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‘Gritos y susurros’ cierra este martes el Cineclub Fernando Moreno

El director sueco, en memorables escenas, retrata el alma femenina

Ingmar Bergman.
Ingmar Bergman.
S.E.

A las 8 de la tarde de este martes 26 de abril, en el Teatro Olimpia, de Huesca, el Cineclub Fernando Moreno proyecta su última película de esta temporada: Gritos y susurros, del director sueco Ingmar Bergman, uno de los autores más prestigiosos y laureados que ha dado el cine europeo.

Al anunciar esta proyección, desde la organización del Cineclub Fernando Moreno subrayan que “manteniendo nuestro criterio en la programación, la última sesión la dedicamos a un título que hace cincuenta años fue determinante en la programación de entonces y de allí que este martes lo hagamos recordando al autor de películas como El manantial de la doncella, el Séptimo sello, Fanny & Alexander o Secretos de un matrimonio.

Gritos y susurros fue estrenada en 1972 “y sigue fascinando cómo (Bergman) desarrolló esta historia íntima entre hermanas y una criada”.

La historia que se nos cuenta es la de tres hermanas con unas vidas muy diferentes, Karin, María y Agnes, que se reúnen en la casa familiar para pasar juntas los últimos días de vida de Agnes que padece un cáncer. Les acompaña una vieja sirvienta, Ana. Las tres hermanas habían estado muy unidas durante la infancia pero han ido perdiendo el contacto y la capacidad de demostrarse cariño. Mientras Agnes agoniza recuerda a su madre y la envidia que había sentido de adolescente por su hermana menor. Ana es la única que la acuna y la consuela en los ataques de dolor que sufre, las otras dos hermanas no soportan simplemente que se las toque. Pero, en un momento de nostalgia, ambas “comienzan a abrazarse desesperadamente en lo que es una de las más memorables escenas jamás rodadas por Bergman que, aquí, retrata el alma femenina en cuatro facetas diferentes”.

Ingmar Bergman nació en Uppsala en 1918 y falleció en la Isla de Faro, Suecia, en 2007. Hijo de un estricto pastor protestante, cursó estudios en la Universidad de Estocolmo. Hasta 1942 dirigió el teatro universitario y en 1943, la productora Svensk Filmindustri (SF) lo contrató para el departamento de guiones.

Entre 1944 y 1955 fue responsable artístico del teatro municipal de Helsingborg y filmó su primera película, Crisis (1946). Sin embargo, hasta la aparición de la comedia Sonrisas de una noche de verano, el nombre de Bergman no empezó a ser internacionalmente conocido. El éxito que alcanzó esta película en el Festival de Cannes de 1956 lo convirtió en el autor de moda dentro del cine europeo. La película más emblemática dentro de su filmografía por su gran repercusión entre el público y la crítica fue El séptimo sello (1956).

En cuanto a su forma de dirigir -dicen desde el Cineclub oscense-, “destaca su gran sentido plástico, casi pictórico, y el aprovechamiento de las posibilidades del blanco y negro. Sus filmes giran en torno de una serie de constantes temáticas, en especial la muerte y el amor, marcadas por las preocupaciones existencialistas y religiosas del autor, y abordadas con un tono metafísico y una densidad de diálogos motivada por sus inicios en el teatro”.

Gritos y susurros fue la 42ª película de su larga carrera y la historia nació inspirándose en su propia madre y en su visión inicial de cuatro mujeres vestidas de blanco dentro de una elegante habitación roja, rodada en una mansión señorial de finales del siglo XIX.