Cultura

María Rubio: “Una pantalla te lo da todo hecho, no deja nada a la imaginación”

Ha escrito series y monólogos para Comedy Central y se ha centrado en literatura infantil

María Rubio
María Rubio
S. E.

María Rubio es guionista de las versiones españolas de series míticas de televisión para niños y niñas como “Hora de Aventuras” o “Steven Universe”. Lo que más le gusta es escribir para el público infantil. El pasado sábado en el marco de las fiestas del pueblo de Serué, municipio de Caldearenas, presentaba el libro “¡Salvemos la Magic-Con!” de la colección Valle Kazaam de la que este es la segunda publicación. “El primero lo presente en Madrid, Barcelona y Zaragoza, y este segundo lo he querido presentar en las fiestas de Serué donde me vine a vivir hace un par de años”. Explica que como este lugar le parecía “precioso, pues, me puse a escribir. El valle donde está me inspira para escribir estos libros, sino hubiera venido a vivir a Serué, este libro no existiría. La tercera publicación saldrá antes de Navidad, no sé si habrá más de esta colección”.

María Rubio es de Zaragoza, vive en Serué y ahora está trabajando en el Instituto de Estudios Altoaragoneses en Huesca, pero no ha dejado de escribir. “Me gusta el yoga y estoy preparando un libro de respiración para niños, también en unas novelas infantiles y en un cuento.

Esta guionista y escritora ha ganado multitud de premios nacionales e internacionales en el campo de la publicidad, como un Sol de Bronce en el Festival Iberoamericano de Publicidad, un Inspirational de Oro, entre otros. Su particular estilo le ha llevado a colaborar más de ocho años en Comedy Central escribiendo series, campañas y monólogos.

Ahora escribe libros para el público infantil y dice que es consciente de que un libro no puede competir con una pantalla, refiriéndose a las tablets o a los móviles. “Las pantallas están hechas para enganchar, de hecho, mi primer libro trata de esto”. Dice que los libros “tienen que ser divertidos, deben enganchar por si mismos al lector, tener una moraleja e intentar educar. Pero no me gustan los libros excesivamente didácticos que intenten adoctrinar al niño sino, me gusta que sean divertidos”. Y argumenta que como un libro no hay nada que despierte la imaginación, una pantalla te lo da todo hecho, no deja nada a la imaginación”.