Cultura

la entrevista

Lorenzo Mur: “La abadía de Montearagón se merece este cómic y mucho más”

El docente ha creado un tebeo con Moratha, Los guardianes de Montearagón, presentado en la 38 Feria del Libro de Huesca

Lorenzo Mur y Moratha.
Lorenzo Mur y Moratha.
Javier Navarro

Desde Huesca, Tierz, Quicena, Loporzano o Fornillos es imposible no divisar la silueta de Montearagón, que forma parte del día a día de los habitantes de la zona. ¿Pero realmente conocemos los secretos que guarda en sus entrañas?

La respuesta es “no”, ya que ni siquiera fue estrictamente un castillo como se suele decir, sino una abadía, puesto que “casi todo el tiempo que estuvo habitado fue por monjes agustinos y no por soldados feudales”.

“Sus abades fueron, especialmente en la Edad Media, además de ricos, tremendamente influyentes en la política de los reyes y la Corona de Aragón. Por si fuera poco, a lo largo de sus casi 800 años de vida sucedieron todo tipo de conflictos, acuerdos, disputas… entre sus monjes, con el Papa, con los reyes, con los pueblos que gobernaba el abad, con los campesinos que le pagaban las rentas o con la ciudad de Huesca”, ha asegurado Lorenzo Mur, que este sábado ha presentado en la 38 Feria del Libro de Huesca el cómic Los guardianes de Montearagón, firmado junto al dibujante Moratha.

Publicado por Acrótera Ediciones en colaboración con la Universidad de Zaragoza, la obra demuestra que “el cómic histórico empieza a desarrollarse con fuerza como un nuevo instrumento para conocer el pasado”.

En este caso, el responsable ha intentado unir en una trama el conocimiento histórico con la aventura, a través de unas viñetas “magníficamente dibujadas”, ha destacado.

“De su lectura podemos aprender muchas cosas de Montearagón, y si nos ha picado el gusanillo, la breve historia que viene después nos ayudará a comprender mejor por qué existe”, ha dicho sobre un tebeo en el que “las ilustraciones y reproducciones muestran la evolución física del edificio desde antes de su destrucción hasta hoy”.

El cómic intenta hacer un repaso de los hechos fundamentales de la historia del monumento oscense.

“Sobre lo que consideraba más destacado o curioso he hecho una selección de pasajes. Las viñetas son muy dinámicas, de tal manera que a través de la curiosidad de sus cuatro jóvenes protagonistas van surgiendo las tramas que nos permiten acercarnos a Montearagón y su relación con los pueblos que dominó. Desde cómo vivían y se organizaban hasta qué relación tenían con los Reyes de Aragón”, ha especificado.

Trabajar con Moratha ha sido genial según el historiador. “Conforme avanzaba con la historia, íbamos hablando: yo le explicaba lo que quería decir con los diálogos y él lo reinterpretaba y convertía en dibujos. Para mí ver cómo la historia se volvía real con personajes, rostros, ambientación… ha sido muy divertido”, ha valorado.

Mur cree que el cómic es una buena herramienta educativa, aunque el suyo es para todo el mundo: “Los guardianes de Montearagón tiene una extensión mucho menor que otros cómics históricos, pero porque va enfocado a un público más amplio. Lo puede leer un chico o una chica de 7 u 8 años al igual que uno de 14 ó 15, pero también cualquiera que quiera saber su historia”.

Por todo ello, el docente reivindica que “Montearagón se merece este cómic y mucho más”. Y va más allá: “Espero que sea solo un paso más que sirva para divulgar su historia más allá del edificio que vemos hoy. Cuánta más gente, oscenses y aragoneses, conozcan su historia, más lo querrán y defenderán”, ha sentenciado.