Rafaela Carrasco ofrece un viaje “maravilloso” que deambula por los estados emocionales

¿Por qué el ser humano tiene la necesidad de crear leyendas, fábulas o mitos para proyectar a través de ellas las emociones más profundas? A esta pregunta contesta el espectáculo Ariadna. Al hilo del mito, que Rafaela Carrasco presenta este jueves (20:30 horas) en el Auditorio Carlos Saura del Palacio de Congresos de Huesca.

El montaje “abarca muchas parcelas distintas”, como explica la bailaora (Sevilla, 1972) en una entrevista con DIARIO DEL ALTOARAGÓN.

“Nuestro lenguaje es el flamenco, pero va sujeto a una dramaturgia, a un concepto estético y escénico muy teatral, que define unas líneas de creación coreográficas y musicales muy determinadas, en pro de un argumento que se va desarrollando a lo largo de la obra”, avanza.

Baile, cante, toque y poesía en clave de tragedia griega son los elementos del espectáculo, que cuenta la historia de Ariadna, una tejedora solitaria que quiere escapar de un entorno machista, luchando por su independencia y libertad.

“Contamos el mito como tal, no aportamos nada nuevo -adelanta-. Lo que hacemos es pasar por los diferentes estados emocionales por los que transcurre el personaje: la soledad, el abandono, el patriarcado, el amor, los miedos,... Hacemos un viaje a la inversa, usamos el mito para contar nuestros estados”.

El mensaje feminista de la obra brilla a través del cuerpo, que es la forma de expresión “más básica” con la que “nos comunicamos”, dice.

“La danza es una forma de contar sin palabras, a través de las emociones que despierta. Qué mejor forma de utilizarla como vehículo para contar, denunciar, destacar o exponer asuntos relevantes. Creo que despertar sensaciones y remover conciencias es importante”, expone.

La obra se desarrolla con una voz en off del “maravilloso actor” Carmelo Gómez, con textos del dramaturgo Álvaro Tato, que va situando cada escena a través de “un relato de reyes y princesas, como si de un cuento se tratase”, avanza.

“Tiene momentos muy profundos de reflexión, muy hermosos de sensaciones, muy rotundos con esa energía que caracteriza al flamenco... Está lleno de contrastes que no dejan indiferente al espectador”, valora.

Cuando Carrasco interpreta Ariadna. Al hilo del mito es como si realizara “un viaje maravilloso que deambula por los estados emocionales” que ha experimentado.

“Cuando ya tienes un bagaje de vida, no es difícil ponerse en la piel de cada uno de dichos estados. Volver a meterse en ellos es como hacer una sesión de terapia que libera”, sostiene.

El flamenco, una emoción universal

S.E.

Rafaela Carrasco opina que el flamenco es tan emocional que “no importa en qué lugar del mundo estés ni para qué tipo de público se presente”, porque es universal.

“Es algo mucho más básico, podría decir como más primitivo, que conecta aunque no entiendas lo que dice el cante o el lenguaje dancístico que se utilice. Va más allá de los códigos”, resalta.

La representación de este jueves se enmarca en el ciclo Primavera Flamenca, organizado por el Ayuntamiento de Huesca en colaboración con el programa Platea, una iniciativa que la bailaora valora.

“Es muy importante que se programe algo así en el norte, pero no es suficiente. Es necesario que las programaciones de los teatros lleven más flamenco a esta zona”, replica.

El público nacional “necesita actualizarse, quitarse algunos prejuicios que se han establecido a lo largo de los años y que en muchos casos no se ajustan a la realidad”, asevera.

Y va más allá: “Los espectáculos como Ariadna son una muestra de la actualización de todo un legado tradicional al servicio de una época, de un concepto artístico que viaja por todo el mundo y que parece que en España aún no se le da la relevancia suficiente. Me parece importante destacar que la danza en general no disfruta de la misma presencia que otras artes escénicas en las programaciones actuales”, remata.