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LITERATURA

Angélica Morales: "Este libro habla de una historia verdadera, el maltrato al desnudo"

La escritora afincada en Huesca acaba de ganar el V Premio de Poesía Gabriel Celaya con ‘Mi padre cuenta monedas’

Angélica Morales
Angélica Morales
S. E.

Mi padre cuenta monedas le ha valido a Angélica Morales el V Premio de Poesía Gabriel Celaya. La escritora afincada en Huesca, para la que Celaya es un poeta al que admira y siempre ha estado presente en ella, decidió concurrir a este certamen que convoca la Diputación Foral de Guipúzcoa “porque pensaba que el libro tenía peso y que se adecuaba al espíritu del premio”.

La autora reconoce que sintió que su poemario “tenía posibilidades. Y lo cierto es que estoy muy contenta de haberlo hecho. Digamos que fue intuición. Gabriel Celaya era y es un autor de la verdad, y este libro habla de una historia verdadera, el maltrato al desnudo”.

Mi padre cuenta monedas “es un poemario catarsis”, y a Angélica Morales le ha costado muchísimo escribirlo, hasta el punto de que “aún hoy cuando leo sus poemas me duele”.

Asegura que es una obra “muy dura, pero era necesario para mí. Enfrentarse al dolor no es fácil, y mostrarlo de forma pública menos aún. Me siento desnuda pero creo que había llegado el momento de que el libro viera la luz. Este premio me lo va a permitir, me va a permitir compartir el dolor con mis lectores, y tal vez, va a ayudar a alguien que lo ha sufrido o lo sigue sufriendo”.

Si la poesía de Celaya es “sinónimo de valentía y verdad”, según Morales, para ella escribir este libro “ha sido un acto de valentía. Ya no hay marcha atrás y estoy preparada. Hace años no lo estaba. Ahora sí”. A esa convicción personal se suma el que su poemario haya sido galardonado con el Premio Gabriel Celaya, con el que engrosa su lista de reconocimientos pero que, sin duda, ocupa un lugar especial “porque es el libro más íntimo, duro y personal que he escrito nunca. No hay concesiones. Y me alegra haber tenido el valor de escribirlo. Siento como si me hubiese quitado de encima el peso de una losa impregnada de hiel. Es un libro doloroso pero necesario, como la poesía, que tiene el deber de no dejar nunca indiferente a los ojos que lo leen”.

Eso consiguen tanto Gabriel Celaya como Angélica Morales con sus obras, y aunque el poeta guipuzcoano no ha influido directamente en la aragonesa, sí que es cierto “que cuando me pongo a pensar en mis últimos libros sí encuentro que mi poesía deriva hacia la denuncia social. No puedo sustraerme de lo que ocurre a mi alrededor. Me preocupa la corrupción política, el cambio climático y el machismo. Y mi poemario habla de un maltrato psicológico continuado, es una forma de denuncia, pero sobre todo es una forma de enfrentarme a mi dolor, a lo que tenía callado por miedo a mi familia, a mí misma y a que esas cosas no se podían decir. Como diría Gabriel Celaya: Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales que, lavándose las manos, se desentienden y evaden. Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse. Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren y canto respirando. Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas personales, me ensancho”.