponerlo en valor
