El SoNna brilla con la música de Orozco en la Cartuja de las Fuentes

En una espléndida tarde de verano, ayer se celebró en la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes de Sariñena el primer concierto del último fin de semana del Festival SoNna, con Antonio Orozco, que tuvo una extraordinaria actuación ante más de 1.300 personas, la mayoría jóvenes mujeres.

“El primero de estos tres conciertos de este fin de semana no va a defraudar”, había comentado momentos antes de subir al escenario Orozco la diputada de Cultura de la DPH, organizadora del festival, Maribel de Pablo. “Antonio Orozco es una persona con un talento artístico y una sensibilidad que seguro conectará muy bien con el público del territorio”, añadió.

Para la diputada, “el hecho de que podamos disfrutar de una actuación como esta en la Cartuja de las Fuentes, en Sariñena, en el corazón de los Monegros, a mí me parece que le aporta magia”.

Y este sábado llega el turno de Miguel Ríos, el segundo gran concierto de la última etapa del III SoNna “a quien desde luego estamos deseando ver sobre el escenario”, dijo Maribel de Pablo. Un largo tiempo es el nombre de la gira con la que Miguel Ríos, movido por su pasión por la música, ha regresado a los escenarios con su nueva banda, The Black Betty Trío.

Miguel Ríos alcanzó el estrellato con el disco –un doble en directo- y la gira Rock and Ríos, con canciones que se convertirían en auténticos himnos, como Bienvenidos, Santa Lucía, El blues del autobús... etcétera.

Sin embargo, el mayor éxito de toda su carrera le llegó mucho antes. En 1969 grabó el Himno a la alegría, una adaptación del último movimiento de la 9ª Sinfonía de Beethoven, arreglada por Waldo de los Ríos, que fue nº1 en las listas de éxitos musicales de Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia y Reino Unido.

Y cuando baje del escenario Miguel Ríos, comenzarán en la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes de Sariñena los preparativos para el gran cierre del SoNna 2022, con el concierto de Manu Chao.

Un cierre del SoNna en un escenario inigualable, la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes, en el que llama especialmente la atención los más de 2.000 metros cuadrados de pinturas murales con las que Fray Manuel Bayeu, cuñado de Francisco de Goya, decoró parte de la iglesia, actualmente en proceso de restauración.