Cultura

LA ENTREVISTA

José Ignacio Gaspar: “En la novela no se habla de machismo pero hay caciques identificados”

Su obra ‘La casa y los ángeles’ tiene momentos “incluso poéticos porque hablar de la maldad en 400 páginas sería insoportable”

José Ignacio Gaspar.
José Ignacio Gaspar.
Á.H.

 José Ignacio Gaspar, médico especialista que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en el ámbito de la gestión sanitaria del Gobierno de Aragón, jubilado en 2016, presentó su tercera novela La casa y los ángeles (Mira Editores) en el espacio cultural de Librería Ibor, entre las actividades previstas para este año. En su primera incursión de autor le acompañó Víctor Vallés, responsable de Atención Primaria de Salud de Barbastro. En la trayectoria de autor ha publicado tres relatos y las novelas Infiernos domésticos (Indie, 2020) y La madona de las pompas de jabón (Avant Editorial).

La tercera novela cuya trama ficticia transcurre en la guerra de Cuba cobra protagonismo con León Mayoral, que se alistó voluntario para evitar la cárcel a la que iba a conducirlo la miseria que le ahogaba en noviembre de 1868. El autor incluye alegoría de temas que vertebran la España de la segunda mitad del siglo XIX y se prolongan en buena parte del siglo XX. Caciquismo, sumisión a la Iglesia, patriarcado, machismo, privilegios de clases sociales altas e indefensión de los más débiles son algunos de ellos.

Se refiere a su novela como “la historia de una familia que se sigue tres generaciones y durante 65 años. El protagonista, León, luego se llamará el general, sufre un incidente en la guerra, nota que una sombra baja desde los árboles, le posee y se da cuenta que la maldad se ha apoderado de él. La maldad evoluciona y se transmite a los primogénitos de generaciones siguientes. A partir de ahí, es una lucha constante para evitar convertirse en el hombre cruel y perverso a lo que están predestinados. En definitiva, si la maldad nace o se hace”.

En cuanto a la ficción, “los escritores dicen que siempre hay algo del autor y aquí lo propio son cosas anecdóticas, desde luego, en los pasajes más interesantes. En mi curso de relatos, el primero fue muy corto basado en una relación concreta y quien era mi profesor hace diez años me dijo que era el germen de una novela. A partir de ese relato tiré hacia adelante y escribí la primera”.

En la misma línea, “aquella novela evolucionaba al mismo tiempo que yo y viceversa. Es cierto el mito de que la novela te lleva, a veces podía estar horas escribiendo y después de leerlo me preguntaba cómo había llegado hasta allí. No se trata de sentarse para tratar un tema y los personajes y, sin embargo, estaba escrito. Escribir una novela es muy bonito y agradable”.

Se refiere en La casa de los ángeles a temas que vertebran España. “Sí porque estamos en el último tercio del siglo XIX y el primero del XX, es una época convulsa y un momento en el que el caciquismo en España estaba en vigor y máximo en la España rural donde se desarrolla el tema. Igual que el poder de la Iglesia en esos momentos y el patriarcado en el medio rural, la mujer no tenía ni voz ni voto. En la novela no se habla de machismo pero aparecen caciques identificados. Es una novela que engancha y llega bien a los lectores, tiene momentos incluso poéticos porque hablar de la maldad en 400 páginas sería insoportable”.