Cultura

la entrevista

Javier Moreno: “La ganadería mular era un negocio boyante pero con fecha de caducidad”

El autor del libro ‘De las mulas a las vacas. Historia de un cambio en el valle de Benasque’ presenta la publicación en La Ribagorza

Javier Moreno.
Javier Moreno.
S.E.

Desde hace 50 años, el valenciano Javier Moreno visita el valle de Benasque. Se ha interesado por sus problemas, y entre ellos le llamó la atención hace algún tiempo que, “a pesar de creerme un conocedor del valle, se me había escapado un elemento: el tema de la ganadería de las vacas era relativamente reciente, ya que empezaron hace 60 o 70 años, porque hasta entonces era, sobre todo, mular”. Convencido de que habría más gente que no habría palpado “una reconversión ganadera impresionante a mediados del siglo pasado”, decidió investigar y fruto de esa labor es el libro De las mulas a las vacas. Historia de un cambio en el valle de Benasque.

Dedicado a la enseñanza en diferentes niveles educativos, Javier Moreno ya está jubilado y no perdona su visita a este valle una vez al mes. Estos días está aprovechando su presencia en la comarca para presentar este libro, del que dice que “no es de autor sino colectivo” porque incluye entrevistas con ganaderos, además de haber contado con la colaboración de la Fundación Hospital de Benasque y de vecinos del valle. El miércoles lo hizo en Castejón de Sos, tras pasar por el santuario de Guayente. El 23 estará en Benasque y el 26, en Bisaurri.

“La base económica del valle en la década de los 40 y 50 se basaba mucho en la cría y recría de las mulas. Era un negocio muy boyante en ese momento, pero tenía una fecha de caducidad en cuanto la mecanización agrícola avanzara, y cuando ocurrió, el negocio se fue a pique y las economías familiares se resintieron”, explica Moreno.

Hubo gente que fue previsora, otra que se esperó demasiado y perdió mucho capital, y Moreno lo que recoge en esta publicación es el testimonio directo “de gente que participó en esas actividades, que entonces eran jóvenes de 18 o 20 años cuyas familias estaban relacionadas con el negocio de las mulas, y hoy tienen 80 o 90”.

Su objetivo ha sido dejar testimonio de esas experiencias de vida del momento del cambio “en el que el negocio de las mulas desaparece a finales de los 50 y tienen que reinventarse apostando por el ganado vacuno que empieza a introducirse como negocio, algo que no ocurre hasta los años 60, ya que vacas siempre ha habido, pero se criaban para casa”.

Moreno reúne las experiencias de cómo se vivió ese tránsito “para que no se quedaran en el olvido, ya que había muy poco escrito y si no queríamos que se perdieran, había que ponerse a ello”.

Han sido varios años, en los que también ha realizado una investigación de lo que había recopilado, de estadísticas y datos, que conforman la segunda parte del libro, “una explicación más sistemática que corroboran las historias personales”.

Este estudio confirma que “la cría de mulas fue un negocio muy rentable porque había mucha demanda desde toda España tras la Guerra Civil y poca oferta”. También llama la atención que la relación fluida de Benasque con Luchon, “le permitía traer lechales, mulas muy jóvenes, criarlas y revenderlas”, aunque, el paso de los mulos a las vacas fue complicado. “Había que empezar de cero, pero esta gente se sobrepuso y aprendió rápidamente y puso en marcha unos negocios de ganado vacuno, que fueron bien pero también tuvieron sus crisis”.