Cultura

38 feria del libro de huesca

Ana Alcolea: “Me hace muy feliz y voy a disfrutar mucho de Huesca”

La escritora aragonesa protagoniza este viernes la inauguración de la cita literaria

Ana Alcolea.
Ana Alcolea.
Marga Gracia.

 “Me hace muy feliz y voy a disfrutar mucho de Huesca, donde siempre me siento muy arropada”. Así, con mucha ilusión pero también con mucha responsabilidad es como ha recibido la escritora zaragozana Ana Alcolea, Premio de las Letras Aragonesas 2019, el encargo de inaugurar la 38 Edición Feria del Libro de Huesca este viernes. Y es que subraya la importancia de que es la primera que se hace de nuevo en la calle, con pseudo normalidad, al menos.

Asegura que para los escritores la feria “es un momento de encuentro muy bonito con los lectores” porque añade que “los que escribimos mucho para niños y adolescentes tenemos la suerte de estar en permanente contacto con nuestros lectores porque hay muchos programas de fomento de la lectura, pero el resto de escritores esto se lo pierden”.

Aunque, en este sentido, hace especial hincapié en que, afortunadamente, en Aragón es uno de los lugares punteros en cuanto a encuentros literarios, pero siempre va bien, advierte Alcolea, el contacto de los escritores con los lectores. 

Por otro lado, la escritora insiste en que no hay que olvidar “el hecho de que es una fiesta, ya que etimológicamente feria viene del árabe y significa alegría, una fiesta de los libros y las fiestas son para disfrutarlas”, pero también sirven para conocer a nuevos autores, “eso es fundamental”

En este aspecto, relata que “para los escritores es muy importante estar con los lectores. Es muy bonito que te digan que ha gustado tu libro o que le ha hecho bien leerlo”.

Pone sobre la mesa la realidad del escritor cuyo trabajo tiene “dos vertientes, por un lado, escribiendo solo en tu casa con todos tus fantasmas y todos tus personajes y, por otro, la parte pública, que es cuando se materializa el libro porque es el lector el que le da vida, es muy especial”.

Sobre el discurso de este viernes, confiesa que versará sobre “el valor de la palabra que está tan denostado porque nos creemos que las palabras se las lleva el aire y que no tienen ningún valor y, sin embargo, tienen el valor de la libertad, del pensamiento reflexivo, el valor de la creación, de vivir muchas vidas o de reflejarnos en ellas como si fueran espejos”, y destaca que aprovechará el momento para “homenajear a algunos autores oscenses que para mí han sido muy importantes”.

Claro que para llegar a donde está, cabe recordar entre otras cosas que es una de las candidatas a los Premios Aragoneses del año, que, en lo que llevamos de 2022, ha publicado tres libros nuevos y aún tiene previsto sacar otros dos más hasta diciembre, también coordina el programa del Gobierno de Aragón Encuentro con las Letras, a través del cual se facilita el encuentro con diversos autores a los alumnos de los centros rurales agrupados de la comunidad, “es muy necesario leer para escribir”.

Esa es precisamente una de las cosas que más le preguntan sus lectores, apostilla la autora, cuáles son las pautas para escribir bien. Y es que dice que “los niños pueden preguntar cualquier cosa muy peregrina sobre el libro o tu propia vida, pero lo que más les llama la atención es de dónde surge el libro o cuál es mi libro favorito, a esta cuestión me cuesta responder porque yo los escribo con mucho amor y son como hijos, yo escribo desde las tripas, desde las emociones, y sin tener en cuenta las modas, tienes que se honesto contigo mismo y con los lectores, tienes que escribir algo que tenga verdad, que tú lo sientas como verdadero”.

“A aquellos que les gusta escribir, preguntan sobre el proceso creador y te piden consejos. Yo les digo siempre tres cosas fundamentales: la primera es leer mucho buena literatura, hay que manejar bien el lenguaje y para eso hay que leer a los grandes escritores; ir por la vida con los ojos muy abiertos, ser muy curiosos; y, por último, escribir siempre desde las emociones, sino no va a salir nada porque esa emoción es lo que se convierte en la columna vertebral del libro”, asevera la escritora.