Cultura

50 FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE HUESCA

Mayores al Festival, lleva los cortos a centros y residencias

Este clásico del certamen oscense está coordinado por Jesús Bosque

El Centro de Día de la Residencia Sagrada Familia volvió a abrir sus puertas al festival.
El Centro de Día de la Residencia Sagrada Familia volvió a abrir sus puertas al festival.
Festival de Cine de Huesca

Mayores al Festival, coordinado por Jesús Bosque, es un clásico del certamen oscense, que hace partícipes a las residencias y centros de mayores y personas con discapacidad, de esta cita internacional con el mundo del cortometraje.

El Centro de Rehabilitación Psicosocial Santo Cristo de los Milagros, la Residencia Sagrada Familia, tanto en su centro de día como para usuarios que viven en ella, Aspace, Hogar de mayores del Iass, Residencia Ciudad de Huesca, Valentia, Hermanos de la Cruz Blanca, Residencia Saturnino López Novoa, Residencia Misioneras Nuestra Señora del Pilar y Residencia Rey Ardid acogen estos días una sesión formada por cinco cortometrajes: En el cielo, de Manuel Gomar, la historia de Julia que no era una mujer feliz y toma una decisión que podría cambiarlo todo; El primer y último fotograma, de Alberto Zúñiga, documental que habla sobre el valor de la imagen y su preservación como documento histórico, personal y colectivo; y YVM, de Euloxio Fernández, corto sobre el peculiar mundo de nuestros mayores, en el que la ternura se cambia por la funcionalidad.

Completan estas sesiones Os guías turísticos, de Javier Seoane García, en el que se hace una pregunta: ¿Qué harías tú con esos guías turísticos que no paran de hablar? Yo… mataría; y Lalito 10, de Jordan Matthew Horowitz, documental que recuerda cuando la covid-19 obligó a cerrar la escuela y la enseñanza a distancia resultó imposible, un profesor de Guatemala construyó un aula sobre ruedas para llevar la educación directamente a sus alumnos.

Desde estas entidades agradecen al festival la iniciativa, como el Centro de Día de la RPM Sagrada Familia, que muestra su gratitud porque “año tras año nos traigan un pedacito del festival. A las personas mayores les encanta, y es un aliciente para ellos y para los que trabajamos para ellos, pues es un orgullo que se reconozca el esfuerzo del día a día para que disfruten y se sientan integrados en la sociedad”, algo en lo que todos coinciden.