Cultura

LA ENTREVISTA

Ana Moya: “Es la historia de una amistad contracorriente en la Sudáfrica del apartheid”

La escritora publica su última novela ‘Immorality Act’, de Ediciones de Salinas

Ana Moya.
Ana Moya.
S.E.

La escritora y miembro del equipo y del claustro de profesorado de la Escuela de Escritura del Ateneu Barcelonès Ana Moya publica su última novela, Immorality Act, con Ediciones de Salinas, de Bielsa.

Un libro, en el que como la propia autora reconoce, “el lector encontrará la historia de una amistad contracorriente en la Sudáfrica de los años 80, una sociedad todavía controlada por los últimos años apartheid”. Se trata de una novela social que invita a reflexionar sobre las consecuencias del racismo lanzando al aire preguntas como: “¿Cuál es el precio que estamos dispuestos a pagar por vivir de acuerdo con nuestros ideales? o ¿hasta qué punto el miedo se interpone en nuestras relaciones?”.

Hace hincapié la escritora barcelonesa en que en esta historia “conoceremos la evolución de los tres protagonistas desde su adolescencia hasta la juventud” porque, advierte que, “Julia, Andrew y Lungile nunca hubiesen sido amigos si se hubiesen conocido en la edad adulta”.

En cuanto al título, desvela que Immorality Act “es el nombre de una ley que existía en Sudáfrica durante la época del apartheid que, a pesar de no ser la protagonista de la historia, condiciona todo lo que ocurre en ella” y explica que “en 1927 se prohibía cualquier relación sexual fuera del matrimonio entre “europeos” e “indígenas” y una enmienda de 1950 modificó ese texto para prohibir cualquier relación sexual extramatrimonial entre europeos y todos los no europeos. Además, también se prohibió el matrimonio interracial”.

Su interés por la cultura africana motivó esta novela y advierte que si no hubiera trabajado en el Centro de Estudios Africanos e Interculturales de Barcelona “nunca hubiera podido escribir esta historia o la hubiera escrito en blanco y negro, olvidando todos los grises”. Aunque “la trama concreta de la novela nació durante los años en los que residí en Namibia, un país que había sufrido el apartheid hasta 1990 y en el que todavía podía sentirse la separación”.

Por otro lado, insiste en que esta novela “me ha traído muchas cosas buenas y una de ellas ha sido conocer a Irene García, la fundadora de ediciones de Salinas. No os podéis imaginar la implicación y pasión que pone en su trabajo”.